Gema
Delgado/ Subdirectora de Mundo Obrero
La crisis
sanitaria y económica generada por pandemia mundial del Covid19 llegó cuando el
gobierno progresista de coalición PSOE-Unidas Podemos sólo llevaba 70 días
ejerciendo. “Afortunadamente para la
clase trabajadora de este país estábamos en el gobierno cuando todo esto ha
sucedido porque si no, no se habrían aprobado la mayoría de las medidas que se
han adoptado y habría ocurrido como en 2008” dice Enrique Santiago en esta
entrevista. El objetivo es no dejar a nadie atrás. Para ello se ha levantado un
escudo social, 3,5 millones de personas han salvado su trabajo gracias a los
ERTEs, que se han ampliado hasta el 30 de junio, y en las próximas semanas se
aprobará el Ingreso Mínimo Vital. La forma de salir de esta crisis se
determinará en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que empezó
ya a trabajar en el Congreso. Enrique Santiago, elegido vicepresidente,
defiende que esta Comisión es lo más parecido a un proceso constitucional. Para
conseguirlo, dice, hace falta que la gente acompañe con la movilización
política, social y sindical.
MUNDO OBRERO: El manifiesto del PCE del 1º
de Mayo decía: “esta crisis no se está gestionando, ni vamos a permitir que se
gestione, como otras” ¿Qué significa en estos momentos que el Partido esté en
el gobierno?
ENRIQUE SANTIAGO: Significa que
tengamos herramientas para poner en marchas medidas concretas que posibiliten
que nadie se quede atrás y que la prioridad no sea, como en el 2008, rescatar
el capital financiero sino a las personas, especialmente las más vulnerables.
M.O.: También decía: “nos toca asumir el
papel de la clase obrera y de sus organizaciones políticas y sindicales”. ¿Cuál
es el papel que nos toca desempeñar a los comunistas en esta coyuntura?
E.S.: Estamos trabajando
fundamentalmente para sumar apoyos al gobierno. Sabemos que la actual
correlación de fuerzas no nos permite, a la izquierda alternativa y a los
comunistas, hacer las políticas que desearíamos al 100%. Unidas Podemos tiene
10% de los diputados en el Parlamento y por eso es trascendental conseguir
invertir esa correlación de fuerzas mediante el apoyo popular que el componente
de la organización y la movilización social y popular se sume al componente
meramente institucional. Nuestro papel en esta crisis está siendo canalizar
todos estos apoyos tanto a través de propuestas como a través de organización
de colectivos sustentando al gobierno y haciendo suyas las distintas propuestas
aprobadas por el gobierno. Así conseguimos invertir la correlación de fuerzas,
mejorarla a favor de los intereses populares y poder hacer políticas mucho más
avanzadas.
M.O.: Acabas se ser elegido Vicepresidente
de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Parlamento. Ahí
nos jugamos cómo va a ser la salida de la crisis ¿Qué vamos a intentar sacar de
esta comisión?
E.S.: Va a ser lo más parecido a
impulsar un nuevo pacto o proceso constituyente. Se trata de sentar una serie
de bases, lo más consensuadas posibles, sobre las que construir la
institucionalidad y garantizar los derechos en España y que eviten que nos
volvamos a encontrar en una situación como la que nos hemos encontrado.
Lo que ha
quedado de manifiesto es que el sistema capitalista, además de sumamente
injusto, tiene los pies de barro y es incapaz de garantizar una vida digna a
las personas, en especial en esta fase de políticas neoliberales, desregulación
y de pérdida de capacidad de intervención de las administraciones públicas y de
desregulación de los derechos de los últimos años. La vulnerabilidad de las
personas ha quedado más de manifiesto y se trata de revertirlo, de reconstruir
lo común, lo que nunca debió ser privatizado ni salir del espacio común. Hay
que garantizar los sistemas de protección para todo el mundo: los sistemas de
salud, los sistemas de atención y garantía de los derechos sociales.
