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domingo, 18 de febrero de 2024

“220 kilómetros”. La 11ª y última Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 17 de febrero


En esta última etapa salimos, a las 8:00 horas en punto, en dirección a Almería, todo el mundo desayunado y equipajes hechos para volver a casa al finalizar. Y eso que, por ser la última noche, hubo música y baile hasta las 2:00 de la mañana en una terraza del polideportivo, y algún que otro chupito de ron cubano.
Desde el polideportivo de Vícar, bajamos hasta Roquetas, luego atravesamos Aguadulce y después del puerto deportivo, enfilamos la carretera de la Garrofa, que nos llevará a Almería. La brisa nos trae el penetrante perfume a Mar, que contemplamos debajo nuestra, desde la carretera colgada entre la montaña. Caminamos 242 personas, 113 mujeres y 129 hombres.
Como ya es también tradicional, a la entrada de Almería, junto al puerto de Pescadería, nos esperan más gente de Almería, pero también desplazadas de Málaga, que nos reciben con banderas, aplausos y la orquestina de Manolo Pérez Salas, activista y profesor jubilado, que dirige una pequeña orquesta, que toca las músicas de las canciones “Carretera de Almería, el Himno de la República, A las barricadas, Si me quieres escribir…” Hay bastante emoción y veo a varias mujeres y hombres llorando. Se junta la emoción de la llegada, con el recuerdo del porqué has ido, el calor del recibimiento y el sentimiento de sentirte arropada por tanta gente.
Hay un acto final, junto al Memorial de Mauthausen, monumento que recuerda a las personas de Almería, asesinadas en ese campo de concentración nazi. Hablan, entre otras personas, José María Martin, Subdelegado del Gobierno; Fernando Martín Secretario de Estado de Memoria Democrática, y Valentina por el Partido de la Izquierda Europea. El acto también está amenizado por la cantante Sensi Falan.

Ha terminado la marcha de la Desbandá, y junto a ella, también ha terminado la marcha (más invisible) del equipo de supervivientes de la guerra y jóvenes, que han estado visitando Institutos de las zonas por donde pasábamos. Se han visitado 10 Institutos, 3 en Málaga, 5 en Granada y 2 en Almería, y han participado en las charlas-encuentros, casi mil alumnos de 4º de ESO, y 1º y 2º Bachillerato, muy interesados en las charlas. Ángel Coello, compañero de la Desbandá, coordinador de la actividad, dice que se ha insistido en todas ellas en tres conceptos: 1º La Desbandá de 1937 desde Málaga a Almería es un genocidio silenciado. 2º La guerra en España no fue una guerra civil, sino una guerra antifascista. 3º La necesidad de hacer algo para parar el genocidio que se está cometiendo todos los días en Palestina.
La importancia de la enseñanza es clave para el futuro de las personas y los países. Así lo repite constantemente nuestra superviviente de la guerra, Amparo Sánchez Monroy. Ella nació el 11 de abril de 1.938 en Barcelona, por lo que le falta menos de 2 meses para cumplir 86 años. Una abuela suya era de Almería, su padre de Toledo y su madre del Ferrol. Su madre, su abuela y su abuelo vivían en Valencia, mientras su padre estaba luchando en el frente del Ebro, y se trasladaron a Barcelona, al Prat de Llobregat, para el parto donde ella nació. Cuando comienza la retirada de la República de Barcelona y el norte de Cataluña, pasan más de 500.000 personas a Francia, un éxodo nunca contemplado en la historia. Toda la familia de Amparo va en esa huida y acaban en el campo de Argelés Sur Mer. El campo está dividido entre civiles, donde mandan a Amparo, que aún no tiene un año, su madre y su abuela, y militares, donde están su padre y su abuelo. A partir de ahí se produce la separación de la familia. El abuelo murió y acabó en una fosa común en Normandía y la abuela volvió a Barcelona. Fue interrogada y obligada a presentarse semanalmente en Comisaría. Recuperó su casa del Prat de Llobregat, encontrándola totalmente desvalijada.

A Amparo y a su madre la trasladan, primero al campo de Clocher de Gueret en Creuse y después a la cárcel de Aubusson. Su padre, que había sido enrolado en una columna de trabajadores forzados, podía pedir la reunificación familiar y localizó a su mujer e hija a través de columnas en prensa que informaba de la ubicación de familiares extraviados. Una vez juntos, su padre colaboró con el maquis y en 1944, participó en la ocupación republicana del Valle de Arán, organizado por la Unión Nacional Española, promovida por el dirigente del PCE Jesús Monzón. La operación fracasó y al volver a Francia, fue apresado por los alemanes que se retiraban de Francia desde el sur. Consiguió escapar saltando del camión donde iba con otros presos españoles y en una zona que conocía bien. Sobrevivió, aunque otros fugados murieron. Llegó andando hasta su casa, donde Amparo con 6 años ya, y su madre, creían que lo habían matado. Días antes las dos vieron como los soldados alemanes fusilaban a dos hombres y una mujer, cerca de su casa. Siguieron en Francia, después de acabada la guerra, con trabajos miserablemente pagados y soportando el racismo francés para con los españoles. Pero la enseñanza pública y laica, la salvó porque la preparó y le dio conocimientos, que no podría haber conseguido en la enseñanza privada al no tener dinero. Como para ser profesora, tenía que pedir la nacionalidad francesa, decidió volver a España a estudiar, cosa que no consiguió durante dos años, al estar su padre fichado. Volvió a Francia, hizo derecho en vez de enseñanza y trabajó para la Administración local francesa. No ejerció de abogada, pero si usó su título para defender a sus compañeros y compañeras funcionarios en los conflictos laborales contra la administración. Una vez jubilada, fundó la Asociación de exiliados y de hijos de exiliados. En 1999, realizaron una manifestación en Argelés con el lema 100.000 luces para 100.000 refugiados. Luego se afilió a la Asociación española “Archivo, Guerra y Exilio” (AGE) de Madrid y sigue colaborando con ellos, además de haberse hecho socia y colaborar con la Desbandá.

