A Pedro Romero

Efraín Campos

Secretario Político del Comité Provincial del PCA de Málaga

“Pasara lo que pasara en la Unión Soviética, hay que reconocer su papel como freno del Capitalismo en todo el mundo”. En un plenario con 1000 personas dijiste más o menos estas palabras y el auditorio se derritió en aplausos.

Hace dos días me enteré que te habías ido, y hasta ahora no he podido sentarme a escribirte. No me hago a la idea, no me imagino, como dije en tu despedida, un Partido en el que no estés; con tu eterno puro, con tus análisis de la realidad, con tu malagueñismo acérrimo.

Te has ido y ahora nuestra lucha es un poco más difícil.

¿Quién va a decirnos ahora a la dirección que la estamos cagando? ¿quién va a sacar la bandera republicana y pelearse con quien hiciera falta para hacerlo? ¿quién va a recordarnos “dónde queda nuestra sensibilidad de comunistas”?.

Pedro, al irte nos dejas huérfanos en unos tiempos en los que necesitamos más que nunca referentes, no de los que dan grandes discursos, si no de los que nos enseñan como ser comunistas simplemente yendo a comprar el pan.

Echaré de menos que estés en la máquina de los cocos en feria, con la ceniza de tu puro amenazando continuamente con caer en los cócteles; este año cuando entremos en junio otra vez en la caseta va a ser más difícil que nunca decorarla, porque habrá un hueco, tu esquina, que nunca podremos llenar.

En una semana hemos perdido a Javier (Navascues), el que salió contra ti en esa famosa enmienda que te ha hecho inmortal para los comunistas, y a ti. Se hace duro. Pero también nos obligáis a continuar.

Pedro, Javier, os habéis ido, pero aquí seguimos y seguiremos; por vosotros y por nosotros: vuestros nietos, vuestros hijos.