Garantizar
también la capacidad de decisión y dirección de la economía. Ha quedado de
manifiesto que España ha perdido absolutamente su soberanía económica y
productiva. Encontrarnos en una situación de emergencia y ser incapaces de
producir cosas tan básicas como equipos de protección o respiradores pone de
manifiesto que la deslocalización económica no ha sido un fenómeno aislado sino
que ha invertido absolutamente el sistema productivo y ha acabado con la
capacidad industrial de nuestro país.
Supone una
nueva fiscalidad, una nueva política de ingresos que garantice que hay ingresos
suficientes para distribuir. Y por supuesto repensar nuestra relación política
con los países de nuestro entorno, que tiene que ser de solidaridad y no
simplemente la creación de mercados donde los grandes grupos económicos
articulen la relación entre los pueblos en función de sus intereses.
M.O.: Esta crisis ha dejado al descubierto la fragilidad económica y laboral
de este país: gran precariedad, temporalidad y economía sumergida. Hace menos
de un año el 21% de la población estaba bajo el umbral de la pobreza. Hoy toda
esta gente se ha quedado sin nada. Frente a ese abismo el gobierno ha
desplegado un escudo social. ¿Se está consiguiendo no dejar a nadie atrás?
E.S.: Nuestro objetivo al entrar en el
gobierno era precisamente que los sectores más vulnerables, la clase
trabajadora tuviera una fuerza política en las instituciones que velara por
ellos y garantizara sus derechos, que corrigiera las desigualdades. Es decir,
nuestra razón de ser en el gobierno es conseguir la mejora de las condiciones
de vida de esos sectores. Y afortunadamente para la clase trabajadora de este
país estábamos en el gobierno cuando todo esto ha sucedido porque si no habría
ocurrido como en el 2008: la gente habría sido desahuciada, se encontraría sin
vivienda, sin trabajo y sin recibir ningún tipo de ayuda o apoyo, se
enfrentaría a cortes de suministros energéticos y básicos en sus casas. Y eso
es lo primero que hemos garantizar que esta vez no va a pasar lo mismo.
En España
nadie va a poder ser desahuciado en los próximos seis meses y probablemente
conseguiremos ampliar ese periodo más tiempo hasta que haya una completa
recuperación social y económica. De momento hemos conseguido una moratoria en
el pago de las cuotas hipotecarias y unos aplazamientos y renegociaciones en el
caso de las rentas de arrendamientos. Hemos conseguido prohibir el corte de los
suministros básicos. Además del escudo social de todas esas ayudas se va a
garantizar que a principios del mes de mayo 5,3 millones de personas que se han
visto con la pérdida o suspensión de su puesto de trabajo tengan un dinero
contante y sonante en el bolsillo. El día que nuestra correlación de fuerza no
nos permita garantizar eso, evidentemente no tendrá ningún sentido que estemos
en el gobierno, porque Unidas Podemos no está en el gobierno para ocupar cargos
institucionales, está para garantizar los derechos de nuestro pueblo.
M.O.: Una de las primeras medidas fue proteger los puestos de trabajo con
ERTEs y a lxs trabajadorxs más vulnerables con el Ingreso Mínimo Vital.
E.S.: El Ministerio de Trabajo está
haciendo una tarea excepcional. A través de él, el gobierno ha impulsado una
serie de medidas para no dejar a nadie atrás. Entre el 28 de abril y el 5 de
mayo en España se han pagado 5.300.000 prestaciones a cargo del Ministerio de
Trabajo; desde las prestaciones de desempleo, que se han garantizado para que
no se extingan durante este crisis, a los más de 3 millones de prestaciones a
trabajadores y trabajadores en ERTES que han servido para garantizar que no se
les despida. Pero también se han puesto en marcha prestaciones que no existían:
para las trabajadoras y trabajadores del hogar y para los autónomos por
reducción o cese de actividad.
M.O.: ¿Vamos a tener recursos para mantener
el escudo social?
E.S.: Probablemente con el actual
sistema de recaudación no. Y menos si hay comunidades autónomas como la de
Madrid, donde más actividades económicas hay, en la que se bajan
sistemáticamente los impuestos a los grandes grupos económicos que tienen
beneficios, pero luego le exigen al gobierno de España que lo abone. Es lo que
ha hecho la señora Ayuso: solicitar al gobierno central los 2 millones que ha
condonado a empresas con beneficios.