Un compañero, con mucha culpa de que exista la Asociación de la Desbandá, es Rafael Morales, su Presidente. En 2017, cuando se hace la primera marcha, el, era directivo de la FAM, (Federación Andaluza de Montañismo). Defendió la idea en la Federación de hacer una actividad deportiva, una marcha desde Málaga a Almería, aprovechando que era el 80 aniversario de la Desbandá. El proyecto de marcha, también había sido hablando por sectores de la órbita del PCE, IU y CCOO. Al final hubo una confluencia en la idea, y la FAM abanderó el proyecto, pero desde el conocimiento de que iban a participar en la marcha personas de izquierda, del ámbito sindical, social y político. La marcha se hizo, salió bien, pero con fuertes fricciones entre los sectores más politizados y los menos. Sin embargo personas provenientes de la FAM, como Rafael, y otras del ámbito político republicano y de izquierdas, decidieron organizar la marcha, independientemente de la FAM, constituyendo una Asociación deportiva-memorialista.
El interés de Rafael, como el de muchas personas de la Desbandá, está en que su familia salió huyendo del fascismo y sufrieron las consecuencias de la ocupación. Su familia era de Prados, una pedanía de Ronda. Su padre, que tenía 22 años, era miliciano. Hacía misión de vigilancia, en el Puerto del Monte, para dar la alarma en caso de movimientos de las tropas fascistas. Finalmente Ronda fue tomada el 16 de septiembre, y el padre de Rafael, decidió permanecer en su casa. Pero en diciembre, un amigo le avisa de que se han enterado de que van a ir por él. Huyó con tres amigos más, por la Sierra de las Nieves, por la ruta de Alozaina y Coín. Llegan a Málaga y se unen a la Desbandá el 7 de febrero. Consigue llegar muy pronto a Almería, porque se aferraba, a los guardabarros de los camiones que pasaban. En Almería se enrola en el ejército republicano, y participa en la batalla del Jarama. Después en la batalla de Guadalajara donde es herido en un ojo, y posteriormente en la de Teruel, donde es herido grave. Antes de ser herido, por la noche, tenían que cavar en las trincheras, para sacar la nieve que había y poder dormir en el suelo. Recuperado en Valencia, se alista a la Guardia de Asalto. Finalizada la guerra decide volver a Ronda. Su tía y su abuela le convencen de que tiene que legalizar su situación y presentarse en el cuartelillo de la Guardia Civil. Así lo hizo y lo mandaron al campo de concentración de Alhaurín el Grande. Tenía un familiar falangista en Arriate y éste consigue sacarlo de allí. Se casó y tuvo 11 hijos, 5 hijas y 6 hijos, uno de ellos, Rafael.

Con los testimonios recogidos por las personas que han participado en la Desbandá sigue aumentando el archivo de historias personales y concretas, que vivieron la tragedia y el genocidio de la Desbandá de Málaga y de todas las Desbandá de España de manera muy diferente, pero quieren que sus historias se conozcan. Hay personas a las que no he podido atender bien, o quizás que no haya recogido exactamente su relato, pero la idea es la de seguir aumentando el archivo de todos los casos, aunque no puedan ser publicados en los días de las marchas por la falta de espacio en las crónicas y de tiempo, pero se podrán seguir añadiendo después de la Desbandá.
Como me ha comentado la compañera vasca Mayte, hemos acabado la marcha, y el resumen, es que la Desbandá consiste en dos cosas: por la mañana andar y por la tarde llorar. Andar, recorriendo los escenarios de nuestros mayores, de nuestros muertos, imaginando sus penalidades y comprometiéndonos en conseguir verdad, justicia y reparación para ellos. Llorando, porque la socialización de los encuentros, el teatro, el documental, el libro, la música, nos hacen emocionarnos y pensarnos como una comunidad fraternal, unida en una lucha común.
Manuel García Morales
Cronista de la marcha de la Desbandá.

“La niña del pollo”. 10ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 16 de febrero


Iniciamos la marcha, en la parte del municipio del Ejido, de la Reserva Natural de Puntas Entina-Sabinar. La reserva está a caballo entre el Ejido y Roquetas. Atravesando la Reserva, hemos visto, flamencos, garzas reales, patos, y otras especies de aves desconocidas que no conocemos. Hoy estamos participando 81 mujeres y 94 hombres, o sea 175 personas.
Entre los marchistas tenemos una novedad. Se incorpora la marcha para hacer los dos últimos días, un grupo de personas de Concentaina, un pueblo de Alicante, cercano a Alcoy. No es la primera vez que vienen, y entre ellos, está Miguel, que el domingo cumple 86 años y su esposa con 83. Miguel, a pesar de su edad, es un gran caminante, que suele estar, con su bandera andaluza, ya que es originario de Jaén, en el grupo de cabeza de la marcha. Pero además, también se han incorporado 4 personas procedentes de Vallecas, entre ellos un matrimonio joven que viene con un bebé de 4 meses llamado Teo. Así que hemos juntado en la marcha de hoy a Miguel como representante de la heroica lucha del pasado con Teo, la esperanza prometedora del futuro. Adjuntamos la foto de Teo, con sus padres y con Miguel.
Enseguida que acaba el paraje natural, comenzamos a andar por el Paseo Marítimo de Roquetas. Si buscas datos en internet, verás que dicen que el paseo marítimo más largo, no de España sino de Europa es el de la Coruña, con algo más de 13 km. Sin embargo, el de Roquetas mide 13,94 km, que recorremos enterito, y a continuación el de Agua Dulce. Durante todo ese trayecto nos hemos encontrado con numerosas personas que hacen vacaciones con el programa del IMSERSO. Muchas nos han aplaudido y se han interesado por nuestra marcha. Incluso un hombre mayor, que nos ha dicho que tenía 94 años, ha contado que es original de Córdoba y que cuando se inició la guerra en el 36, lo sacaron, siendo muy niño, de entre un montón de muertos, salvándole la vida.
Una de las primeras historias que recogimos cuando empezó esta marcha, fue la de Isabel María Gadoy, una compañera de mediana edad. Su bisabuela, María Muñoz Herrero, salió huyendo de Estepona, cuando el pueblo fue ocupado por las tropas fascistas el 14 de enero de 1937. Iba con sus 5 hijos, Diego, Pascual y Tomás (que a su vez iba con su mujer y un bebé) y Ana e Isabel. Esta hija, Isabel, a su vez también, iba con su marido, militar republicano y sus tres hijos, Juan, Maruja (la madre de quien nos narra la historia) y Gloria, la única persona del conglomerado familiar, que aun sobrevive con 92 años. Porque el militar, que se llamaba Juan Usero Sánchez, y que era natural de Almería, también tenía hermana y cuñado que también se sumaron a la huida con sus 4 hijos. Primero huyeron a Málaga, y casi enseguida, comenzaron la huida hacia Almería. Los recuerdos que le trasmite su madre, es que el abuelo militar, cuando veía maniobrar a los barcos que disparaban desde el mar, adivinaba por donde iban a venir las bombas y decía “quien se quiera salvar que me siga”. 

