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viernes, 16 de febrero de 2024

“El Fuerte de Carchuna”. 6ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 12 de febrero


Hoy hacemos la marcha desde Salobreña hacia Castell de Ferro. La columna se ha reducido hoy a unas 154 personas, entre las cuales hay 75 mujeres y 79 hombres. Prácticamente, este es el número de personas que se han apuntado para hacer todo el recorrido de la VIII Desbandá. En el día de ayer, dejaron la marcha un grupo de personas pertenecientes al colectivo pedagógico Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (MCEP). Son de Castilla La Mancha y se han unido a la Marcha de La Desbandá por primera vez, y como casi todas las personas que nos acompañan alguna vez, prometen volver.
Antes de nada, quiero disculpar el error de no mencionar a Amparo Sánchez, una de las supervivientes de la guerra, que nos acompaña, como interviniente en el acto de la desembocadura del Guadalfeo. De hecho, unas compañeras de Málaga, que vinieron al acto, me comentaron que fue con la intervención de ella, la que más las emocionó y con la que más lloraron.
La zona de Motril la pasamos en autobús y nos dejan en Torrenueva, un pequeño municipio, que era pedanía de Motril y consiguió su independencia en 2018, y tiene mayoría de PSOE. El ayuntamiento ha construido un sendero por el borde del desfiladero que da al mar, que atraviesa un puente colgante y que enlaza, cruzando por un puente en la Nacional 340, con la antigua Nacional 340, que está más arriba de la actual, como colgada de la montaña. Han reconstruido los quitamiedos originales y han limpiado la zona de derrumbamientos y basuras, quedando ahora, hasta que termina el término municipal, como la carretera que fue, pero que ha sido erosionada por el tiempo, mezclándose trozos de asfalto con trozos de tierra. El trayecto es tan auténtico, que puedes imaginar el eco de los pasos del pasado. El sendero obtuvo el primer premio de España, por parte de la Federación Estatal de Montañismo. En este caso, se recupera una parte del patrimonio de la Memoria Histórica y podrá formar parte de nuestro objetivo de Sendero de Memoria Histórica señalizado, como recorrido de la Desbandá, desde Málaga hasta Almería.
El siguiente municipio donde entramos, después de bajar al llano costero, es el de Carchuna. Este municipio, que ahora gobiernan cuatro ediles del PSOE, con tres ediles del PP en la oposición, nos brinda, por primera vez, y gracias al cambio de signo político, una recibida amistosa y hospitalaria y nos informa que, nuestra demanda de dedicar el Fuerte de Carchuna a lugar de Memoria Histórica, del recorrido de la Desbandá va a ser realidad en poco tiempo.

El Fuerte está al borde del mar, fue un fuerte defensivo, construido en tiempos de Carlos III, y el ejército franquista lo dedicó a prisión lo dedicó a prisión. El alcalde de Carchuna, Juan Ferrer, nos dirige la palabra, al pie del Fuerte, pidiéndonos en primer lugar perdón por el maltrato que nos dispensó la anterior corporación. Dice que siente una gran vergüenza por el rechazo de la Memoria Histórica anterior o el trato que han recibido personas que querían ver el Fuerte, procedentes de Asturias. Lo van a adecentar y convertir en un centro de recuperación de la Memoria.
A continuación, nuestra compañera de muchas marchas, Nekane Jurado, explica brevemente que en ese Fuerte, que más que cárcel era un campo de concentración, estuvieron presos algo más de 300 asturianos, que consiguieron fugarse, y a los que llevaron allí para la construcción de un aeródromo que luego utilizaría la aviación franquista, entre ellos los aviones fascistas italiano y los nazis alemanes. Pero más que en la fuga en sí, explica muy bien el contexto de lo que significó el bienio negro, o sea el gobierno republicano de derechas elegido el 19 de noviembre de 1933, que fueron las primeras elecciones en España en la que votaron las mujeres. La derecha, explica Nekane, procedió a la derogación de todos los avances democráticos y sociales, revirtiendo la Reforma Agraria. La reacción popular fue el llamamiento a que los ayuntamientos se declararan Repúblicas Sociales, los que lo hicieron fueron reprimidos, aunque la resistencia duró semanas en muchos sitios y como hito histórico, ese movimiento quedó inmortalizado en la Revolución de Asturias.
La feroz represión de Franco, llamado por el gobierno desde África para aplastar esa Revolución tuvo como consecuencia, la detención de numerosos presos políticos y por consiguiente un fuerte movimiento por la amnistía de los presos que originó en parte el triunfo del Frente Popular el 16 de febrero de 1.936. Si hubiera triunfado la CEDA, la coalición de derechas, su gobierno hubiera sido homologable al de Mussolini o al de Hitler.
La fuga de la prisión se organizó el 23 de mayo de 1938. Previamente se habían fugado tres tenientes, que consiguieron llegar hasta las filas republicanas, mandadas casualmente por un asturiano que conocía a aquellos paisanos suyos, por lo que no dudó de su relato. A pocos km de allí, había 300 presos asturianos, obligados a trabajos forzosos. En pocos días se organizó un comando nocturno, que por mar y con dos embarcaciones, después de un intento fallido que fracasó por desorientación, consiguieron tomar el fuerte, liberar a los presos y atravesar, desde atrás, las líneas franquistas, restableciendo el contacto con las líneas republicanas. Casualmente uno de los presos que consiguió huir, le contó muchas veces a un amigo de su hijo, el relato de la fuga del fuerte, el chico de nombre Hipólito Zapico, fue concejal del PSOE del Ayuntamiento de Mijas, en la anterior legislatura, recibió a nuestra marcha en 2.022, en la etapa previa a la marcha que hicimos por la Sierra de Mijas, y compartió esa vivencia con los componentes de esa Marcha.
La llegada, a Castell de Ferro es importante porque fue el sitio más lejos que alcanzó el ejército italiano. El gobierno republicano envió al Batallón Tchapaiev de la XIII Brigada Internacional, que llegó a Albuñol el 13 de febrero, a 25km de Castell. Este batallón formado por brigadistas de 21 nacionalidades, centroeuropeos fundamentalmente, con un total unos 650 hombres, llegaban a Castell el 15 de febrero, e hicieron retroceder a las tropas marroquíes e italianas hacia Motril.