A nivel
fiscal hay una cuestión a tener muy en cuenta. Nuestro sistema fiscal no es
confiscatorio, las empresas sólo pagan impuestos si tienen beneficios, y además
sólo pagan impuestos sobre sus beneficios, a diferencia de lo que ocurre con
las trabajadoras y trabajadores que pagan impuestos sobre la totalidad de los
rentas, y aunque el balance de los ingresos sobre los gastos no de positivo, se
paga igual. Lo que no tiene sentido es que el actual sistema fiscal además de
hacer pagar sólo a las empresas si tiene beneficios, encima se baje la
tributación sobre esos beneficios hasta cantidades irrisorias.
La banca en
España está pagando un 5,5% de impuestos sobre sus beneficios mientras que
cualquier trabajador paga un 15 ó un 20% sobre sus ingresos. Con esto es con lo
que hay que acabar. ¿Qué hemos manifestado desde el primer momento? Que las
empresas que han tenido beneficios fiscales en 2018 y 2019, tiene que utilizar
esos beneficios en distribuir riqueza porque estamos en una situación de
urgencia donde todo el mundo tiene que apretarse el cinturón.
Por eso, una
de las tareas esenciales de la Comisión de Reconstrucción va a ser reorganizar
el sistema fiscal. No podemos tener un sistema que recaude entre los pobres y
condone la recaudación fiscal entre los ricos, sino un sistema sensato, y no
estoy hablando de sistemas socialistas, sino de sistemas democráticos e incluso
liberales: la recaudación tiene que ser progresiva entre los que más ingresan.
Hay que acabar con esa absoluta orgía de condonaciones fiscales que han hecho
las políticas neoliberales en nuestro país en los últimos años.
M.O.: ¿A dónde se puede ir con una
confrontación política tan visceral como la que hay en España en un momento en
el que lo que está en cuestión es la vida de las personas y asegurarles los
recursos mínimos para salir adelante?
E.S.: La derecha ha sido incapaz de
tener la más mínima generosidad para construir acuerdos, consensos y anteponer
el interés general de los españoles a su intereses particular. Han intentado
convertir una catástrofe natural, mundial, en un argumento para derribar el
gobierno. No soportan que por primera vez desde hace 80 años hay una fuerza
política de la izquierda alternativa y transformadora que está en el gobierno y
con los resultados que se está viendo.
Para ellos,
el ejercicio de la política no es ni más ni menos que un ejercicio de interés
económico. Su interés en que exista el Estado simplemente tiene que ver con la
posibilidad de saquearlo contantemente. Cuando acabe toda esta crisis y se
analicen los resultados se verá claramente que los sectores más afectados en
cuanto a mortalidad han sido los sectores externalizados, privatizados y donde
ha habido más recortes de presupuesto público, como ha sucedido en las residencias
de la tercera edad en la comunidad de Madrid.
M.O.: ¿Hay peligro de que se pueda romper
la mayoría parlamentaria que sostiene al gobierno?
E.S.: Creemos que no porque
afortunadamente esa mayoría que permitió, primero, la moción de censura y,
luego, el acuerdo de investidura, es una mayoría responsable que más allá de
desencuentros puntuales por cuestiones relacionadas fundamentalmente por la
gestión territorial de la crisis de emergencia sanitaria, social y económica,
tiene un interés en que las instituciones de este país no caigan nuevamente en
manos de esa derecha depredadora que se ha dedicado a saquear los servicios
públicos. En estos momentos impedir que gobierne la derecha es una cuestión de
seguridad humana, de garantía del derecho a la vida, a la salud y a la
integridad, y eso está por encima. Creo que esa mayoría no está en peligro. Hay
que cuidarla, mantener mucho diálogo y encuentro, analizar conjuntamente las
distintas opciones que son más favorables en cada momento. La rapidez con la
que ha habido que abordar situaciones nuevas ha hecho que se haya priorizado
constantemente lo inmediato y que quizá no haya habido tiempo para reflexionar
con tranquilidad y para el diálogo. Estamos analizando e intentando mejorar ese
aspecto de permanente diálogo e intercambio.