Otro recuerdo más terrible, el de una niña muy pequeña, jugando con las tripas de su madre muerta, que fue recogida por un hombre que se la llevó. Llegaron sin bajas a Almería y vivieron, con la ayuda de la familia de su abuelo, el militar, sobrevivir durante toda la guerra, abriendo dos tabernas. Al finalizar esta, su abuela, y el abuelo militar, volvieron con su madre, y sus hermanos a Estepona, donde se encontraron con que a su calle, que se llamaba Pozo de los Palos, le habían cambiado el nombre por el de “14 de enero”, que fue cuando tomaron Estepona. Al abuelo lo detuvieron y lo condenaron a 4 penas de muerte. Pero su abuela, que formaba parte de un grupo de mujeres que pasaba contrabando (productos duros dice ella, como medicinas que eran escasas o armas de fuego) desde Gibraltar, consiguió salvarlo, contratando a un abogado malagueño, llamado Pérez de Vargas, que usó los productos del contrabando para pagar favores. Le conmutaron las penas de muerte y lo desterraron a Guadix a un campo de trabajos forzados. Su tío abuelo Diego, que fue de los que no se quedó en Almería y se alistó al ejército de la república, murió en la batalla del Ebro. La mayor alegría de la familia, es que a petición popular, cuando se constituyó el primer ayuntamiento democrático de Estepona, volvieron a cambiarle el nombre a su calle, eliminando lo del 14 de enero, y volviendo a llamarse Pozo de los Palos.
La siguiente historia es de María Gadea Carmona, una mujer de 40 años, que viene a la marcha, con su hermano Juan. Quieren defender la memoria de su abuelo, Juan José Carmona Doblado, que salió huyendo de su pueblo, Cuevas Bajas, con 8 años. El abuelo, Francisco Carmona Lara, era alcalde del pueblo y se movilizó para ir al frente a defender la República, dejando a su hijo a cargo de sus tíos. Estos, con el niño, y al igual que en todos los pueblos, huyeron primero a Málaga y luego hacia Almería con la Desbandá. En el viaje, el tío, que era cojo, perdió la pista de la mujer y del niño. Este, estuvo a punto de ser enviado a Francia desde Almuñécar en un convoy de niños huérfanos, pero apareció el tío y se quedaron con el niño. Una vez en Almería lo enviaron a vivir a un pueblo de Castellón. Allí movilizaron al tío, para participar en la batalla del Ebro, a pesar de su cojera, con el fin de que realizara trabajos auxiliares. Fue cogido prisionero, y estuvo varios años en la cárcel. El padre de María, volvió con su tía abuela a Cuevas Bajas, pero el abuelo, el que fue alcalde del pueblo, fue detenido en Alicante, trasladado a Málaga y fusilado.

La última historia es de Ruth y Luz. La primera, con 34 años, vive en Punta Umbría, en Huelva. Viene por primera vez, pero lleva 4 años queriendo venir y leyendo las crónicas de la Desbandá. Antes no sabía nada, a pesar de que su bisabuela, salió huyendo hacia Almería. Ella se enteró del hecho porque un día, vio a su tía bisabuela, en el documental de la Desbandá “Pantalones a la Luna”. Ambas, y también su abuelo, eran de la zona de la Axarquía malagueña. A partir de ahí empezó a investigar y montó una obra de teatro sobre la Desbandá, que se representó en Almería. La de Luz, es una historia paralela, que termina confluyendo en el tiempo con la de Ruth. La abuela de Luz, que era de Huelva, con 13 años, también fue fugitiva en la Desbandá, y durante el viaje le pusieron la niña del pollo, porque llevaba siempre consigo, uno de trapo. Hacía el viaje con su tía, y ambas estaban de vacaciones en Málaga, cuando empezó la guerra, por lo que no pudieron volver. En Salobreña, la niña se perdió de su tía y siguió adelante sola, hasta Almería. La encontraron viva 1,5 años después viviendo en Almería. Luz, está trabajando en un proyecto de guion, que sirva para una película o una serie. Quería, para su trabajo, ver el documental “Pantalones a la Luna” que sabía que existía, pero no recordaba su nombre, así que buscando en internet, dio con la obra de teatro de Ruth, que le interesó mucho. Buscó su contacto, se conocieron y decidieron trabajar juntas en el proyecto de guion. Su participación en esta marcha de la Desbandá obedece a recabar información y testimonios que les ayude a su trabajo. Pero Luz, que viene de Madrid, también quería recordar a su abuela, de manera que en su homenaje, lleva un pollo amarillo de trapo, colgado en la mochila. Se siente orgullosa de su abuela, la niña del pollo.

En esta marcha hemos recorrido 19,5km. Por la tarde, en el Polideportivo, hemos escuchado un concierto del cantante Álvaro Ruiz, al que no conocíamos, pero que nos ha gustado por su voz y su ritmo, que ha llevado a bailar a la gente más marchosa. Después hemos tenido Asamblea General con el objetivo de que las personas participantes en la marcha, expresaran sus opiniones, sus quejas, o sus propuestas para mejorar el funcionamiento. La verdad, es que la reunión ha sido muy positiva, se han hecho críticas constructivas y ha habido un ambiente general de satisfacción por el resultado de la marcha, por la necesidad del proyecto en la lucha memorialista, por la belleza que tiene y la fraternidad que genera.
A pesar del cansancio, de las magulladuras en los pies, los dolores de rodilla, o los pequeños accidentes que hemos ido sufriendo, ya estamos lamentando que la marcha se acabe mañana en Almería.

“Oído cocina”. 9ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 15 de febrero


Salimos de Adra a las 8 de la mañana, en dirección al Ejido. Me parece importante señalar que, el PP tiene mayoría absoluta en el Ayuntamiento, sin embargo, todos los años nos facilita la estancia y el paso por Adra, a diferencia de otros ayuntamientos del PP, que nos son bastante hostiles y no les hace nada de gracia que pasemos por sus municipios, incluso en algunos casos, por ejemplo el de Roquetas, que en alguna ocasión nos ha recibido con contra propaganda del estilo, los rojos asesinaron a mucha gente. Hacemos la marcha 151 personas, 81 hombres y 70 mujeres, y hoy hemos hecho 21 km, más otros 3 km que hay que sumar a todas las personas de la marcha que han ido, desde el Polideportivo donde dormimos, hasta el auditorio municipal de Vícar, para disfrutar del concierto, que Sensi Falán nos ha regalado hoy.
La primera anécdota que conocemos, al poco de iniciar la marcha, es que llevamos en la marcha una auténtica bandera republicana de 1931. La porta Lola, una profesora jubilada de Vallecas, que dio clases en el CEIP Nuestra Señora de la Paloma, cerca del Teatro La Latina. Una vez que hicieron limpieza en una especie de ático del colegio, encontraron un montón de sumarios judiciales del tiempo de la República, escarapelas e insignias y también la bandera. Cuándo Lola se jubiló, se marchó a vivir a Lugo, llevándose con ella la bandera, la misma que nos acompaña hoy en la marcha.
Más adelante, en el distrito de Balanegra, que ya forma parte del municipio del Ejido, y caminando por una pasarela de la playa, vimos a una niña de unos 5 años, marroquí, que estaba jugando junto a su madre, y nos miró con mucha atención. Una compañera de la marcha, Araceli, que chapurrea algo el árabe marroquí, la llamó, ven, ven. La niña se volvió como loca, vino corriendo, riéndose y celebrando la acogida que se le hacía. Caminó unos metros con Araceli, radiante y feliz, pero cuando nos alejamos un poquito ya le dijo que se fuera con su madre, que además se había acercado. Ella se agarró a Araceli y no había manera de soltarla, hasta que entre Araceli y su madre la convencieron. Casi ganamos una alevín para la marcha.

