La cuarta jornada de la Marcha de la
Desbandá se desarrolla desde Almuñecar hasta Motril, antes de
salir, en el momento en que se explica los pormenores de la jornada,
una compañera valenciana, de Xátiva, ha tomado la palabra y nos
contado que ha venido a sumarse a la marcha de la Desbandá, porque
quieren unir las actividades contra los crímenes del fascismo. El 12
de febrero de 1939, un grupo de 5 bombarderos Savoia-Marchetti
S.M.79 del 27º grupo de la aviación legionaria italiana,
procedentes de Palma de Mallorca, despegaron con destino a Xàtiva en
la retaguardia Republicana. El día era claro y la visibilidad
perfecta. Hacia las 11:30 de la mañana los bombarderos se acercaron
a la estación ferroviaria, donde en ese momento había presentes en
los andenes personal ferroviario, mujeres y niños, familiares y
amigos; el tren acababa de llegar, en ese momento los aviones
arrojaron su carga, unas 20 bombas de 250 Kg cayeron en la Estación
y alrededores. No había baterías antiaéreas y el ataque cogió
totalmente por sorpresa a los habitantes de Xàtiva, dando poco
tiempo para que la población pudiera refugiarse. En poco tiempo, las
explosiones de las bombas convirtieron todo en destrucción y
desesperación, gritos, llantos y sangre, montones de cuerpos de
seres humanos mutilados y sin vida, los cadáveres, la mayoría
irreconocibles, quedaron en el suelo de la Estación.
Comenzamos la marcha y
casi enseguida la columna desfila por delante de la gran estatua de
Abderramán 1º, el príncipe Omeya que desembarcó en Almuñecar el
año 756, siendo el artífice del Emirato independiente de Córdoba y
uno de los culpables del esplendor cultural y científico de
al-Andaluz, y según se cuenta el introductor de las palmeras en
España; dentro de la miopía del franquismo y el integrismo católico
de las dinastías españolas, está el de no reconocer que España
fue durante bastantes siglos, de mayoría musulmana y de lengua árabe
mayoritariamente. En vez de reconocer la aportación al mundo
occidental y a la humanidad que significó al-Andaluz, y que por
ejemplo está impresa en su influencia en la lengua española, lo
consideramos como algo ajeno y extraño al concepto de España. Es
como si rechazáramos la españolidad (como concepto de habitantes de
un territorio determinado) de los íberos porque nunca hablaron
castellano y mucho menos fueron cristianos.
La primera parada para la
memoria histórica, ha sido al final del paseo marítimo de la playa
Velilla de Almuñécar; subiendo un paseo muy empinado se llega a un
parque donde hay una placa de recuerdo de las víctimas de la
“Desbandá” y de la dictadura franquista, ya que era el lugar
habitual donde las fuerzas fascistas fusilaban a la gente.
La marcha discurre pegada
a la orilla del mar, hasta que en al final de la playa Curumbico,
bajo la torre del Diablo. Iniciamos una enorme subida hasta la
Nacional-340, donde nos encontramos con el recibimiento de un grupo
de malagueñ@s que han llegado en autobús, también con un pequeño
grupo de Podemos, entre los que se encontraba Juan Carlos Monedero,
que ha hecho una breve alocución en uno de los descansos de la
marcha destacando la diferencia entre quienes se manifestaban
manifestando hoy en Madrid, queriendo tapar sus corruptelas detrás
de la bandera de España y los que nos manifestábamos defendiendo la
memoria de quienes murieron por la libertad.
Nuevamente, la entrada de
la marcha en Salobreña ha sido muy emocionante. La marcha ha
desplegado la pancarta de la Desbandá y ha entrado en el pueblo
cantando el himno de Andalucía y el himno que nos hemos inventado
(Paco Doblas) de la Carretera de Almería con música de Santa
Bárbara, patrona de los mineros. En el pueblo además nos esperaba
otra columna, de la gente de Motril, que han hecho también el
recorrido para que nos encontráramos en Salobreña y juntas, más de
400 personas, fuéramos al homenaje en la desembocadura del rio
Guadalfeo, ya en término municipal de Motril, donde tanta gente
murió ahogada.
