Esta mañana a las 8:00
ha arrancado la columna de la Marcha de la Desbandá desde Nerja con
dirección a Almuñecar. Unas 150 personas, con un 40% aproximado de
mujeres, bastante jóvenes, y presencia, aún cuando sea testimonial,
de muchas comunidades españolas y de hasta cuatro países europeos,
llegados a la marcha al calor de su relación con la Asociación de
las Brigadas Internacionales. Italianos y alemanes que repudian el
crimen que cometieron sus estados fascistas de aquella época,
también franceses y belgas. Muchas de esas personas de otras
comunidades vienen por sus raíces andaluzas, porque sus padres,
madres, abuel@s u otros familiares huyeron de Andalucía en aquel
éxodo terrible de más de 300.000 personas, de las cuales solo
aproximadamente la mitad llegaron a Almería, y desde ahí se
desperdigaron por toda la costa levantina, muchas llegaron a Francia
y allí se instalaron, y otras volvieron Andalucía, afrontando la
represión franquista y en muchos casos pagando con la vida por ello.
El recorrido de la etapa
es muy bello y además con todo el sol mediterráneo y la belleza del
mar y los acantilados que nos acompañan a lo largo de los
aproximadamente 26 km de marcha. Pero la historia está ahí y en
algunas paradas la recordamos. Recojo un testimonio de los muchos que
hay, recogido en el libro de “Carretera Málaga-Almería” de
Jesús Majada y Fernando Bueno; está referida al martes 9 de
febrero, cuando mucha gente salió de Nerja. La carretera es
estrecha, con el borde del mar a su derecha y las montañas
escarpadas a su izquierda, cuentan que con los cruceros tan cerca en
la costa “…que cuando le acertaban a un burro a un autobús,
podíamos ver sus caras y como saltaban en cubierta celebrándolo”;
“…aquellos barcos enormes de Franco no cesaban de dispararnos con
sus cañones. Veíamos a los marineros perfectamente moverse por
cubierta y como los cañones nos apuntaban ante de disparar…”
“…había gente aplastada por las rocas que caían cuando los
barcos disparaban hacia los acantilados. Vi muchos niños muertos en
las cunetas…El conductor que nos llevaba a Almería paraba
frecuentemente para apartar los cadáveres de la carretera…Había
trozos de personas por todos lados”. “…Ese día también, dos
aviones bombardearon la Herradura (pueblecito entre Nerja y
Almuñecar) cientos de mujeres y niñ@s se escondían entre los
pencales”. A esa altura de la marcha, y con la esperanza de llegar
a Motril, ya nadie llevaba ningún tipo de equipaje solo lo puesto,
pero se acumulaba otro peso enorme: cansancio, hambre, sed, llagas en
los pies, frio, y sobre todo el miedo y la angustia. El tercer día
de la huida de la carreta de Almería fue el tercer día de muerte y
de terror para decenas de miles de personas, la mayoría mujeres,
ancianos y niñ@s, cuando las potencias y las fuerzas fascistas
ensayaron el asesinato masivo de la población civil como método de
guerra.
Después de acabar la
marcha en Almuñecar hemos acampado en un polideporitvo, donde
nuestro equipo de cocina nos ha preparado unas migas de las que hacen
época, y tras un breve descanso hemos asistido, como actividad
cultural de la jornada, a un concierto de música republicana. Un
grupo musical de Almuñecar nos ha hecho un repertorio de canciones
populares republicanas, Ay Carmela, A las Barricadas,
La Internacional, Santa Bárbara, entre otras y por supuesto
el himno de Andalucía, que hay que aprendérselo bien para
cantárselo al nuevo gobierno andaluz “Andaluces pedid tierra y
libertad, sea por Andalucía libre…”.
El concierto ha estado
genial, porque además, antes de cada canción que nos hacía vibrar,
el solista del grupo hacía una detallada y minuciosa historia de la
canción que iban a interpretar. Pero después del concierto, de
cosecha propia del grupo de la marcha se ha hecho un recital poético,
cuyo tema estaba centrado en la represión de los poetas
republicanos, Miguel Hernández como representante del presidio para
cientos de miles de españoles, Antonio Machado, como la expresión
del exilio para millones de españoles y Federico García Lorca como
la expresión de las decenas de miles de españoles asesinados y
enterrados en cunetas, donde aún siguen. Se han cantado canciones de
los tres, de Miguel Hernández “Tu risa me hace libre, me pone
alas. Soledades me quita, cárcel me arranca…”, de Antonio
Machado “todo pasa y todo queda…Nunca perseguí la gloria…”
de Lorca “…verde que yo te quiero verde, si si, yo te quiero
verde”. En este caso los artistas han sido de la misma familia que
somos ya la Desbandá, Paco Doblas, uno de nuestros poetas oficiales,
que ha recitado también poemas suyos dedicados a los tres poetas y
Ángeles, una de las compañeras catalanas que acompaña la marcha y
se ha revelado como una gran artista cantando las tres canciones a
capela y recitando parte de la poesía. Justo ayer, otro de nuestros
poetas, Marco, presentó su último libro de poesía en el marco de
actividades de la marcha de la Desbandá.
Mañana salimos hacia
Salobreña, donde habrá un acto de homenaje a las víctimas de la
Desbandá en el rio Guadalfeo, cerca ya de Motril, la muralla con
aguas crecidas que muchos huidos no pudieron franquear.
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