Durante varios días nos ha acompañado José María Velasco, primo de nuestra gran Pepe, el guía de la marcha. El, ha escrito mucho sobre la Desbandá y otros temas de Memoria en su Blogs, https://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/; después de su marcha nos ha contado su vinculación familiar con la Desbandá de la siguiente forma: “Mi abuelo José Castro entró en Málaga, pocos días antes de su caída, con una partida de ganado (cabras, bueyes, caballos) que había ido requisando los días previos, por la sierra. Hay un par de autores (Koestler y Chambres Mitchell) que describen ese hecho, como la entrada del ganado en una ciudad hambrienta. En Málaga, se entera del avance de las tropas fascista, desde diversos puntos, incluyendo Granada, y se dirige inmediatamente hacia Jayena, un pueblo de Granada, al norte de Nerja, atravesando la Sierra de la Almijara. Allí vivía mi abuela y mi madre, que apenas tenía año y medio. Intenta el paso por el Boquete de Zafarraya y se encuentra con las tropas enemigas italianas y se ve obligado a volver sobre sus pasos. Me llegó a contar que se tuvo que manchar de sangre de un grupo de personas ya fusiladas y hacerse el muerto sobre un grupo de cadáveres, para pasar desapercibido.
Mi abuela huyó desde Jayena con mi madre. Unos días antes de que salieran algunas unidades desde Granada, un hermano y una hermana de mi abuela, que vivían en Churriana de la Vega. Salieron de madrugada del pueblo en un carro bajón un montón de estiércol. Cruzaron por los pueblos de Las Gabias, la Malahá, hasta encontrarse con la vanguardia republicana. Les dieron de desayunar. La comida era rusa y mi tía abuela, Ángela, nunca olvidó el color de la mantequilla: azul, tan diferente a la que conocía. Alcanzaron Jayena con las tropas en los talones y al no encontrar a mi abuela continuaron avanzando. Ya en la costa, les ametrallaron los aviones y se tuvieron que esconder entre cañaverales. Cuando los aviones pasaron, algunos no volvieron a levantarse. Todos se encontrarían días más tarde y vivieron en los alrededores de La Rábita. Un mes más tarde, tras la caída de Largo Caballero y la llegada de Negrín a la presidencia del gobierno se produjeron importantes cambios en el ejército republicano y mi abuelo fue llamado a filas. Llegó a alcanzar el grado de teniente en una unidad de intendencia que operó en la Sierra de Lujar. Había sido tratante de ganado y su trabajo fue requisar ganado para el ejército. Contaba, que casi al final de la guerra, estuvo días sin dormir, gracias a unas pastillas rusas, tratando de conseguir el mayor número de caballos posible. El acopio de ganado era para el Plan P que diseño el General Rojo, para atacar en Andalucía, a las tropas franquistas y dar un respiro al frente del Ebro. El frente de Almería fue el último en rendirse y mi abuelo regresó a Jayena tratándo de esconderse, pero acabó siendo detenido. Su ficha de detención certifica todos estos datos, que se habían transmitido de forma oral a lo largo de generaciones en la familia.

Estuvo en la cárcel de Granada y en el campo de trabajo de La Espartera cerca de Baza. Al ser liberado, se unió a la famosa partida de guerrilleros de los hermanos Quero de Granada. Se refugiaban en la cueva de mi abuela María Álvarez, en el Barranco del Abogado. En febrero del 42 detuvieron a mi abuela y a otros familiares de los Quero. Les instruyeron un Consejo de Guerra, la causa 595. Mi abuela estaba embarazada de su tercera hija. La torturaron, la pusieron frente a un pelotón de fusilamiento, pero nunca confesó donde se escondía su marido. Fue condenada a 10 años y acabó pasando casi 8 años, en las cárceles de Granada y Málaga. Su marido desapareció de su vida. Probablemente fue el único miembro del grupo de los Quero que no murió, ya que acabó emigrando a Holanda.
Quiero contar la historia en una novela y en el blog. Aunque llevo más de 400 páginas escritas aún estoy lejos de acabar algo que me guste. La protagonista es mi abuela María Álvarez López, que murió poco tiempo después de Franco. El día que murió Franco lloraba. Yo era un niño y pensaba que de pena por la muerte de ese señor con bigote. Lloraba por todo el dolor y los recuerdos que arrastraba. Por todo eso, para mí ha sido un honor y orgullo compartir ruta con vosotros.
Quien ha participado en la marcha de la Desbandá, además de maravillarse por muchas cosas, lo hace de una especial que es la comida. Con nosotros viene un equipo de cocina habitual de tres personas. Ellas nos dan el desayuno, el almuerzo y la cena. Se levantan aproximadamente a las 6 de la mañana, y se acuestan pasadas las 12 de la noche. Hacen la comida, desmontan, compran, vuelven a montar en otro sitio, vuelven a desmontar…, su trabajo, principalmente militante, no está pagado, por el esfuerzo que hacen y además por las maravillas que cocinan, a partir de productos básicos y baratos. Uno de los cocineros es Julián Caballero; él hizo la segunda marcha, en 2018, como otro caminante más, y se dio cuenta que el equipo de cocina que llevábamos no funcionaba muy bien. Entonces, como integrante del equipo de cocina, del Partido Comunista de Córdoba, que recorre distintas fiestas de Partidos al año, la fiesta del PCE en Madrid, la fiesta del Partido Comunista Portugués en Lisboa, la Fiesta del Partido Comunista Francés en París, y otras, decidió proponer su participación en la Desbandá en 2019, y desde entonces están en la marcha.

El abuelo de Julián, también Julián Caballero, fue alcalde Villanueva de Córdoba, pueblo al norte de la capital que resistió toda la guerra las ofensivas franquistas. Cómo dice Julián nuestro cocinero, en Villanueva se recibieron muchas desbandadas de obreros y campesinos de los pueblos que cayeron en esas ofensivas. Cuando cayó Madrid, su abuelo y otros milicianos huyeron a la sierra donde organizaron la resistencia y fue nombrado Jefe Político de la 3ª Agrupación Guerrillera. Estuvo peleando hasta 1947, donde a través de un chivatazo que reveló su posición, fue muerto en la finca de La Huesa, en Villaviciosa de Córdoba. Su cadáver y la de otra guerrillera, apodada “la Mojea”, que era maestra de escuela, fueron expuestos en público, durante bastantes días, en Villanueva, el pueblo donde había sido alcalde. Julián en el bienio negro, el periodo donde la derecha gobernó la República, fue encarcelado. Estando en la cárcel recibió la visita de su mujer, que estaba a punto de parir el hijo que luego fue Ernesto Caballero, el padre de Julián. Le preguntó al marido que como le ponía al niño, y Julián le dio a elegir tres nombres; Vorochilov, Molotov o Ernesto (por Ernst Thälmann dirigente del Partido Comunista Alemán). Lógicamente, la abuela de Julián eligió el nombre de Ernesto para su padre. Ernesto Caballero, también jugó un papel muy importante en la lucha antifascista contra la dictadura. Trabajó mucho por la organización en Córdoba del Partido Comunista y las Comisiones Obreras. Estuvo preso 5 años, coincidiendo en un periodo en celda con Marcelino Camacho en Carabanchel. Siendo Secretario del Partido Comunista en Córdoba, ya en democracia, propuso a Julio Anguita como cabeza de lista, consiguiendo éste, la alcaldía de Córdoba. Ayer nos enteramos que el Ayuntamiento de Córdoba, a propuesta de la Izquierda, pero con gobierno del PP, aprobó por mayoría, con solo el voto en contra de los ediles de VOX, que la estación de AVE de Córdoba, pase a llamarse Alcalde Julio Anguita. El milagro de nuestra cocina, es que las personas que la llevan, son personas de principios y de militancia, por la República, por la Democracia y por la Igualdad.

