.

.

viernes, 1 de mayo de 2020

Otro modelo social y económico es necesario para Málaga


Fernando Cubillo
Secretario General CCOO Málaga
Por primera vez, desde la llegada de la democracia, reivindicamos nuestros derechos sin salir a las calles. El estado de alarma no nos va a impedir poner de relieve la situación de cientos de miles de personas trabajadoras malagueñas que están sufriendo, ocho años después de la última crisis, la mayor incertidumbre en sus vidas, y no sólo laboral.
En este primero de mayo debemos reconocer en primer lugar a quienes han fallecido por culpa de la pandemia, a estas personas consideradas esenciales, sus compañeras y compañeros. Ningún salario podrá compensar el riesgo que sufren a diario por contagio, jugándose la vida, y ningún beneficio empresarial es más importante que sus vidas. Es el valor insustituible del trabajo de las personas malagueñas lo que nos pueden sacar de esta crisis, en especial el de quienes han estado en primera fila en todo momento. Trabajos pocos cualificados en muchos casos, y que hace unos meses no eran ni merecedores del SMI.
El primero de mayo, la sociedad debe reconocer el valor imprescindible del trabajo de quienes llevan adelante los servicios públicos, garantizando que los derechos sociales reconocidos en nuestra constitución española, llegan a todas las personas sin exclusión por raza, sexo, nacionalidad, religión,… Gracias a su trabajo y compromiso, la sociedad hoy mantiene unos niveles de bienestar y derechos que la iniciativa privada no es capaz de garantizar de manera universal.
Nuestros mayores merecen no sólo nuestro respeto, también nuestro esfuerzo económico, garantizándoles unas condiciones de vida dignas, en sus domicilios o en las residencias. Esta pandemia ha puesto al descubierto las carencias de nuestro sistema de dependencia, del modelo asistencial y las necesidades que debemos cubrir a quienes han luchado toda su vida por y para nosotros.
Tenemos que alertar a las instituciones malagueñas de que el modelo de desarrollo y crecimiento de nuestra provincia basado en el beneficio rápido a corto plazo, en inversiones especulativas con el turismo como base de extracción de rentas, ha entrado en una crisis profunda. No se trata de reactivar la economía tal y como se venía haciendo hasta ahora. Esta pandemia nos va a obligar a reinventar el turismo con otros parámetros, otro modelo, donde resulte más importante el mantenimiento del tejido empresarial y la sostenibilidad, que el beneficio a corto plazo, y en las circunstancias actuales necesitamos mantener el empleo soportado con demanda interna y garantizando la prevención de la salud.
Regresar al modelo empresarial amparado en los abusos de la contratación parcial o temporal, utilizando a la población joven y femenina como mano de obra de bajo coste, nos lleva a un débil y efímero crecimiento vulnerable ante cualquier crisis ya sea económica o sanitaria. Por eso Málaga ocupa hoy el segundo puesto nacional en caída de afiliación a la seguridad social, los primeros puestos en crecimiento del desempleo, primer puesto en expedientes de regulación temporal de empleo con más de 25 mil, afectando a más de 124 mil personas, porque tenemos una estructura empresarial que no ve más allá del verano y de la semana santa.
La facilidad que tienen las empresas para despedir y ajustar plantillas, ha quedado demostrada en este mes de marzo y abril. No se puede pedir más “flexibilidad laboral” a la población trabajadora malagueña. Quienes así piensan sólo piensan en sus bolsillos y no en el desarrollo económico y social de nuestra provincia.
Hoy se ha puesto el contador a cero para muchas familias que inician la búsqueda de empleo, y para otras que sufrirán con más dificultad esa carencia, por eso este primero de mayo tenemos que reivindicar una protección social completa, un ingreso mínimo vital y exigir un cambio en las políticas de formación profesional, y que los fondos de formación vuelvan a cumplir su función principal, la mejora de la cualificación profesional, que facilite abandonar el desempleo a miles de personas malagueñas.
Esta provincia necesita de otro modelo social y económico en el que la reactivación de la economía no sirva sólo para frenar la pandemia, sino para generar un desarrollo social donde la estabilidad y la seguridad jurídica empresarial sean compatibles con la seguridad laboral en el empleo y con unas condiciones dignas que faciliten ese consumo interno, desde donde hoy debemos arrancar la economía.
Málaga tiene que abandonar el peor ranking nacional que hoy ocupa, para liderar una transformación urgente y profunda de sus actividades económicas, y eso sólo se consigue con acuerdos en las empresas, con la implicación de todas las administraciones públicas, con pactos provinciales para impulsar industria, desarrollo rural, construcción, turismo, movilidad sostenible,… todos ellos respetuosos con el medio ambiente, con fuerte carácter inclusivo de hombres y mujeres, y con la participación de la representación sindical.
No hace falta salir a la calle, para poner en valor el trabajo de las miles de personas sindicalistas. Sin ellas, sin su compromiso, hoy como antes, no es posible un nuevo modelo social y económico donde todos y todas nos veamos reflejadas.
Por eso desde CCOO afirmamos hoy con rotundidad que otro modelo social y económico es necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario