I.- Atravesamos una
crisis que va más allá de las habituales crisis cíclicas del
sistema capitalista. La degradación de un planeta de recursos
finitos es directamente proporcional al avance de las políticas e
ideas desreguladoras del neoliberalismo, que hacen desaparecer por
igual las reglas de convivencia de la humanidad y los derechos de la
clase trabajadora y los sectores populares.
La ofensiva conservadora
y autoritaria mundial avanza con paso firme contra cualquier proceso
popular que haya alcanzado el suficiente control en las instituciones
públicas para intentar liberarse de la dependencia imperial y de la
injerencia en su soberanía. El objetivo de esta ofensiva es
implantar ideas y gobiernos derechistas, autoritarios y dependientes
que impongan férreamente las reglas económicas neoliberales. En
esta estrategia de control absoluto el auge de la ultraderecha
fascista es estimulado por las oligarquías económicas para
disputarle la hegemonía sobre la clase obrera a las organizaciones
de izquierdas
En España desde que
estallara la inmensa protesta social que comenzó a expresarse a
consecuencia de la crisis económica en el año 2008 y tuvo su máxima
expresión a partir de 2011 han surgido nuevas formas de organización
política que representaron el amplio descontento social y el
cuestionamiento, especialmente por la juventud, de un sistema
político y económico incapaz de garantizar ni los esenciales
derechos políticos democráticos ni las mínimas condiciones de vida
digna a que aspiran pueblos desarrollados que han alcanzado
importantes niveles de conocimiento y formación.
Desde entonces el PCE ha
venido reaccionando para intentar recuperar influencia política e
implantación social, volcando sus esfuerzos en la construcción de
unidad popular mediante dos herramientas esenciales para fortalecer
nuestro papel en la lucha de clases: la organización del conflicto y
la puesta en marcha de amplios proyectos de convergencia política y
electoral.
II.- Hemos analizado y
concluido que a la vista del nuevo ciclo político que se inició a
partir de 2011 es imprescindible la puesta en marcha de un más
amplio movimiento político y social, que organice a una base social
mucho más amplia que la actual base de izquierda Unida. Una base
social en la que se aglutina distintos sectores de clase trabajadora,
jóvenes sin perspectivas, mujeres explotadas por el patriarcado,
pequeños empresarios y sectores precarizados como autónomos,
pensionistas y jubilados, distintos sectores sociales en situación
de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.
En concreción de la
anterior estrategia política, el PCE hemos ido adoptando acuerdos en
nuestros órganos de dirección de forma muy amplia, en muchos casos
prácticamente por unanimidad: el apoyo al acuerdo marco entre
Podemos, IU y Equo en el IV Pleno del CC; la necesidad de fortalecer
la base social del cambio a través de los procesos de convergencia
electoral donde el PCE debe jugar un papel activo en su consecución
(V Pleno del CC); Consolidar el espacio de “Unidos
Podemos”mejorando la coordinación entre sus componentes y
implicándolo en el conflicto social (VI Pleno del CC). Por último
en la Comisión Política del 27 de enero acordamos, entre otras
cuestiones que: “el PCE tomará las medidas necesarias para hacer
avanzar los procesos de unidad popular y de convergencia electoral en
todo el Estado, evitando que se adopten posiciones que causen serios
retrocesos en cualquier territorio, impulsando el cierre de los
acuerdos para elecciones europeas, locales y autonómicas lo más
pronto posible, evitando que se excluyan de dichos acuerdos a
partidos políticos u otros colectivos por el mero hecho de serlo,
dando así imagen de unidad entre los distintos actores de la
convergencia, tanto los actuales como los que puedan sumarse al
proceso.”
III.- En este complejo
panorama político, el gobierno de Pedro Sánchez ha procedido a
convocar Elecciones Generales para el próximo 28 de abril, tras
fracasar la aprobación de los PGE más expansivos y sociales de los
últimos años, resultado del acuerdo alcanzado entre Unidos Podemos
y el PSOE.
De esta forma, al
complejo ciclo electoral en el que coincidían elecciones europeas,
locales y la mayoría de las autonómicas, se añaden ahora las
elecciones generales. En apenas tres meses se redefinirá el poder
político institucional de toda España para los próximos 4 años,
en un momento en el que el discurso político de la derecha
reaccionaria y franquista es hegemónico en la sociedad española,
debido a distintos factores, entre ellos la crisis del modelo de
Estado y la deriva independentista en Cataluña, así como la
incapacidad que hemos tenido todos los actores de la convergencia en
los últimos cinco años para estabilizar y dar coherencia
organizativa al espacio político antineoliberal que surgió con
fuerza a partir de las últimas elecciones europeas.
La falta de visión
estratégica de los distintos actores integrantes del espacio de las
variadas confluencias electorales surgidas a partir de 2014, respecto
a los retos y necesidades que enfrenta la izquierda trasformadora en
España para ser alternativa gobierno y de poder, ha provocado que
ahora nos enfrentemos a la desaparición de la oportunidad de generar
una correlación de fuerzas que haga viable la disputa del poder real
al sistema.
El exacerbado peso de los
proyectos individuales que descansan en el hiperliderazgo
autoasignado o indicado por los medios de comunicación, es uno de
los obstáculos más importantes que ha enfrentado el espacio del
cambio en los últimos meses, individualismo e hiperliderazgo que
pretenden anular a todo proyecto colectivo o participativo, llámese
partido político, asociación o agrupación electoral. Se teorizan
además alianzas de gobierno que acaban con cualquier opción de
construcción de un bloque rupturista.
Nuestro reto es poner en
marcha alternativas electorales que evidencien que la construcción
de mayorías populares debe hacerse de forma colectiva, garantizando
espacios abiertos de participación y aglutinando el voto rupturista,
que necesariamente debe tener una forma de expresarse en un proyecto
con suficiente base social como para obtener representación
institucional y evitar ser responsabilizada de una supuesta perdida
de poder institucional de la izquierda. Esta realidad nos exige
atraer al mayor numero posible de colectivos y componentes de las
confluencias electorales en las que venimos trabajando para concurrir
a las elecciones al espacio reflejado en el Acuerdo Marco de Unidos
Podemos. Solo así nos fortaleceremos lo necesario para entrar en
competencia con estos nuevos proyectos individualistas basados en
hiperliderazgos a la vez que para continuar disputando la hegemonía
política a las fuerzas conservadoras y neoliberales.
IV.-Del anterior análisis
y de la sucesión de acuerdos en los órganos del PCE de concreción
de la política de Unidad Popular y confluencia electoral adoptada en
nuestro XX Congreso, se concluye lo siguiente:
1º.- El PCE adopta una
posición activa en la construcción de procesos de confluencia
política que permitan construir mayorías políticas
antineoliberales.
2º.- El éxito de esa
estrategia depende hasta el actual ciclo electoral de estructurar
sólidamente el nuevo espacio político del cambio representado por
Unidos Podemos y las confluencias territoriales, convirtiéndonos en
elemento de coordinación de sus componentes y garantizando así la
cohesión de todos ellos en torno a un programa y un proyecto común
de Estado y de País.
3º.- El Acuerdo Marco
“Bases para la confluencia electoral 2019”, que ha sido sometido
a consulta a la militancia y simpatizantes de IU y aprobado
masivamente en junio 2018, es la referencia para todas las
organizaciones del PCE y de IU para este ciclo electoral. Su vigencia
y su cumplimiento, -allá donde la dirección de Izquierda Unida
valore que es posible su aplicación- es una obligación para el PCE.
4º.- El PCE acompaña a
las direcciones del partido en cada territorio – y a la dirección
de Izquierda Unida- en el cierre de acuerdos electorales, ayudando a
ampliar los espacios de convergencia y a solucionar desencuentros,
máxime en aquellos lugares donde desde hace meses no se han podido
alcanzar acuerdos.
5º.- En coherencia con
las previas decisiones de nuestros órganos de dirección, el PCE
mandata a su militancia a apoyar los acuerdos alcanzados entre IU,
Podemos y otras fuerzas o actores si éstos deben ser ratificados en
referéndum.
6º.- El PCE tomará las
medidas necesarias para hacer avanzar los procesos de de convergencia
electoral en torno a Unidas Podemos-Izquierda Unida en donde sea
posible, evitando que se adopten posiciones que puedan afectar o
causar retrocesos o problemas en otros territorios o en otros
procesos electorales.
7º.- Dada la
coincidencia de la totalidad del ciclo electoral de elecciones
locales, autonómicas, europeas y generales en un periodo muy
reducido de tiempo, de la centralización de la toma de decisiones
respecto a las negociaciones en todos los procesos electorales y en
todos los territorios por la dirección estatal de Podemos, la
interlocución con estos órganos de dirección de Podemos
corresponderá a la dirección federal de Izquierda Unida, que tendrá
la difícil tarea de intentar cerrar acuerdos en el ámbito estatal
-generales y europeas- a la vez que deberá ayudar a cerrar el máximo
de acuerdos locales y autonómicos, en todos los lugares en los que
aun no se haya alcanzado acuerdo.
Madrid a 18 de febrero de
2019