Terminamos la marcha de hoy en el Castillo de Guardias Viejas de El Ejido, donde hay un búnker republicano, donde habitualmente nos hacemos la foto.
El día acaba con el concierto de Sensi Falan, extraordinaria cantante, artista y poeta, nacida en la Chanca, el barrio de los pescadores y el barrio con cuevas donde se refugiaron muchas personas de la Desbandá. Si no habéis oído hablar de ella, no es porque no sea muy buena artista, sino porque es muy roja. Ella se ha emocionado mucho en el concierto y nos ha emocionado a todas las personas que estábamos allí.
Mañana hacemos la marcha desde el Ejido hasta Roquetas. En ambos pueblos no dormimos, sino que subimos al Polideportivo de Vícar, un pueblo más al norte, con alcalde socialista, que nos brinda hospitalidad, al contrario de los otros dos del PP.

sábado, 17 de febrero de 2024

“Balbino”. 8ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 14 de febrero


Esta mañana, antes de salir, y como tradición, hemos desayunado buñuelos con chocolate. La tradición la inauguró Mercedes, una mujer en breve cumplirá 82 años. Ella, es colaboradora del Ateneo Republicano de la Alpujarra, y en 2018, la primera vez que hicimos noche en la Rábita, en la segunda marcha de la Desbandá, se presentó en el local del Ateneo, donde pernoctábamos, y nos preparó los buñuelos con chocolate para que desayunáramos.
La masa de los buñuelos tiene que empezar a prepararla a las 4:00 de la mañana, para que podamos desayunar a partir de las 8:00. Hasta 2023, nos preparó el desayuno, como nos había prometido en 2018: “Mientras paséis por aquí no os faltará este desayuno”. Éste año ya no ha podido hacerlo, la edad y un problema en los hombros se lo ha impedido, pero se ha ocupado de que otra mujer lo hiciera según sus instrucciones, buñuelos y chocolate para 150 personas. Dos compañeros de la Desbandá también se han levantado antes de las 4:00 de la mañana, para ayudar en la tarea.
Aprovechando la cola del desayuno, una mujer que participa por primera vez en la Desbandá, me cuenta el por qué. Se llama María Moreno Tineo, original de Istán tiene 75 años. Ella no participó en la huida, porque nació después, en 1948. Pero si, sus padres y su hermano mayor, así como el hermano de su madre con su esposa. Ella ha ignorado la epopeya de la Desbandá porque sus padres no le contaron nada, y su madre murió hace 18 años. Solo tiene algún comentario de su madre, ya de muy mayor, como que en la huida se refugiaron una vez en una iglesia y las estatuas de los santos le daban mucho susto. También contó, que un día que iban a comer algo de pan, que habían conseguido, tuvieron que dejarlo porque empezaron a cañonearlos. Luego a la vuelta, que no sabe cuándo fue, encarcelaron a su padre y a su tío. La he felicitado por venir a hacer la marcha con su edad.
En el desayuno también saludamos a la compañera, Mayte, que fue la que ayer se cayó y se partió la nariz, y que tiene todo el ánimo para seguir hasta Almería. Os adjunto una foto de ella. Con respecto al hombre mayor, que se cayó cuando ya habíamos acabado la intervención de la Alcaldesa de Albuñol en la Rábita, nos informan, que en principio no tiene nada grave, pero que lo van a mantener en observación en el Hospital. Resulta que este hombre no es de los que está haciendo la marcha y que además es el tío de la Alcaldesa. Sin embargo sí que está comprometido con la marcha ya que había invitado a pernoctar en su casa a una pareja conocida de él, que si participan.
Salimos en marcha hoy, desde la Rábita hasta Adra, 160 personas y recorremos algo más de 16 kms. Sin embargo, un grupo de ellas retroceden y vuelven al Fuerte de Carchuna, que se inaugura hoy como lugar de Exposición Permanente de víctimas de la Desbandá. En el acto del Fuerte, además del ministro de Memoria Histórica, Ángel Víctor Torres, intervienen el alcalde de Carchuna, Juan Alberto Ferrer, Rafael Morales Presidente de la Desbandá, Fernando Alcalde, Presidente de la Asociación 14 de Abril de Motril, que fue pionera en la recuperación de la memoria de la Desbandá y que han hecho y hacen una extraordinaria investigación histórica sobre el hecho. También interviene, la sobreviviente de la guerra, que nos acompaña en esta marcha, Amparo Sánchez Monroy, que con un año de edad, estuvo en el campo de concentración de Argeles Sur Mer y que nos regala con una bella prosa, intervenciones emotivas y de una gran fuerza. Ya podrán, los descendientes de los asturianos fugados del Fuerte, venir a visitarlos, que tendrán un sitio digno de recuerdo y un cariñoso recibimiento.

En el día de hoy también, se ha publicado en el BOE, el inicio del expediente para que todo el recorrido de la Desbandá, sea declarado como Lugar de Memoria Histórica. También os acompaño foto del salón de actos, del interior del Fuerte, donde se ha celebrado el acto.
Como en días anteriores, las personas supervivientes que nos acompaña, Manolo y María, además de Amparo, junto con un grupo de jóvenes que actúan como dinamizadores del debate, han visitado el Instituto Francisco Montoya, del distrito de las Norias en el Ejido. Los estudiantes, son, en un 80% de origen marroquí. Cuando nuestros compañeros han explicado lo que fue la masacre de la Desbandá y lo han comparado con el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino de Gaza, han reaccionado con un aplauso enorme y continuado, mostrando su sensibilidad ante lo que está ocurriendo.
La marcha acaba en Adra, donde se estableció el primer campo de refugiados para las personas que huía en la Desbandá. Parecía que el peligro había pasado y que ya podían descansar y continuar con las fuerzas repuestas, sin embargo, el 13 de febrero de 1937, la aviación franquista bombardeó el campamento, creando tal pánico, que el pueblo pensó que el bombardeo era el comienzo de una nueva ofensiva fascista por tierra, por lo que, volvieron a huir los que ya venían en la Desbandá y además casi todo el pueblo de Adra en la dirección de Almería. Cuando se comprobó que los bombardeos solo obedecían a la saña asesina de los fascistas y no a ninguna ofensiva, la gente volvió hacia Adra.
María Hidalgo Guerrero, es una de las supervivientes de la Desbandá que nos acompaña. En abril cumple 93 años, su familia es de Málaga, y vivían en Carretera de Cádiz en 1937. Salieron huyendo sus abuelos, sus padres, ella y sus dos hermanos. Ella era la mayor, con 5 años, y sus hermanas tenías tres y dos años. Ella si tiene recuerdos, aunque imprecisos. La noche de la huida, ella ya estaba dormida y la despertaron. Salieron con lo puesto y las tres niñas iban llorando porque no entendían y percibían algo malo. Un tío suyo, vecino de ellos también salió huyendo con 7 hijos. Ella fue siempre de la mano de su padre, la hermana más pequeña, también iba con el padre pero colgada y la hija mediana iba con la madre. Al día siguiente en los primeros bombardeos que sufrieron, se perdieron unos de otros. El abuelo por un lado y la abuela por otro, la madre con una hija por un lado, y ella con su padre y la hermana pequeña por otro. Recuerda que vio un burro muerto con las tripas fuera y decía, “Papá mira, mira” y el padre le decía, niña no mires nada. Recuerda también la alimentación con los trozos de cañas dulces del camino y como consiguieron refugio en la cuadra de un cortijo donde pidieron auxilio. Durmieron tanto tiempo allí, con el cansancio acumulado, que no escucharon los bombardeos. Cuando reanudaron la marcha vieron muchos muertos por el camino. Al llegar a Almería, se refugiaron en las cuevas de la Chanca, el primer barrio que hay a la entrada a Almería desde Málaga, y que tuvo cuevas como viviendas hasta los años 50. Al poco tiempo, una mujer que vivía sola en Almería les ofreció alojamiento sobre todo por las niñas. Su madre no llegó a Almería, la volvieron para atrás las tropas italianas, y en el regreso se reencontró con el abuelo. Su abuela sin embargo si llegó a Almería, donde un día la encontró su padre. Este comentaba, que cuando encontró a su madre, la abuela de ella, no la reconocía de lo que había envejecido en tan poco tiempo.
Al acabar la guerra, volvieron a Málaga y se reencontraron con la familia. La casa donde vivían, antes de marcharse, se la habían requisado y se fueron a vivir al barrio del Perchel. A su padre no lo represaliaron porque de alguna manera, tenía contactos con unos religiosos que lo protegieron, pero debió ser a cambio de algún trabajo, ya que solo iba a visitarlos a casa cada tres semanas aproximadamente. El recuerdo más fuerte que tiene es el de los bombardeos de la primera noche.

