El portavoz
del grupo parlamentario de Unidas Podemos en la Comisión de Interior, diputado de Izquierda Unida y Secretario
General del PCE, Enrique Santiago, ha comparado hoy con una “actitud
terrorista” la difusión de ciberbulos y los ataques a las instituciones del
Estado que se están produciendo con la excusa de la crisis por la pandemia del
Covid-19.
Santiago
advirtió de que “no es aceptable que en este momento se haga política con la
muerte o se mienta”. Reconoció que “francamente, mentir en España no es delito”
pero, parafraseando varios artículos del Código Penal, enumeró que “sí lo es en
cualquier Estado democrático utilizar mentiras para transmitir señales falsas o
engañosas, para injuriar o calumniar a altas instituciones del Estado, para
afirmar falsamente o simular una situación de peligro para la comunidad, para
promover, organizar o dirigir organizaciones criminales”.
El
parlamentario y responsable federal de Interior de Izquierda Unida indicó al
titular de este departamento, Fernando Grande-Marlaska, durante la
comparecencia de éste en el Congreso que “yo no lo voy a definir, pero la Real
Academia de la Lengua utiliza estas palabras para definir la actitud
terrorista: ‘Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y
por lo común de modo indiscriminado, pretenden crear alarma social con fines
políticos’”.
Enrique
Santiago apuntó que eso mismo es lo que ocurre estos días con las “fotos de ataúdes
de naufragios en Italia presentados como si fueran muertos que ocultaba el
Gobierno, cadáveres en hospitales del Ecuador presentados como escondidos en
hospitales españoles o almacenes de papel de fotocopias presentados como
almacenes de EPIS que el Gobierno enviaba a otro país”.
El portavoz
de Interior de Unidas Podemos, como es su costumbre, había dedicado sus
primeras palabras a trasladar su solidaridad “hacia todas las personas enfermas
y en especial a las familias de los fallecidos”, así como a “agradecer a todas
las trabajadoras, funcionarias y servidoras públicas, en femenino y masculino,
que están trabajando estos días intensamente para protegernos en esta
emergencia sanitaria”.
En esta
comparecencia indicó en especial que correspondía hacerlo también “a los
funcionarios/as del Ministerio del Interior, tanto a los que realizan tareas
civiles, a los que muchas veces olvidamos, como a los que trabajan en orden
público”.
Valoró que
durante el estado de alarma, “no hemos estado ante un problema de orden
público, fundamentalmente por la actitud responsable y colaborada de las
personas que viven en nuestro país, y nos felicitamos por ello”.
“Desgraciadamente
-detalló-, sí se han provocado problemas de crispación y convivencia debido a
las mentiras y bulos difundidos, y yo sí creo que con la única finalidad de
desestabilizar las instituciones del Estado, y por supuesto al Gobierno”.
Advirtió
tajante que “a diferencia del comportamiento de las formaciones políticas de
oposición en la mayoría de los países europeos, que han cerrado filas con sus
gobiernos, aquí nos ha tocado otra oposición, especialmente la de la derecha”.
Apostilló con ironía que “para ser una oposición ‘censurada’ sale
constantemente en la televisión y en la prensa”.
Con la misma
vehemencia explicó que “hemos asistido a una utilización oportunista de la
emergencia sanitaria. Son 70 días desde que el Gobierno se enfrenta a ella y
claro que ha habido errores, por supuesto que sí”. “Y lo digo claro, los
aciertos en la gestión de Interior corresponden a su ministro y los errores
corresponden a todos los grupos políticos que apoyamos a este Gobierno. Lo digo
con toda contundencia para que no quede ninguna duda”, señaló. “Pero también
digo que dificultar el trabajo de las instituciones es arrojar piedras sobre el
tejado de todos los españoles”.
Enrique
Santiago, abogado de profesión, aseguró a los/as portavoces de otros grupos que
“como aquí se ha hablado de jueces, pues yo también voy a citar resoluciones
judiciales, como la de un juzgado de Madrid que ha dicho que ‘en situaciones
calamitosas, es necesaria la unidad de acción. En ello radica el auténtico
patriotismo’.