M.O.: El partido llama a una movilización
política, social y sindical para apoyar a este gobierno de coalición. Este
gobierno molesta mucho a la derecha y a los poderes económicos ¿Por qué es
importante esta movilización popular?
E.S.: Es
fundamental blindar este gobierno y su tarea desde todos los puntos de vista y
desde todas la áreas. Creemos que es imposible que avance un proyecto de
construcción popular sino es con el acompañamiento permanente de nuestro pueblo
que no puede limitarse a depositar una papeleta en las urnas cada cuatro años.
La movilización a la que hacemos referencia tiene que incluir a todos los
sindicatos de clase, a todos los colectivos sociales, a personas individuales,
a todos los que trabajan en cualquier conflicto social, los que enfrentan las
contradicciones diarias del sistema capitalista. Todos somos parte del mismo
proyecto. Con esa movilización queremos empoderar a nuestro pueblo a las clases
populares, a los sectores que se organizan en torno al conflicto social y
político e incorporarles como motores del cambio social que necesita nuestro
país en estos momentos. Unidas Podemos en las herramientas de manifestar esa
presencia en las instituciones.
M.O.: ¿Puedes hablarnos de la campaña
aprobada para desarrollar el espacio político de UP?
E.S.: En los órganos del Partido, de
Izquierda Unida, de Unidas Podemos, hemos ido concretando esa necesidad de
incorporar a todos los sectores organizados en torno al conflicto a la tarea
del gobierno a través del trabajo de Unidas Podemos. Igual que desplegamos
campañas para reforzar el proceso de construcción de unidad popular desde las
elecciones de abril de 2019, creemos que, en este momento más que nunca, los
sectores conscientes de nuestro pueblo tienen que participar activamente en la
defensa de un gobierno que por primera vez en muchos años antepone los
intereses de la mayoría a los intereses participares. El éxito de la campaña
consiste en conseguir movilización y apoyo permanente que va a ir incrementando
nuestra influencia en el gobierno y en las instituciones.
Hay demasiadas
instituciones que tienen vida propia y que están bastantes sustraídas del
control democrático y ciudadano, por ejemplo el poder judicial y otros cuerpos
de la Administración del Estado que han demostrado que en determinados casos
tienen capacidad de interferencia para retardar las medidas acordadas por el
gobierno democráticamente elegido. Eso puede contrarrestar con un pueblo
organizado.
M.O.: ¿Cómo se está trabajando con los
sindicatos?
E.S.: Desde que salimos del último
congreso nos hemos planteado un trabajo constante con los sindicatos y es lo
que venimos haciendo. Tenemos una relación permanente desde que surgió la
posibilidad de formar parte del gobierno. Y a esa buena coordinación ha
permitido poner en marcha escudos sociales. Ha sido fundamental tener claridad
de ideas y coordinación entre el gobierno y los sindicatos para bloquear las
dificultades puestas por sectores económicos, empresariales o de la derecha y
la ultraderecha y poder garantizar los derechos de los trabajadores.
En esta
crisis se ha demostrado que los sindicatos son muy útiles. En los momentos más
complicados de la emergencia sanitaria, y ante la falta de la soberanía
industrial y productiva, gracias a esa presencia sindical en muchas empresas
fue posible organizar, desde el primer momento, la producción una herramienta
fundamental para garantizar la seguridad humana y el derecho a la vida como son
los Epis. Y hay que resaltar el ejemplo de Seat, con la presencia de los
camaradas del PSUC-Viu, que junto al resto de los compañeros y compañeras de
las secciones sindicales, que utilizaron la tecnología de coches para fabricar
respiradores cuando más falta hacía. Y eso ha sido posible por la ágil
coordinación desde el primer momento entre los sindicatos y las instituciones
del gobierno, gracias a que la izquierda alternativa y transformadora que somos
Unidas Podemos forma parte del gobierno.
M.O.: ¿Qué va a pasar con los próximos
presupuestos generales?
