Arrancamos la marcha desde Torre del Mar a las 8 de la mañana. Ha habido que desmontar colchones hinchables, esterillas, catres…, volver a hacer las maletas y llevarlas a la furgoneta de recogida, hacer la cola para el desayuno, y luego hacer la cola para que cada cual se lave sus cubiertos. O sea hay que levantarse a las 7 como muy tarde. Anoche no pudimos ducharnos, ya que está cortada el agua por el racionamiento.
La sequía golpea con fuerza en esta zona de la Axarquía malagueña, que para más delito, es la primera productora de aguacates de Europa. Aguacates, (una bestialidad consumiendo agua) y otros frutos tropicales como mangos, papayas, chirimoyos,…, se producen en la costa malagueña y granadina, a pesar de ser zonas de secano. Agricultura totalmente insostenible, que ha dado mucho dinero a corto plazo y la ruina a medio y largo plazo.
La primera parada de la marcha la hacemos en el monumento a Norman Bethune, junto a Rio Seco, en la zona de la Caleta de Vélez, muy cerca de la playa. Un compañero de la Asociación, Antonio López, explica la figura del médico canadiense que vino a España con las Brigadas Internacionales, no para luchar, sino para salvar vida, ya que inventó un sistema novedoso de transfusión de sangre portátil que permitió salvar muchas vidas en el frente y se generalizó como una técnica muy novedosa. Venía a la batalla de Málaga, para intervenir como médico, pero no pasó de Calahonda, ya que se encontró, nada más salir de Almería, con la columna cada vez más numerosa, de refugiados que llegaban desde Málaga. Entonces desmontó los equipos médicos de su camioneta y se dedicó junto a sus dos ayudantes, a transportar niños y niñas hacia Almería. El monumento, justamente, representa a Norman Bethune, llevando de la mano a un niño para salvarlo. Al terminar el acto, una persona en voz alta empezó a decir que nos habíamos llevado, no sé cuántas toneladas de oro de España.
La siguiente parada la hacemos en la localidad de El Morche, perteneciente al municipio de Torrox. Allí explicamos otro hito de la memoria, el del barco del arroz. Teníamos previsto hacerlo algo más adelante, justo en Calaceite, donde está hundido el barco, pero un hombre joven de la zona, llamado Iván, quería explicarnos su proyecto de documental con la historia del barco y cantarnos una canción compuesta por él sobre el barco.
Primero explicamos la historia del barco. Era el mercante Delfín, que hacía una ruta comercial entre Murcia y Málaga. De Murcia venía arroz y de Málaga mandaban aceite. No obstante al comenzar la guerra tuvo otros usos. Se utilizó en un primer momento como prisión provisional para los presos detenidos en el intento de golpe de estado fascista que fracasó en Málaga y que luego volvió a su uso natural de transportar víveres. El 30 de enero de 1937, cuando venía cargado con víveres desde Murcia hacia Málaga, concretamente, harina, bacalao y aceite, fue hundido por los torpedos del submarino italiano Ciro Menotti.
El capitán del barco, que estaba siendo atacado también por aviones, intentó huir encallando en la playa para salvar la mercancía que llevaba, pero el submarino lo alcanzó antes. El hundimiento de un mercante que llevaba alimentos a una población asediada fue un crimen de guerra, pero nada comparado a lo que hicieron una semana después, cuando tomaron Málaga, ametrallando y bombardeando a la población civil que huía.
Había tanta hambre en Málaga, ciudad prácticamente sitiada, que la gente iba al puerto todos los días para ver si venía el ansiado barco del arroz. Iván nos ha contado su proyecto de documental sobre el barco, las excursiones de submarinismo que organiza para visitarlo (su cuenta de Instagram es “Noctiluca” diosa fenicia y de los tartesios) y nos ha cantado, acompañado de su guitarra, muy bien tocada, la canción que ha compuesto al barco, cuya letra, que realmente canta a la Desbandá, dice lo siguiente: “Hoy recuerdo con nostalgia si aquello fue una hazaña o un horror. O si siguen con desvelo todo aquel que no pudo decir adiós. Hoy seré yo el vigía de la antorcha que ilumina el malecón. Cuánto más, tengo que esperar. Cuánto más, cuando volverá. Tanto niño caminando tanto anciano desarmado del honor. No hay secreto más profundo que el que guarda ese barco en su interior. No es coral lo que observamos, es el rojo más humano de dolor. Cuánto más, tengo que esperar. Cuánto más, cuando volverá”.
Siguiendo la marcha, paramos brevemente en el Faro de Torrox, donde todos los años, sincronizada con nuestra llegada, aparece una bandera republicana en un balcón, de los bloques de vivienda que hay frente al faro. Ya cerca de Nerja, nos entrevista y nos graba, una periodista y un cámara de la Sexta TV. En la plaza de Nerja, nos saludan integrantes de la Asociación de Memoria de Nerja “Entrecañas”, y una mujer nos cuenta el bombardeo que sufrió la plaza de la ermita donde nos encontramos, en el centro del pueblo, donde murieron unos 70 niños y los profesores que los custodiaban, que venían huyendo desde el Colegio de Huérfanos de Torremolinos. Diez lograron sobrevivir al no estar en los autobuses bombardeados y se fueron juntos andando hacia Almería. Uno de esos niños, Miguel Escalona, fue el primer alcalde socialista de Torremolinos, una vez que esta localidad, ya en democracia se segregó de Málaga.