En la primera etapa de esta marcha, una participante, Lu, una chica francesa, de 34 años, que participa por primera vez, en recuerdo y homenaje a su bisabuelo, Antonio Gutiérrez Jurado nos contó que él escribió un cuaderno de memorias y en ella cuenta que cuando huían más allá de Castell encontraron a las tropas republicanas que les decían: “camaradas, no correr, que a esos canallas vamos nosotros a pararles los pies, y no avanzarán más adelante”. Pero hasta ese momento, en que las Brigadas Internacionales, pararon en seco a las tropas italianas, con Mussolini diciendo que después de Málaga llegarían a Almería en una semana, la resistencia republicana no había cesado, ni antes, ni después de la caída de Málaga. El último intento de resistencia fue en Motril.
Previamente a la toma de Motril, el 9 de febrero de 1937, una columna de soldados al mando del comandante de carabineros Federico Angulo Vázquez, llegó procedente de Valencia al mando de un convoy de 27 camiones. Su misión era llegar a Málaga y trasladar 80 toneladas de plata de la sucursal del Banco de España que estaban en la capital malagueña. Al igual que Norman Bethune que también se dirigió a Málaga y nunca llegó al encontrarse a la Desbandá por el camino, el comandante Angulo se topó con la huida desde Málaga, describiéndola de la siguiente forma:
“El espectáculo de la carretera desde Almería hasta Adra es algo que no encuentro palabras con que explicarlo,…cerca de 200.000 personas… a pie, es algo que no tiene precedentes en la historia. Hombres muertos por la carretera del frío, hambre y cansancio. Mujeres con niños en brazos y con los pies enormemente desfigurados y llenos de llagas, caras famélicas”.
Angulo se puso a las órdenes de las autoridades que en ese momento estaban en Motril, Cayetano Bolívar y el coronel Villalba, Jefe del Ejército del Sur, (el que había abandonado Málaga apresuradamente) e inmediatamente lo nombraron comandante militar de Motril. El ministro Julián Zugazagoitia, recoge en sus memorias que Villalba le dijo a Federico Angulo: “No sirvo, véame usted, no sirvo. Estoy derrumbado. Encárguese usted de organizar esta derrota y de ver dónde rehace la línea si puede recuperar a los hombres”.

Angulo Destinó todos los camiones que disponía para transportar a las personas refugiadas que huían y en la mañana del 10 de febrero hizo frente al enemigo con los escasos efectivos de que disponía. Contuvo, junto a un puñado de hombres y mujeres, a la potente columna italiana al mando del coronel Guassardo, en el cauce del río Guadalfeo durante unas horas de aquella mañana, que fueron preciosas para poner a salvo a la población refugiada que huía desde Motril.
Angulo fue el último mando que abandonó la ciudad, volando el polvorín situado en las naves de la azucarera “La Fabriquilla” y cediendo su vehículo personal para el transporte de los refugiados. Fue detenido luchando en Santander el 25 de agosto de 1937. Tras su detención fue juzgado y condenado a muerte. El declaró: “Os he combatido, y devuelto a la libertad, os volvería a combatir. Soy socialista y mi vida, militar o civil, sólo tiene un sentido: venceros”.
A las 7 de la tarde, tenemos la proyección del Documental: Fortificaciones presos esclavos. Está realizado por Coste Cero como instrumento divulgativo para el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar. Trata sobre los campos de concentración, donde hubo 30 mil presos esclavos realizando tareas de fortificaciones: bunker, carreteras y demás, con fines militares. Las durísimas condiciones de trabajo significaron la muerte de unos 1.000 presos. Las fortificaciones preveían la defensa de la costa gaditana en el supuesto de que España entrara en la segunda guerra mundial y se apoderara de Gibraltar. La utilización de presos de guerra como esclavos es otra de las hazañas del franquismo, desconocida por la sociedad actual y que hay que divulgar.
Hoy hemos andado algo más de 20 km, en ocasiones con fuerte viento que dificultaba la marcha. Mañana, desde Castell de Ferro hasta La Rábita, tenemos 22 km, pero seguramente lo que nos depare la marcha será sol y calor.

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