El 10 de febrero de 1937
llovía, la gente seguía huyendo desesperada de los aviones
italianos y los bombardeos de los acorazados franquistas, cruzar el
rio Guadalfeo era ya casi llegar a Motril, donde se creía que habría
resistencia republicana frente al avance fascista; el rio que no
llevaba mucha agua de pronto bajó con una tromba que ahogó a mucha
gente y que después imposibilitó el paso de miles de personas, ya
que el puente de hierro existente había sido volado para evitar el
avance de los tanques italianos y se había construido una pasarela
de madera, más arriba del cauce, a todas luces insuficiente para la
gran marea humana que se avecinaba. En el recuerdo oral de muchas de
las personas que consiguieron atravesar el rio se habla de que los
fascistas bombardearon una presa que produjo la tromba de agua, pero
en honor a la verdad, los historiadores han establecido que no
existía tal presa y que el torrente de agua se produjo por la propia
lluvia que produce grandes torrentes monte abajo, un fenómeno muy
corriente en esta parte del Mediterráneo.
El acto junto a la
desembocadura del Guadalfeo, ha contado con la intervención de
autoridades locales y del coordinador de Izquierda Unida de
Andalucía, Antonio Maillo, que ha insistido también en como nuestra
lucha dignificaba al pueblo andaluz. Pero lo más emotivo del acto ha
sido la intervención de Carmen, una mujer de 91 años sobreviviente
de la Desbandá, que logró pasar el puente antes de que lo volaran y
que ha contado algunos de sus recuerdos más dolorosos, entre ellos
como estando ya en Motril, sus padres le mandaron a llenar un botijo
de agua a la fuente; ella se negó porque estaba muy cansada, había
perdido un zapato y tenía los pies muy doloridos; entonces un
hermano mayor y otra más pequeña se ofrecieron para ir ellos. La
aviación volvió a bombardear, era ya casi de noche y la gente huyo
hacia todos lados. Los niños no aparecieron y al clarear el día los
encontraron cerca de la fuente debajo de otros muchos cadáveres;
todavía, posteriormente, tres niñas cayeron a una balsa de alpechín
(líquido de desecho de la molienda de aceitunas) dos de las cuales
fueron rescatadas con vida, no así la tercera, prima de Carmen que
murió ahogada. Carmen, finalmente se instaló en Cataluña, donde
vive ahora con su familia y desde donde ha venido para acompañar a
la Desbandá en varios de los actos que hemos celebrado.
El cierre de la jornada
ha sido con un concierto del cantaor comunista Juan Pinilla, artista
extraordinario, ganador del Festival del Cante de las Minas, de gran
voz y conocimiento extraordinario de la historia del cante y de todos
sus palos, casi podríamos decir un catedrático del cante flamenco,
pero que es un absoluto desconocido por el gran público gracias al
boicot de las televisiones públicas y privadas debido a sus ideas
sociales y su militancia comunista. Tan así es que entre los cantes
con los que nos ha deleitado estaban “Andaluces de Jaén”,
“Comandante Che Guevara” o “Pisaré las calles nuevamente”
dedicada esta última a Salvador Allende.
Como conté ayer, varias
nacionalidades participan en la marcha, olvidé decir que también
hay un compañero de Canadá y otro de Portugal; y hoy me he
despedido con un abrazo del francés Ives Almellones; el nació en
Francia, pero sus abuelos, por parte materna y paterna hicieron la
Desbandá; los paternos cruzaron el Guadalfeo, pero los maternos ante
la dificultad de cruzar el rio y ante la propaganda de que quien no
tuviera delitos de sangre no tenía nada que temer de las tropas
fascistas decidieron volver a Málaga, donde su abuelo, como otros
muchos que volvieron fue fusilado. Sin embargo, Ives, no conocía la
historia de su familia, que como tantas otras prefirió sepultar el
horror en el olvido. Quiso el destino que conociera a Isabel, una
compañera que participó en las dos primeras marchas y con quien
entabló una relación sentimental; ella le habló de la Desbandá, y
ese contacto es el que ayudó a Ives a recuperar la historia de su
familia; este año ha sustituido a Isabel en la marcha, ya que ella
por motivos de trabajo no ha podido acudir.
Mañana, quinta etapa,
Motril-Castell de Ferro, quizá la etapa más dura por los desniveles
que hay que superar, pero también de las que contienen más
recuerdos históricos.
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