Todavía estando en la plaza, Rafa Morales presidente de la Desbandá, nos ha informado de un comunicado elaborado y difundido por la Asociación por la Memoria Militar Democrática, exigiendo al Ministerio de Defensa que exhume del Panteón de Marinos Ilustres a tres militares franquistas que participaron en el bombardeo contra los civiles de la Desbandá, se trata de los almirantes Juan Cervera Valderrama, Francisco Moreno Cervantes y Salvador Moreno Cervantes. Se puede ver el comunicado y firmar la petición al Ministerio en: https://www.ammd.es/.../el-panteon-de-marinos-ilustres.../
Una vez en el Polideportivo de Nerja, después de comer unos ricos espaguetis, se han realizado dos actividades. La primera un encuentro con tres de los supervivientes de la Desbandá (María, Amparo y Manuel) que acompañan este año a la marcha, no andando sino visitando colegios de las zonas donde pasamos y que visitan junto a un grupo de jóvenes voluntarios que también participan en esa actividad, donde los sobrevivientes explican su experiencia y sus sentimientos al alumnado. Esta tarde se ha hecho lo mismo que en los colegios, pero con la asistencia de las personas que participan en la marcha. La segunda actividad, ha sido la participación por grupos en un juego de rol, donde los participantes van resolviendo los problemas que se presentan en una Desbandá imaginaria como la que se vivió en 1937.
En el espacio de la comida (cola para coger la comida, cola para fregar tus cubiertos), hemos retomado la historia de Laura, una compañera que ha participado en todas las marchas de la Desbandá. Su familia es de Arriate, un pueblo cercano a Ronda, de tradición muy de izquierdas y luchadora. Su abuelo Juan González Moreno, campesino fue movilizado a la fuerza en 1937, cuando las tropas fascistas tomaron la zona. Él, no se había señalado en nada, pero dos hermanos mayores suyos estaban en el frente defendiendo a la República. Aunque según las propias normas franquistas, no era movilizable, porque estaba casado y tenía una hija, lo resolvieron inscribiéndole como soltero.
La familia sospechó que era una forma de venganza por la militancia de sus hermanos. En 1938 cayó herido grave en un tiroteo en el frente de Córdoba y trasladado al hospital de Jerez, donde falleció, siendo enterrado en Jerez. Al ser teóricamente soltero no se comunicó el fallecimiento, ni el lugar de su entierro a sus familiares. En 1963, trasladaron sus restos al Valle de Cuelgamuros (antes Valle de los Caídos). Su esposa murió sin saber dónde estaba su marido. Laura y sus hermanos, conociendo la pena de su madre, que también quería saber el paradero de su padre, empezaron a investigar su paradero. Dieron con la pista del cementerio de Jerez, y allí de su traslado a Cuelgamuros.
A partir de 2016, cuándo hay una primera sentencia a favor de la familia Lapeña, que demandó la devolución de su familiar enterrado en Cuelgamuros, Laura y sus hermanos contactan con el abogado que llevó el caso y también gana la sentencia para que se les devuelva los restos de su padre. Desde entonces, todo han sido trabas burocráticas y resistencias de sectores franquistas, como los propios frailes de Cuelgamuros, el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial o la Asociación de Abogados Cristianos, que interpuso la última demanda para paralizar la exhumación de cuerpos, alegando que son perjudicados los restos de quienes si quieren seguir allí enterrados. Laura confía en conseguir la exhumación, para dar una alegría a su madre, que con 86 años dice que no se quiere morir antes de tener los restos de su padre.
Curiosamente, antes de hablar con ella, una compañera, Rosa, que viene por primera vez a la Desbandá, contó que una tía suya trabajó de cocinera en Cuelgamuros, cuando aún se estaba construyendo, con presos republicanos a los que había que dar de comer y que como José Antonio Primo de Rivera, ya estaba allí enterrado y le llevaban muchas coronas de laurel, ante la falta de presupuesto y condimentos, usaban las hojas de laurel de la corona de José Antonio para cocinar.
Rosa, a quien le detectaron un cáncer hace tres años, pensó que un sueño de su vida, de participar en la Desbandá quizá no podría cumplirlo. Con el cáncer superado, cuenta que se le saltaron las lágrimas cuando pudo unirse a esta marcha. Además de vivir esta Desbandá está descubriendo la Desbandá de Palestina a través del marido de su tío, palestino cuya familia vivió la Nakba (el desastre) de 1947, la de 1967, cuya familia está repartida por todo el mundo, y que viven el genocidio en Gaza como un nuevo desastre para el pueblo palestino.
Hoy hemos andado 24,5 Km y hemos participado en la marcha 85 mujeres y 94 hombres. Mañana que vamos desde Nerja hasta Almuñécar, la distancia es más corta, pero la marcha estará pasada por agua.
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