Nuestros camaradas malagueños Manu Pineda y Manolo García “Teniente”
están en el Líbano, en nombre del PCE para visitar las zonas de conflicto,
tomar contacto con las organizaciones palestinas y libanesas que luchan contra
la agresión sionista e imperialista y por la liberación de sus pueblos, así
como mostrar la solidaridad de los comunistas españoles. El camarada Manolo “Teniente”
nos envía unas excelentes crónicas que iremos publicando en esta página de su
partido en Málaga.
Sabra-Shatila y Kanafani.
Segundo día en el Líbano
Acompaño a Manu Pineda, responsable de la zona de Oriente Medio de la
Comisión Internacional del PCE, a un viaje a Líbano que tiene como objeto
visitar los campos de refugiados; Líbano con una población de unos 6 millones
de personas, acoge a 1’5 millones de refugiados sirios y 400.000 refugiados
palestinos. También vamos a realizar encuentros con organizaciones de izquierda
y antiimperialistas. Nuestro interlocutor principal y anfitrión es el Frente
Popular de Liberación de Palestina (FPLP), con ellos vamos a intercambiar
opiniones, pero también con otras fuerzas palestinas como el Frente Democrático
Popular y otras fuerzas de la izquierda palestina; también tendremos encuentros
con organizaciones libanesas como la Organización Popular Nasserista, el
Partido Comunista Libanés e Hizbulá.
Llegamos ayer día 6, cerca de las tres de la mañana a la ciudad de
Sidón (Sayda en árabe) y nos alojamos en el domicilio familiar del camarada del
FPLP, Adel, que vive con su mujer y dos niñ@s pequeñ@s. Adel además de brindarnos
su casa, nos ayuda como guía intérprete; estudió durante 6 años Ingeniería
Técnica en la ciudad de Santa Clara de Cuba, de ahí que domine el castellano.
Ayer prácticamente, descansamos del viaje y visitamos el centro histórico de
Sidón-Sayda, ciudad costera de Líbano con una antigüedad de más de 5.000 años,
ya que fue fundada en la antigua Fenicia 3.000 años antes de Cristo.
Hoy día 7, hemos viajado a Beirut, unos 45 Km al norte de Sidón en
línea recta por la costa. Hemos visitado el campo de refugiados palestinos de
Sabra-Chatila (que ahora también acoge a refugiados de Siria); este campo se
hizo famoso porque el 16 de Septiembre de 1982, las fuerzas de las milicias de
la Falange Libanesa (fanáticos cristianos de extrema derecha) entraron en el
campo que estaba custodiado por el ejército sionista de Israel, y durante dos
días y dos noches, y ante la mirada impávida de los soldados israelíes,
asesinaron a tod@s las personas que encontraron a su paso, unas 3.000 personas,
registrando casa por casa. Se trataba de destruir y como apenas había hombres,
mataron a niñ@s, mujeres (después de violarlas) ancian@s e incluso animales domésticos.
El responsable militar sionista que permitió la matanza fue Ariel Sharon, que
ante el escándalo internacional y en el propio estado de Israel donde se
manifestaron cerca de medio millón de personas contra ese genocidio, tuvo que
dimitir como Ministro de Defensa, aunque más tarde fue elegido primer ministro.
Jean Genet, escritor francés, en ese momento en Beirut, cuenta de manera
desgarradora en “4 horas en Chatila” su visita al campo cuando los cadáveres
aún estaban amontonados en las calles y su sangre caliente.
En Líbano hay 12 campos de refugiados palestinos que albergan a más de
la mitad de los aproximadamente 400.000 palestinos que viven en Líbano,
descendientes de los que fueron expulsados en 1948 de sus tierras y sus casas
de Palestina. El 11 de diciembre de 1948 la Asamblea General de Naciones Unidas
aprobó la resolución 194, que condenaba al nuevo estado de Israel a permitir el
regreso de los palestinos expulsados a sus casas o indemnizar por la pérdida de
casa y bienes a quienes no quisieran regresar. El estado sionista de Israel
nunca ha cumplido esa resolución sin que haya tenido ningún tipo de sanción
internacional por ello y el número de exiliados palestinos que en distintos
países esperan regresar a su tierra, sobrepasan los 5 millones.
En el campo de Sabra-Chatila viven unas 35,000 personas hacinadas en
prácticamente 1 Km cuadrado, en bloques mal construidos y pegados unos a otros
sin apenas espacio en las calles para circular que están abarrotadas de gentes.
El grueso de la población está en paro ya que el gobierno libanés prohíbe que
trabajen en la mayoría de los sectores económicos. Sobreviven a duras penas en
la economía informal, de las ayudas de la Agencia de Naciones Unidas para los
refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y los jóvenes son presas
fáciles del clientelismo político o peor del trapicheo de drogas (la semana
pasada murieron dos traficantes en un tiroteo que también se llevó por delante
a una niña pequeña).
Nos reunimos en la sede del FPLP de Chatila con Safad Osman, compañera
responsable política en el campo; nos habla de los problemas más acuciantes, la
falta de trabajo, de agua potable (un pozo perforado abastece el campo, pero
tan salada que la usan solo para aseo, y compran la que tienen que beber) de
espacio para l@s niñ@s, del hacinamiento en una sola escuela en todo el campo,
o de las condiciones de habitabilidad, que lleva a la muerte por electrocución
en invierno a muchas personas al mojarse los conductos eléctricos que de manera
caótica cuelgan por todas las calles junto a las tuberías de alimentación de
agua.
El FPLP trabaja en la autoorganización de la gente. Nos enseñan un
taller de costura (la de la foto que acompañamos) que van a poner en marcha la
semana que viene, aún con un grave problema de financiación, ya que la
electricidad necesaria para poner en marcha las máquinas les cuesta 266$ al mes
que tienen que buscar; también nos enseñan un espacio, como un patio amplio, de
los pocos existentes en el campo, para que puedan jugar l@s niñ@s. Safad nos
cuenta que la gente es pesimista en su futuro, en sus posibilidades de regreso
a Palestina, pero es la única esperanza que tienen y la fe de que tarde lo que
tarde volverán. Otro compañero concluye que en una cosa están firmemente de
acuerdo libaneses y palestinos; los primeros no les quieren dar la nacionalidad
libanesa a los palestinos y estos no quieren la nacionalidad libanesa, quieren
ser palestinos y volver a su tierra de Palestina.
Salimos del campo pero sin que haya una gran diferenciación en su entorno.
Alrededor del campo viven en condiciones muy similares al campo palestino capas
muy pobre de la población libanesa mayoritariamente de credo chiita; es la zona
de Beirut donde los partidos chiitas Amal e Hizbulá tienen más influencia.
Atravesamos un Check Point del Ejército Libanés que controla la entrada en la
zona chiita y visitamos el cementerio palestino donde está enterrado Ghassan
Kanafani, activista político y escritor muy querido y de gran popularidad entre
el pueblo palestino, que fue asesinado, cuando contaba 36 años, por el MOSAD
(Servicio Secreto del estado sionista de Israel) con una bomba instalada en su
coche el 8 de Julio de 1972 en Beirut, que también mató a su sobrina que lo
acompañaba; mañana 8 de Julio es el 45 aniversario de su asesinato.
Hay quien dice que si Mahmud Darwish representa la poesía palestina,
Kanafani representa la narrativa, y específicamente la narrativa del exilio, a
lo que suma su carácter multifacético, ya que fue historiador, pintor,
diseñador, escritor y destacado periodista. Después de visitar su tumba, hemos
acudido, ya en una localidad cercana a Sidón-Sayda, a un homenaje organizado
por las Juventudes del Partido Comunista Libanés que ha consistido en la
lectura de algunos textos de Kanafani y de un documental sobre su obra. No nos
hemos enterado de nada porque todo era en árabe y ahí no teníamos traducción,
pero hemos compartido la emoción y el respeto hacia la figura del intelectual
militante al que asesinaron porque decían que su pluma era más eficaz que la lucha
armada.
De vuelta a casa nos hemos tomado un helado en un chiringuito de los
que está lleno todo el litoral, mirando la luna casi llena sobre un Mar (Bahar
en árabe) que casi en línea recta nos lleva con la imaginación a la bahía de
Málaga y al estrecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario