En
este Primero de Mayo nos enfrentamos al intento de la derecha política y social
de consolidar una política regresiva que, con la excusa de la crisis, pretende
lograr la eliminación permanente de muchos de nuestros derechos y conquistas
sociales, de forma que se acentúe aún más la explotación, y a la amenaza de un
nuevo empeoramiento de la situación económica, que empeore las condiciones de
vida de las trabajadoras y los trabajadores.
En
el mundo, la crisis golpea también a quienes trabajan y la guerra genera
cientos de miles de refugiados y refugiadas que encuentran el rechazo de los
gobiernos europeos. Hay que retirar el Acuerdo entre la UE y Turquía al
respecto, contrario a los derechos fundamentales de las personas.
En
España crece la desigualdad, cuyo origen está en el incremento de la
explotación. Defendemos las reivindicaciones de las luchas obreras, que vuelven
a crecer, y que se centran en recuperar el empleo digno y estable, los derechos
laborales y sociales, y revertir la política de recortes en la educación, la
sanidad, las pensiones, la ayuda a la dependencia y la protección a las
personas en desempleo y las políticas e igualdad de género. Hoy más que nunca,
es preciso recuperar un sector público capaz de utilizar su política y sus
recursos en favor de una salida de la crisis que favorezca a la mayoría.
Consideramos
necesarias políticas concretas de creación de empleo digno y con derechos, el
aumento de los salarios, muy especialmente el salario mínimo, y de las
pensiones. Es preciso aumentar la inversión pública y comenzar a trabajar por
medidas eficaces para el cambio de modelo productivo, porque el actual es la
causa de que la crisis sea mucho más grave y profunda en España que en otros
países de nuestro entorno.
En
este marco exigimos una reforma fiscal con criterios de justicia, que parta del
principio de suficiencia de recursos y progresividad. Una política que se
plantee medidas serias para luchar contra el fraude fiscal, la elusión fiscal y
la economía sumergida. Una política que estaría en condiciones de avanzar en la
solución del déficit y capaz de financiar las políticas de empleo y desarrollo
sostenible.
Izquierda
Unida lucha para que la creación de empleo digno sea el eje fundamental de la
política económica. Con ese objetivo propone un paquete de medidas coherentes,
con costes evaluados y posibles. Hay que poner en pié un nuevo sistema de relaciones
laborales en nuestro país, que parta de
la derogación de las reformas laborales, el fortalecimiento de la negociación
colectiva y la recuperación de los avances del Derecho del Trabajo en el
reequilibrio de la fuerza de las partes en la empresa. La garantía del derecho
de Huelga es imprescindible. Reclamamos que se derogue el artículo 315.3 del
Código Penal, que criminaliza el derecho de huelga y la retirada de la Ley de
Seguridad Ciudadana (conocida como Ley Mordaza) que persigue la protesta social.
Exigimos
la igualdad real entre hombres y mujeres en el mundo laboral y en la sociedad.
Porque la discriminación en el trabajo y en los salarios, consolidada a lo
largo de décadas, genera dependencia y subalterinidad social. Por otro lado, la
situación de las mujeres en el mercado laboral y su expresión en el estatus
económico y social, seguirá lastrada por el desigual reparto de las cargas
familiares, acrecentada por los enormes recortes que han sufrido, con la excusa
de la crisis, servicios públicos tan importantes para aliviar la carga de
cuidados como la educación infantil de 0-3 años y la Ley de Dependencia.
En
este 1 de Mayo hay que denunciar también la influencia que, para las
condiciones de vida de los las trabajadoras y los trabajadores españoles y
europeos, tendrá la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos
(TTIP), por el que se reducen sus derechos y las posibilidades comerciales de
las pequeñas empresas y autónomos en favor de las grandes corporaciones.
Izquierda
Unida llama a los trabajadores y las trabajadoras a participar en todas las
movilizaciones convocadas en este 1 de Mayo por los sindicatos de clase.
Llamamos,
así mismo, a incrementar la solidaridad internacional con quienes están
sufriendo las consecuencias de las guerras potenciadas por el terrorismo y los
intereses del capital internacional.
¡Vivan
las luchas de las trabajadoras y los
trabajadores!
¡Viva
el 1 de Mayo!
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