Valoró que
al Ministerio del Interior “se le podrá censurar por muchas cosas, pero no por
actuar desproporcionadamente” en la persecución de los delitos denunciados. Y
puso un claro ejemplo para ilustrarlo: “uno de los mayores difusores de bulos
es un subinspector de la Policía Nacional, el señor Perdiguero, que sigue en
activo, por lo que creo que Interior no se está caracterizando precisamente por
perseguir de forma tremenda a los que difunden estos bulos, sino utilizando la
ponderación y las garantías de la legislación”.
Indicó
también a Grande-Marlaska que “cualquier demócrata debe saber proteger a los
servidores en los momentos más delicados. La actitud de linchamiento que está
haciendo la ultraderecha y la derecha al general de la Guardia Civil Santiago
me parece sorprendente”.
Consideró
“obvio”, frente a los ataques políticos y mediáticos contra este mando, que
cuando el general habló en una rueda de prensa “de instituciones se refiere a
instituciones del Estado; o díganme una sola ‘institución del Gobierno’, yo no
conozco ninguna, a no ser que confundan los jardines de la Moncloa con una
institución”.
“Sí le pido
al ministro que protejamos a los oficiales de los cuerpos y fuerzas de
seguridad del Estado de esta oposición desaprensiva y antipatriótica que por
desgracia tiene España” y para eso es mejor no exponerles a tareas que no les
corresponden realizar, como las de comunicación.
Enrique
Santiago reconoció no sin cierto tono crítico que “me alegro de que el ministro
haga hincapié en la necesidad de difundir los valores de la seguridad humana en
todo el proceso que viene de reconstrucción de España, pero empecemos ya, con
la necesidad de proporcionalidad y congruencia”.
“Lo digo
claramente -comentó a Grande-Marlaska-, en todos los países del mundo y en
cualquier Estado de Derecho hay excesos, usos y abusos de la fuerza en los
cuerpos de seguridad del Estado, pero ese no es problema, sino las medidas que
se toman para que esos supuestos sean los menos posibles y por erradicarlos”.
Recomendó al
titular de Interior que lo mejor es acogerse “a un criterio para velar por el
cumplimiento del estado de alarma que limite la litigiosidad, que ya habrá
bastante. No utilicemos la Ley de Seguridad Ciudadana y sí, por ejemplo, las
leyes de salud pública, que ya establecen niveles de infracciones para controlar
esta situación de obligada reclusión por la pandemia”.
Santiago
dedicó una parte significativa de su intervención a advertir que “sí nos
preocupa mucho el conflicto que se organizó estos días con los ‘raiders’, un
sector muy mal pagado y que se ha convertido en una tarea esencial para el
funcionamiento del país”. Denunció que mientras “las empresas que los contratan
han tenido la ‘brillante’ idea de reducirles los pagos a un 50% en medio de
esta crisis, algo escandaloso”, ahora también se enfrentan a posibles sanciones
de Interior “por la protesta laboral del otro día en Madrid, que en absoluto
alteró el orden público ni la circulación, entre otras cosas porque no había
circulación”.
Por ello,
reclamó directamente a Grande-Marlaska que actúe desde su ministerio “con la
misma ponderación” que empleó en otras protestas, como la que hubo a comienzos
de marzo frente al Congreso, protagonizada por policías que cortaron la calle
varias horas y provocaron altercados sin que se conozca ningún tipo de
represalia oficial.
Enrique
Santiago concluyó su intervención reclamando también mayor atención en estas
circunstancias por parte de Interior a todas las asociaciones y sindicatos que
representan a los agentes de los distintos cuerpos.
Tras
reunirse la semana pasada por videoconferencia con representantes de la
Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y conocer de primera mano que
los agentes de este cuerpo doblan en tasa de infección por coronavirus a los de
la Policía Nacional, reclamó al ministro que preste una especial atención al
diálogo con los representantes de los/as guardias civiles.
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