E.S.: En
este contexto la aprobación del PGE son una herramienta más para afrontar la
construcción y garantizar que no se derrumba el escudo social que hemos
levantado. En el debate presupuestario vamos a ver muy claramente a qué lado de
la línea divisoria, que separa los intereses generales de los particulares, se
sitúa cada fuerza política.
La intención
estratégica es que cuando la situación esté normalizada no desaparezcan todas
las garantías sociales que hemos puesto en marcha. Ha habido avances que hay
que consolidar como una prestación digna para los trabajadores autónomos que se
quedan sin actividad económica o la ven reducida por lo que fuera, o para
sectores muy vulnerables y a la vez muy imprescindibles como sectores de
cuidados y las empleadas del hogar. Igual que el Ingreso Mínimo Vital. Han sido
conquistas populares que hay que consolidar. Hoy más que nunca la actitud de
los comunistas no puede reducirse a ser tertulianos contemplativos del sistema
capitalista para criticarlo, sino la de actuar para poder transformarlo en cada
momento a la altura de nuestras posibilidades, desde las conquistas más
pequeñas a las más importantes. Y eso es lo que está haciendo nuestro partido,
como siempre ha hecho a lo largo de su historia. Guardando las distancias,
estamos en una situación muy parecida a la que se vivió en la II República.
Nuestro partido se enfrentó al debate sobre si la prioridad era hacer la
revolución o ganar la guerra y defender la institucionalidad republicana. Y
nuestra respuesta fue que había que defender la legalidad republicana, la
democracia y a partir de ahí, una vez que se hubiera acabado con la terrible
amenaza del fascismo, ir avanzando para construir el socialismo.
En estos
momentos, la opción clara del Partido es garantizar el estado social,
ampliarlo, evitar que se hunda y a partir de ahí, en torno a unas nuevas bases,
profundizar para construir un sistema lo más socializante posible. Y en eso es
en lo que estamos.
M.O.: El PCE, a través de la FIM y en
alianza con la FEC, está impulsando un amplio llamamiento en la izquierda sobre
cómo realizar la reconstrucción
E.S.: Este debate en nuestras
fundaciones pretende dar un soporte propositivo y programático al debate para
la reconstrucción de España, pero también para la reconstrucción del modelo de
relaciones entre los pueblo y países de Europa. Será más fácil conseguir
nuestros objetivos si hacemos el trabajo en coordinación y sumando a otras
fuerzas de la izquierda progresista de toda Europa, y en especial la de los
países que tienen unas situaciones más parecidas a las nuestras, como son los
países del sur de Europa.
La UE no ha
sabido responder a la emergencia y ha priorizado otra vez los intereses de los
grandes grupos económicos y de los países del norte de Europa, que en algunos
casos se están enriqueciendo haciendo dumping fiscal en el seno de a UE y
usurpándonos recaudación fiscal mediante política equivalentes a la
implantación de paraísos fiscales dentro de su territorio, lo que evidentemente
no es un modelo solidario.
M.O.: La crisis se está gestionando de
forma muy distinta en cada país dependiendo si se ponen en el centro la vida o
los negocios. ¿Cuál es papel del internacionalismo en estos momentos?
E.S.: Esta pandemia, que es universal,
ha puesto en evidencia la debilidad del sistema capitalista en todo el planeta.
El mundo está interconectado e igual que viajan los virus viajan las ideas, las
propuestas políticas, los modelos para salir de esta crisis. El debate tiene
que ser global. O nos salvamos toda la humanidad o va a ser complicado
garantizar una vida digna en el planeta. El nuevo modelo de internacionalismo
nos obliga a coordinar los esfuerzos y estrategias de todas las fuerzas de
progreso frente a un enemigo común que son las oligarquías económicas y los que
anteponen los intereses particulares que incluso son incompatibles con la
supervivencia de los ecosistemas y de la vida plantearía. El capitalismo es una
maquinaria que mata cualquier forma de vida en nuestro planeta.
Igual que
las fuerzas oligárquicas se coordinan entre sí también las fuerzas de progreso,
las fuerzas de izquierda, los comunistas nos tenemos que coordinar en todo el
planeta y unir fuerzas para combatir este sistema capitalista tan dañino para
nuestra civilización.
22/05/2020
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