Hoy es domingo 9 de julio, estamos esperando casi toda la mañana que
nos concedan permiso para entrar en uno de los tres campos enclavados en la
ciudad de Tiro, que está a una distancia de Sayda-Sidón hacia el Sur de unos 40
Km. Más al Sur, a unos 25 Km ya se llega la frontera con el estado de Israel,
aunque los palestinos siempre hablan de la frontera Palestina.
Según la repartición que estableció Naciones Unidas el 29 de Noviembre
de 1947 a través de la Resolución 181 para los futuros estados de Palestina e
Israel, esta zona fronteriza con Líbano se adjudicaba a Palestina, siguiendo
hasta la ciudad de Acre y Nazaret; todo ese territorio hoy forma parte del
estado de Israel ya que lo ocupó por la fuerza en la guerra de 1948. Pongo foto
del mapa del reparto de 1947.
Los campos de refugiados palestinos del sur de Líbano (se considera
sur desde la entrada norte de Sayda-Sidon hasta la frontera con Israel) no son
campos abiertos, sino que están cercados por alambradas y muros; para poder
salir o entrar en ellos hay que tener papeles de refugiado y enseñarlos en los
controles que el Ejército Libanés tiene en los accesos a los campos. Esto es
solo en el Sur y por exigencias de Israel (alegando razones de seguridad contra
los terroristas). Los campos de Beirut y los del norte de Líbano son campos
abiertos, integrados en el entorno urbano de las ciudades. Es por ello que para
entrar en los campos del Sur necesitamos una autorización especial. Finalmente, no conseguimos el permiso (por la
lentitud de la burocracia) para visitar los de Tiro, pero igualmente fuimos a
la ciudad y tuvimos una entrevista con Admah Murad, responsable político del
FPLP para los tres campos de Tiro. Estos son Rashidieh y Burj al-Barajneh, que
tienen un número aproximado de 30.000 habitantes cada uno de ellos y miden 1
kilómetro cuadrado en cada caso y el de El Buss, que es más pequeño y que
aglutina a unas 6.000 personas.
La entrevista la hacemos en un chiringuito a pie de playa, cercano a
las antiguas ruinas de la ciudad originaria de Tiro. El nombre griego de Týros
significa roca, y hacía alusión a que la parte principal de la ciudad estaba en
una isla cerca de la costa. Alejandro Magno tuvo que construir una lengua de
tierra para poder llegar a la ciudad y tomarla con su ejército. El asedio de la
ciudad duró 7 meses en el 333 A.C. y desde entonces ambas partes están unidas.
Una de las fotos es mía, de las ruinas excavadas en esa zona y otra de las
fotos, (tomada del blog de Hachero, un reportero de Canal Sur) es de la zona
del campo de refugiados de El Buss. Las ruinas romanas y fenicias fueron
descubiertas y excavadas a finales de los 90 cuando el campo de refugiados ya
llevaba allí 50 años, por lo que los refugiados viven entre ruinas de los
antiguos imperios. Especialmente son importantes las ruinas romanas, con el
mayor hipódromo romano de la época con capacidad para 40.000 espectadores.
Fueron los fenicios de Tiro los que fundaron ciudades con Málaga y Cádiz y conforman
por tanto también parte del crisol de la diversidad cultural y étnica de
Andalucía.
El compañero Admah que siente no haber conseguido los permisos a
tiempo para visitar el campo de refugiados si nos habla de los problemas de
estos. De forma especial menciona la afectación de la enfermedad de Talasemia
en un gran número de habitantes del campo de El Buss. Esta es una enfermedad
hereditaria que afecta a la sangre y produce anemia, mortal en los casos de
bebes nonatos, con alta mortalidad de los fetos y en el primer año de vida. En
los mayores se manifiesta como insuficiencia de crecimiento, fatiga, dificultad
de respiración y muertes prematuras por insuficiencia cardiaca. Los palestinos
creen que tal extensión de la enfermedad en el campo se debe a la consanguinidad
en las uniones matrimoniales, ya que al tratarse de una enfermedad hereditaria
los riesgos de transmitirla aumentan con las uniones entre familiares cercanos.
Esto es un índice del aislamiento y del gueto en que viven los palestinos en
campos cerrados.
Nos vuelve a mencionar el paro como problema fundamental. Toda la zona
de la costa de Tiro está llena de plantaciones de plátanos por lo que los
palestinos de los campos tienen ocasión de trabajar en ellos. Pero los salarios
son inferiores a los que pagan a los libaneses, y no pagan seguros de ningún
tipo. Además, la llegada de refugiados sirios, o palestinos huidos de Siria, ha
agravado la situación al estar estos dispuestos a trabajar por salarios aún más
bajos. La política del Gobierno de Líbano es la de que los palestinos y los
sirios no puedan trabajar en general, aunque expiden permisos de trabajo para
actividades y épocas puntuales.
Por otra parte, una de las actividades económicas fundamentales dentro
de los campos, la construcción, que da trabajo y aumenta la habitabilidad,
normalmente con el aumento del volumen de las edificaciones en vertical,
también está vedado ya que el gobierno también impide la entrada de materiales
de construcción en estos campos, justamente para que no se pueda aumentar la
habitabilidad y el número de refugiados. En realidad, lo que le gustaría al
gobierno de Líbano es que se marcharan de los campos y se fueran a otro sitio,
que viendo las posibilidades reales, la única opción es tirarse al mar para
cruzar a Europa con el riesgo de morir en el intento y además volver a sufrir
el calvario de inmigrante indeseado. A nuestros compañeros del FPLP les
preocupa sobre todo el aumento del pesimismo y la despolitización de la
juventud y trabajan prioritariamente las actividades sociales colectivas
culturales y deportivas.
Volvemos a Sayda-Sidón después de haber conversado con Admah y de
haber disfrutado del chiringuito y de la mezcla del pescado a la brasa y las
comidas árabes como humus. Justamente en este lugar observamos con claridad lo
que nuestro guía Adel nos había comentado. La zona de Tiro es de población
mayoritaria chiita y con un predominio local absoluto del partido de Hizbulá.
En principio, la propaganda nos dice que Hizbulá (que quiere decir el Partido
de Dios) por su carácter religioso es más integrista en costumbres que los
partidos sunnitas. Sin embargo, mientras en Saida-Sidón de mayoría sunní no
puedes encontrar una cerveza en toda la ciudad, en Tiro es fácil no solo
encontrar cervezas sino cualquier tipo de licor; por otra parte, en la playa
donde estábamos, y aunque había mujeres bañándose con vestidos completos,
también había muchas en biquinis y trajes de baños normales en las costas
españolas. Esta situación en Gaza por ejemplo sería impensable y no es baladí
la observación, sino que se corresponde con el programa político de Hizbulá de
defender un estado laico, democrático y respetuoso con las costumbres y las
ideologías de la diversidad de religiones y culturas que conviven en Líbano.
El lunes 10 de julio tenemos previsto viajar a Trípoli en el norte del
país y a unos 30 Km de la frontera con el sur de Siria, para visitar el
Campamento de refugiados de Badawi, que este sí, es un campamento abierto.
Saludos fraternales.
Manolo García
No hay comentarios:
Publicar un comentario