Estamos convencidos de que es
posible construir un Partido fuerte, activo, organizado e implicado en el
conflicto social.
Gema
Delgado/ Mundo Obrero
Mundo Obrero: Celebramos la primera
fase del XX Congreso del PCE en unos momentos en los vivimos un proceso
extraordinario en España. ¿Con que perspectiva afronta el partido este proceso?
José Luis Centella: El
objetivo que nos debemos plantear en estos momentos es dar respuesta a los
retos que tiene un Partido Comunista, en un Estado, como el español en este
Siglo XXI. No es cuestión solo de un documento de tesis, sino que entendemos
requiere la elaboración de un Manifiesto-Programa que se plantee una propuesta
de cómo avanzar hacia el socialismo y el comunismo en este Siglo XXI, y hacerlo
desde la realidad en la que vivimos y luchamos.
No
se trata de un trabajo académico, ni una elucubración teórica, se trata de
encontrar y formular alternativa reales para los problemas concretos en este
momento concreto, y hacerlo desde la máxima participación y el máximo rigor, es
decir con una definición de la coyuntura política internacional, su concreción
en Europa y en España, pero que como ocurre con el Manifiesto del Partido
Comunista presentado por Karl Marx y Frederich Engels ante la Liga de los
Comunistas en 1848, aterrice en propuestas muy concretas.
Se
trata de situar el papel de los partidos comunistas en este momento del Siglo
XXI, cuando el capitalismo en su fase imperialista lanza la ofensiva más dura,
cruel e inhumana que hayan conocido los tiempos, llevando la destrucción y la
muerte a todos los rincones del planeta. Es necesario levantar la voz y poner
en evidencia que está más clara que nunca la dicotomía entre Socialismo y
Barbarie.
M.O.: En el último Comité Federal
del PCE llegó a mencionarse hasta 48 veces que éste que ha comenzado, el XX
Congreso del PCE, es un “congreso histórico”. ¿Qué es lo que le hace histórico?
J.L.C.:
Efectivamente, estamos ante un Congreso Histórico por varios motivos. Para
empezar porque es un momento en el que el capitalismo en su fase imperialista
ha desencadenado una gran ofensiva, mostrando su cara más cruel e inhumana,
llevando la muerte, la destrucción, la miseria a millones de seres en todo el
planeta. Y esta ofensiva necesita una respuesta organizada de las fuerzas
obreras que sitúe la defensa de un futuro de paz, justicia y libertad para toda
la humanidad.
En
España, esta ofensiva está significando el intento de consolidar la dictadura
del capital en toda su extensión, desde el dominio del pensamiento único en la
cultura, al dominio de la economía por un capitalismo especulativo,
dependiente, cada vez más autoritario.
La
confrontación está servida y tenemos que ser conscientes de que en los próximos
años nos jugamos el futuro de varias décadas. No se trata de un absurdo todo o
nada, sino de ser conscientes de que si se consolida un modelo de sociedad
autoritaria, patriarcal, neoliberal, habremos dado un gran paso hacia atrás en
la historia.
M.O.: El objetivo del Congreso es
definir una política de estrategias y alianzas, con una apuesta clara por la
ruptura democrática y por la Unidad Popular. ¿Cuál es el papel del PCE en esta
apuesta y cómo debería trabajar por ella?
J.L.C.: En
primer lugar es fundamental dejar claro lo que entendemos por Ruptura
Democrática, cuestión que va muy ligada a cómo analicemos la existencia de una
crisis del régimen político conformado en España entre los años 1976 y 1982,
este régimen que se ha basado en un modelo de acumulación capitalista
dependiente basado en el sector servicios (especialmente la construcción y el
turismo) y el endeudamiento, con un marco institucional basado en el
bipartidismo y el pacto social, con un soporte popular arropado en la idea de
la modernización de nuestro país con la entrada en la Unión Europea que se
ligaba a crecimiento económico que mejoraba la calidad de vida de gran parte de
la población, todo ello con una legitimación de la monarquía garante de la estabilidad
y la democracia.
A
partir de 2007 este régimen entra en una triple crisis: una crisis de
acumulación (que se intenta resolver socializando las pérdidas sobre los
derechos y el poder adquisitivo de la mayoría social), una crisis del marco
institucional (los partidos políticos mayoritarios pierden apoyo ante una parte
importante de sus bases electorales) y una crisis de legitimidad (los grandes
consensos de finales del siglo XX se han roto para amplios sectores de la
población).
La
realidad es que en este momento, la Constitución de 1978 que a nosotros se nos
había quedado pequeña, al capital le viene muy grande, porque le sobran los
avances sociales, económicos e institucionales que eran significativos aunque
fueran limitados y en algunos casos de carácter testimonial, y en este momento
vuelven a aparecer dos posibilidades de resolver la crisis del régimen, una
desde la reforma, para asegurar cambios limitados que den salida a la crisis
institucional y recupere la legitimidad sin tocar lo fundamental, el poder
económico: se pretende un nuevo ciclo político en el que el dominio del poder
económico sea más directo sin intermediarios.
Es
en función de esta situación que planteamos la estrategia de ruptura
democrática que permita avanzar en políticas sociales, democráticas y
antipatriarcales, la clave es convencer a la clase trabajadora, a las capas
populares, pequeña burguesía de que es imprescindible romper con el actual
estado de cosas para resolver los problemas concretos que sufre la mayoría de
la población.