Un compañero de la Desbandá que se ha hecho muy popular, es Balbino Martínez, de Bilbao, y cumple 70 años en marzo. Apareció el año pasado, haciendo toda la marcha, con una especie de estandarte casero, donde colgaban cuatro banderas. Él, me ha explicado el origen de las cuatro banderas de la forma siguiente. Participa en un grupo de jubilados que lucha en defensa de las pensiones y tenían contacto con un grupo de jubilados de Cádiz. Ambos grupos tenían acordado encontrarse en la concentración de jubilados que se celebró en Madrid en 2019. En ese encuentro los vascos iban a regalarle una ikurriña a los andaluces y estos a los vascos, una bandera andaluza. Balbino fue el encargado de entregar la ikurriña y se quedó con la andaluza, y desde entonces consideró que las dos banderas estaban hermanadas y ya tenía que ir, con ellas dos a todos los sitios que hubiera que manifestarse. Cuando conoció la historia de la Desbandá y las marchas que hacíamos a través de gente vasca que ya había participado en nuestras marchas, le atrajo mucho la idea y vino por primera vez en 2023. Claro, tenía que traer la bandera de Euskadi y la de Andalucía, pero siendo republicano, también tenía que traer la de la república y además ponerla en lo más alto. Todavía más, no podía olvidarse de que, aunque ha hecho su vida en Bilbao, en realidad es un inmigrante que nació en León, de manera que debajo de la bandera republicana, y junto a Euskadi y Andalucía, lleva también la bandera del reino de León. Con el armatoste que lleva a cuesta, y la simpatía que derrama, es uno de los personajes más populares de la marcha.
Mañana salimos hacia Guardias Viejas, localidad del Ejido, con un recorrido de 20 km aproximadamente.

“La Rábita”. 7ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 13 de febrero


Hacemos la marcha de hoy, desde Castell de Ferro hasta La Rápita, 162 personas, 75 mujeres y 87 hombres. Hemos andado algo más de 21 km, en un día soleado, sin viento y siempre con la Mar a nuestro lado, brillando, con distintas tonalidades de azul. A pesar de que el recorrido de hoy, era fácil de andar, siempre por el arcén de la carretera, hemos tenido cuatro accidentes de personas que se han caído. Dos han resultado con rasguños, pero una mujer, una compañera que es habitual y viene del País Vasco, se ha roto el tabique nasal al golpearse la cara contra el suelo, además de dos dedos de la mano derecha también dañados. Otro compañero, una vez que había acabado la marcha, y sentado en el bordillo del Paseo Marítimo mientras se celebraba el acto de bienvenida, se ha caído para atrás y se ha golpeado la cabeza, haciéndose una profunda herida que sangraba. Lo han llevado al hospital y estamos pendientes de que se nos diga la gravedad de la herida.
El avituallamiento lo hemos hecho en el pueblecito de la Mamola a orillas del mar. Sentados en el paseo marítimo, una mujer de 68 años, llamada Emilia Amate, dice que su madre le contaba las cosas malas que hacía Franco y que lo que más le llamó la atención de lo que decía, es que cerca de la Ermita de la Virgen de las Angustias, en la carretera que sube a Lanjarón, asesinaron a mucha gente y luego los tiraban por el barranco.
Al llegar a la Rábita, no espera María José Sánchez, la Alcaldesa de Albuñol, término municipal al que pertenece la Rábita. Nos agradece nuestra lucha por la Memoria Histórica sobre todo en tiempos en que el fascismo está entrando en las instituciones democráticas para defender lo contrario. Nos asegura que mientras el PSOE siga gobernando Albuñol, la Desbandá tendrá su apoyo.
Después de la Alcaldesa, Laura, una de las pocas compañeras que ha realizado todas las marchas, explica el panel informativo, dedicado sobre todo a las mujeres que parieron durante la huida.
En el panel en primer lugar se habla de, Basilio Lukianov Kommersant, un marino ruso que desertó de un buque soviético, en el puerto de Málaga junto con dos compañeros, y que proyectaban ir andando hasta Valencia. Al pasar por una playa, cercana a la Rápita, se enamoró de ella y decidió quedarse a vivir en una cueva del acantilado que cae sobre la playa y que tiene un pequeño manantial de agua dulce. Eso ocurrió el 2 de enero de 1933. La playa se conoce hoy como la del ruso. Vivió allí hasta su muerte, siendo considerado en el pueblo como un vecino más. Este hombre, nada sospechoso de interés político, fue entrevistado por un vecino, llamado Antonio Luis García Martínez que escribió un libro sobre la Rábita. En el libro, “El ruso” contaba lo siguiente: “Un día del mes de febrero de 1.937, después de remendar la red en la playa del Lance Nuevo, de pronto oigo un tumulto y veo una muchedumbre de personas por la carretera, al paso por la curva del Marroquín. La observé varias horas y no paraba de pasar gente, unos a pie, otros en burro o en mulo. Así siguieron pasando durante 7 días. La inmensa mayoría eran sobre todo familias, que arrastraban niños y ancianos, eran miles y miles, llenando la carretera de un lado a otro y caminando de noche, aprovechando la luna llena. Este es uno de los cientos de miles de testigos directos de la masacre de la Desbandá, que la derecha y la ultraderecha siguen negando, porque el genocidio lo cometieron los que son sus referentes históricos, políticos e ideológicos.

Pero en el panel, además, se cuenta la terrible historia de la madre que parió en una zona cercana. Se puso a parir de noche, lo cual no fue un caso aislado, mientras la riada de gente seguía la marcha; al tener al bebé, ella lo arropó como pudo y se echó otra vez a andar, pero enseguida se dio cuenta que no lo llevaba, que se le había escurrido; desesperada volvió sobre sus pasos, pero ya no encontró al bebé. Destrozada y desesperada se tiró por el barranco y se mató ella también; a la madre y su bebé, no las mataron ni las balas, ni las bombas, pero también fueron víctimas del terrorismo fascista.
Silvia Delgado, una compañera que ha participado varias veces en la Marcha, y que es poeta, con una gran sensibilidad, le dedicó a este acontecimiento el siguiente poema: “Me pregunto cómo se llamaba esa mujer que parió, en la noche más oscura de la huida; que se apartó a un lado y dio a luz como una loba solitaria, me pregunto cómo pudo ponerse en pie con el recién nacido; cómo sin tiempo de amamantarlo, corrió con el calostro desaprovechado; cómo se desgarraba a cada paso y lloraba por el hijo que callaba; porque su niño tibio y callado, tenía que estrenar juegos y canciones; me pregunto qué sintió aquella madre cuando… palpó los andrajos y presagió que lo que abrazaba, no eran más que un puñado de trapos ensangrentados y vacíos; me pregunto cuánto dolor se clavó en su vientre y con cuánta desesperación regresó por el camino andado, con la esperanza de verlo en otros brazos… pero nadie sabía de un recién nacido, pasto de las bombas y de las pisadas. Nadie sabía nada.”
Una vez en el Polideportivo donde vamos a dormir, entrevisto a uno de los sobrevivientes de la Desbandá que nos acompañan en la marcha y van visitando Institutos por el camino, junto a un grupo de jóvenes. Se llama Manuel Triano Simón y tiene 87 años. Cuando la huida, tenía seis meses, e iba junto a un hermano de 2 años y otro de 3. Iban su padre, su madre, tres tíos y su abuelo y abuela. Se unieron a la Desbandá a su paso por el Rincón de la Victoria. Todo lo que sabe es lo poco que le contó su padre, ya que ni él, ni sus tíos quisieron nunca hablar del tema. Sabe que llegaron hasta Alicante y allí se ganaron la vida poniendo un puesto de verduras en el mercado de abastos. Allí estuvieron durante toda la guerra, y sufrieron los bombardeos de la aviación fascista. Volvieron a Málaga, pero casi enseguida se fueron a Algeciras, ya que familia suya estaba allí bien instalada. No sufrieron represión, más allá que la generalizada de la dictadura franquista, y a trancas y barrancas se pudieron ganar la vida.
Por la tarde, sobre las 7, asistimos al documental “508 días” rodado por la Asociación Amical d'Antics Guerrillers de Catalunya. Trata sobre cómo, Cristina Zalva, una antigua militante de la CNT de Barcelona, escondió en su casa, cerca de la montaña de Santa Bárbara Oix en Girona, a un maquis que llegó herido, el 13 de enero de 1945. Lo había ametrallado la guardia civil junto a otro compañero que murió en el tiroteo. 508 días fueron los que Antoni Figueras, el guerrillero herido, estuvo escondido en aquella casa, sin ver la luz del sol. Cristina se la jugó, ya que era normal que la Guardia Civil registrara todas las casas campesinas de la zona, si detectaban movimientos del maquis. Pero no se la jugaba ella sola, sino toda la familia que convivía allí. Su determinación, forzando a toda su familia, está condensada en lo que le dijo a su marido, “prefiero ser la viuda de un valiente, que la mujer de un cobarde”. Y eso que su marido, Enric Sala, fue hecho prisionero en la batalla del Ebro, y estaba recién salido de un campo de concentración. Raúl Valls, El presidente de la Asociación Amical, Raúl Valls, cuenta que toda la documentación del caso, que necesitaron la obtuvieron del archivo histórico del PCE, atesorado en la Universidad Complutense de Madrid.

Después de recordar y homenajear en días recientes a Ana Pomares y Pita, fallecidos recientemente, quiero recordar a otra persona que también falleció recientemente y que jugó un papel destacado en la lucha por la recuperación de la Memoria Histórica. Este compañero se llama Manuel Ruiz. Siendo presidente de la Asociación memorialista de expresos políticos, La Comuna, participó en varias marchas de la Desbandá junto con otros compañeros de la Comuna. Murió el 21 de noviembre, y se le hizo un homenaje en Granada, el pasado 27 de diciembre, ya que era originario de allí. Manuel dedicó toda su vida a buscar justicia por el asesinato de su hermano Arturo Ruiz, un chico de 20 años, que fue asesinado a tiros, en una manifestación en Madrid por la Amnistía y la Libertad, el 23 de enero de 1977. Su asesino, un ultraderechista de nombre José Ignacio Fernández Guaza, se fugó a Argentina, donde reside desde entonces, y no solo no se esconde, sino que ha dado entrevistas en prensa en las que asegura que colaboraba con la Guardia Civil que le pagaba para matar etarras en Francia.
En el homenaje a Manolo Ruiz en Granada, donde se juntaron sus cenizas con las de su hermano Arturo, su hija Olga, se comprometió a seguir la lucha de su padre y la justicia para su tío.
Mañana seguimos la marcha llegando hasta Adra, otros 20 km aproximadamente.

viernes, 16 de febrero de 2024

“El Fuerte de Carchuna”. 6ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 12 de febrero


Hoy hacemos la marcha desde Salobreña hacia Castell de Ferro. La columna se ha reducido hoy a unas 154 personas, entre las cuales hay 75 mujeres y 79 hombres. Prácticamente, este es el número de personas que se han apuntado para hacer todo el recorrido de la VIII Desbandá. En el día de ayer, dejaron la marcha un grupo de personas pertenecientes al colectivo pedagógico Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (MCEP). Son de Castilla La Mancha y se han unido a la Marcha de La Desbandá por primera vez, y como casi todas las personas que nos acompañan alguna vez, prometen volver.
Antes de nada, quiero disculpar el error de no mencionar a Amparo Sánchez, una de las supervivientes de la guerra, que nos acompaña, como interviniente en el acto de la desembocadura del Guadalfeo. De hecho, unas compañeras de Málaga, que vinieron al acto, me comentaron que fue con la intervención de ella, la que más las emocionó y con la que más lloraron.
La zona de Motril la pasamos en autobús y nos dejan en Torrenueva, un pequeño municipio, que era pedanía de Motril y consiguió su independencia en 2018, y tiene mayoría de PSOE. El ayuntamiento ha construido un sendero por el borde del desfiladero que da al mar, que atraviesa un puente colgante y que enlaza, cruzando por un puente en la Nacional 340, con la antigua Nacional 340, que está más arriba de la actual, como colgada de la montaña. Han reconstruido los quitamiedos originales y han limpiado la zona de derrumbamientos y basuras, quedando ahora, hasta que termina el término municipal, como la carretera que fue, pero que ha sido erosionada por el tiempo, mezclándose trozos de asfalto con trozos de tierra. El trayecto es tan auténtico, que puedes imaginar el eco de los pasos del pasado. El sendero obtuvo el primer premio de España, por parte de la Federación Estatal de Montañismo. En este caso, se recupera una parte del patrimonio de la Memoria Histórica y podrá formar parte de nuestro objetivo de Sendero de Memoria Histórica señalizado, como recorrido de la Desbandá, desde Málaga hasta Almería.
El siguiente municipio donde entramos, después de bajar al llano costero, es el de Carchuna. Este municipio, que ahora gobiernan cuatro ediles del PSOE, con tres ediles del PP en la oposición, nos brinda, por primera vez, y gracias al cambio de signo político, una recibida amistosa y hospitalaria y nos informa que, nuestra demanda de dedicar el Fuerte de Carchuna a lugar de Memoria Histórica, del recorrido de la Desbandá va a ser realidad en poco tiempo.