La
clave es dejar claro que no queremos ser la izquierda del sistema, que queremos
ser la alternativa al sistema.
M.O.: Una de las siete tesis
políticas se dedica a la actual construcción europea al servicio de las
finanzas y los intereses e imposiciones de la Troika y a un modelo alternativo
de integración. ¿Cómo se está planteando el debate sobre la Unión Europea y la
ruptura con la Europa del Euro?
J.L.C.: Es
evidente que dentro de la Unión Europea es imposible hacer una política
democrática y social. En el seno de una UE que supedita su política exterior a
la OTAN, que trata de consolidar el neoliberalismo más cruel como base de su
economía.
Al
mismo tiempo estamos convencidos de que la Union Europea es irreformable, por
lo tanto hay que hablar claro al pueblo y plantear que es necesario romper este
modelo de integración para poder avanzar hacia una Europa solidaria,
democrática, horizontal.
La
cuestión es el cómo romper, qué alianzas nos pueden ayudar en este difícil
camino, porque no estamos hablando de una propuesta teórica, académica, estamos
hablando de plantear una propuesta seria, solvente y que pueda generar amplio
consenso social y político, y no es fácil esta cuestión. Por eso tenemos que
avanzar en este Congreso en definir claramente que queremos romper con la Unión
Europea, que queremos plantear un nuevo modelo de Integración Europea, y
emplazarnos en unos meses al gran debate del cómo. Y en este debate situar bien
quiénes son los enemigos y quiénes son posibles aliados.
M.O.: ¿Cómo se van a reflejar las
conclusiones del XX Congreso en la organización del Partido y en el papel de la
militancia comunista?
J.L.C.: Es
vital que el PCE sea un elemento fundamental en la batalla política y social
que se está dando en estos momentos, pero para ello es imprescindible un rearme
ideológico, que permita disputar la hegemonía al neoliberalismo, y hacerlo sin
sectarismo, consiguiendo la máxima acumulación de fuerzas de carácter
antimonopolista, y antiimperialistas, este es el objetivo fundamental del
Congreso, avanzar en la construcción de una alternativa de ruptura democrática
sobre tres pilares.
Uno
dirigido a demostrar que es posible acabar con el paro, con la deuda de las
familias, el problema de la vivienda, que es posible la nacionalización de la
banca y la construcción de un Estado social, es decir que es posible superar el
capitalismo y avanzar hacia el socialismo en este siglo XXI.
Otro
pilar debe desarrollar una democracia participativa con mecanismos de
democracia directa, de confrontación con la corrupción y de recuperación de la
soberanía.
Pero
un tercer pilar, tan importante como los anteriores, debe ser el configurar una
organización con capacidad para elaborar, e incidir en la aplicación de
nuestras propuestas, una organización coherente desde el debate y la síntesis
de ideas, que rechace el sectarismo, el burocratismo y el izquierdismo
infantil, que desde la claridad de ideas, desde un discurso que reclame sin
complejos situarse en el camino hacia el socialismo sea capaz de encuadrar a
los millones de personas que sufren las consecuencias de la política más
antisocial y autoritaria de la historia y que necesitan un Partido, activo, organizado
e implicado en el conflicto social.
M.O.: El Congreso se inicia a menos
de dos meses de la Asamblea de IU, y usted habla de dar la batalla política por
IU y trabajar para desbordarla desde la más amplia unidad popular. ¿Puede
desarrollarnos la idea?
J.L.C.: Lo
decimos claramente en la tesis que discutiremos en esta primera fase del
Congreso, en las que planteamos que para poder construir un Bloque Social y
Político de carácter Alternativo, es imprescindible que IU recupere su carácter
de Movimiento Político y Social sobre la base de nuevas formas de hacer
política. Y por ello nos planteamos el reto de trabajar para que sindicalistas,
feministas, ecologistas, republicanos/as, se sumen a la lucha política y
desborden a la actual Izquierda Unida desde la más amplia unidad popular, no se
trata de sustituir a una Organización como es IU, por otra, sino todo lo
contrario.
Como
decía recientemente, que nadie se confunda, que nadie se haga falsas ilusiones,
la actual dirección del PCE no se plantea, ni abandonar IU, ni entregársela a
nadie, daremos la batalla política por IU, por los principios fundacionales de
IU y confrontaremos con quienes desde una supuesta defensa de sus siglas y su
identidad la quieren llevar a formar parte del proyecto reformista, como la
izquierda del régimen.
Quiero
terminar esta entrevista con un mensaje claro a la militancia, para que tenga
la certeza de que la dirección del Partido nos estamos dejando la piel en la
defensa de un futuro para el PCE, estamos convencidos de que es posible
construir un Partido Fuerte, organizado, implicado en el conflicto, por ello
quiero hacerles un llamamiento para que afronten este Congreso con ilusión,
desde el debate y desde la acción.
Muchas
veces, se me acusa de abusar de las referencias al Partido de Pepe Díaz y de
Dolores, pero es que no me canso de situar en primer plano sus enseñanzas, su
defensa de la unidad popular como la principal arma de la clase obrera en su
lucha contra el capital, no me resisto a recuperar su batalla contra el sectarismo
como freno al desarrollo del Partido, y sobre todo los sitúo como referentes de
dirigentes comunistas que saben situar siempre la defensa del Partido, y su
unidad por encima de personalismos y falsos protagonismos.
Publicado en el Nº 295 de la
edición impresa de Mundo Obrero abril 2016
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