El Fuerte está al borde del mar, fue un fuerte defensivo, construido en tiempos de Carlos III, y el ejército franquista lo dedicó a prisión lo dedicó a prisión. El alcalde de Carchuna, Juan Ferrer, nos dirige la palabra, al pie del Fuerte, pidiéndonos en primer lugar perdón por el maltrato que nos dispensó la anterior corporación. Dice que siente una gran vergüenza por el rechazo de la Memoria Histórica anterior o el trato que han recibido personas que querían ver el Fuerte, procedentes de Asturias. Lo van a adecentar y convertir en un centro de recuperación de la Memoria.
A continuación, nuestra compañera de muchas marchas, Nekane Jurado, explica brevemente que en ese Fuerte, que más que cárcel era un campo de concentración, estuvieron presos algo más de 300 asturianos, que consiguieron fugarse, y a los que llevaron allí para la construcción de un aeródromo que luego utilizaría la aviación franquista, entre ellos los aviones fascistas italiano y los nazis alemanes. Pero más que en la fuga en sí, explica muy bien el contexto de lo que significó el bienio negro, o sea el gobierno republicano de derechas elegido el 19 de noviembre de 1933, que fueron las primeras elecciones en España en la que votaron las mujeres. La derecha, explica Nekane, procedió a la derogación de todos los avances democráticos y sociales, revirtiendo la Reforma Agraria. La reacción popular fue el llamamiento a que los ayuntamientos se declararan Repúblicas Sociales, los que lo hicieron fueron reprimidos, aunque la resistencia duró semanas en muchos sitios y como hito histórico, ese movimiento quedó inmortalizado en la Revolución de Asturias.
La feroz represión de Franco, llamado por el gobierno desde África para aplastar esa Revolución tuvo como consecuencia, la detención de numerosos presos políticos y por consiguiente un fuerte movimiento por la amnistía de los presos que originó en parte el triunfo del Frente Popular el 16 de febrero de 1.936. Si hubiera triunfado la CEDA, la coalición de derechas, su gobierno hubiera sido homologable al de Mussolini o al de Hitler.
La fuga de la prisión se organizó el 23 de mayo de 1938. Previamente se habían fugado tres tenientes, que consiguieron llegar hasta las filas republicanas, mandadas casualmente por un asturiano que conocía a aquellos paisanos suyos, por lo que no dudó de su relato. A pocos km de allí, había 300 presos asturianos, obligados a trabajos forzosos. En pocos días se organizó un comando nocturno, que por mar y con dos embarcaciones, después de un intento fallido que fracasó por desorientación, consiguieron tomar el fuerte, liberar a los presos y atravesar, desde atrás, las líneas franquistas, restableciendo el contacto con las líneas republicanas. Casualmente uno de los presos que consiguió huir, le contó muchas veces a un amigo de su hijo, el relato de la fuga del fuerte, el chico de nombre Hipólito Zapico, fue concejal del PSOE del Ayuntamiento de Mijas, en la anterior legislatura, recibió a nuestra marcha en 2.022, en la etapa previa a la marcha que hicimos por la Sierra de Mijas, y compartió esa vivencia con los componentes de esa Marcha.
La llegada, a Castell de Ferro es importante porque fue el sitio más lejos que alcanzó el ejército italiano. El gobierno republicano envió al Batallón Tchapaiev de la XIII Brigada Internacional, que llegó a Albuñol el 13 de febrero, a 25km de Castell. Este batallón formado por brigadistas de 21 nacionalidades, centroeuropeos fundamentalmente, con un total unos 650 hombres, llegaban a Castell el 15 de febrero, e hicieron retroceder a las tropas marroquíes e italianas hacia Motril.

En la primera etapa de esta marcha, una participante, Lu, una chica francesa, de 34 años, que participa por primera vez, en recuerdo y homenaje a su bisabuelo, Antonio Gutiérrez Jurado nos contó que él escribió un cuaderno de memorias y en ella cuenta que cuando huían más allá de Castell encontraron a las tropas republicanas que les decían: “camaradas, no correr, que a esos canallas vamos nosotros a pararles los pies, y no avanzarán más adelante”. Pero hasta ese momento, en que las Brigadas Internacionales, pararon en seco a las tropas italianas, con Mussolini diciendo que después de Málaga llegarían a Almería en una semana, la resistencia republicana no había cesado, ni antes, ni después de la caída de Málaga. El último intento de resistencia fue en Motril.
Previamente a la toma de Motril, el 9 de febrero de 1937, una columna de soldados al mando del comandante de carabineros Federico Angulo Vázquez, llegó procedente de Valencia al mando de un convoy de 27 camiones. Su misión era llegar a Málaga y trasladar 80 toneladas de plata de la sucursal del Banco de España que estaban en la capital malagueña. Al igual que Norman Bethune que también se dirigió a Málaga y nunca llegó al encontrarse a la Desbandá por el camino, el comandante Angulo se topó con la huida desde Málaga, describiéndola de la siguiente forma:
“El espectáculo de la carretera desde Almería hasta Adra es algo que no encuentro palabras con que explicarlo,…cerca de 200.000 personas… a pie, es algo que no tiene precedentes en la historia. Hombres muertos por la carretera del frío, hambre y cansancio. Mujeres con niños en brazos y con los pies enormemente desfigurados y llenos de llagas, caras famélicas”.
Angulo se puso a las órdenes de las autoridades que en ese momento estaban en Motril, Cayetano Bolívar y el coronel Villalba, Jefe del Ejército del Sur, (el que había abandonado Málaga apresuradamente) e inmediatamente lo nombraron comandante militar de Motril. El ministro Julián Zugazagoitia, recoge en sus memorias que Villalba le dijo a Federico Angulo: “No sirvo, véame usted, no sirvo. Estoy derrumbado. Encárguese usted de organizar esta derrota y de ver dónde rehace la línea si puede recuperar a los hombres”.

Angulo Destinó todos los camiones que disponía para transportar a las personas refugiadas que huían y en la mañana del 10 de febrero hizo frente al enemigo con los escasos efectivos de que disponía. Contuvo, junto a un puñado de hombres y mujeres, a la potente columna italiana al mando del coronel Guassardo, en el cauce del río Guadalfeo durante unas horas de aquella mañana, que fueron preciosas para poner a salvo a la población refugiada que huía desde Motril.
Angulo fue el último mando que abandonó la ciudad, volando el polvorín situado en las naves de la azucarera “La Fabriquilla” y cediendo su vehículo personal para el transporte de los refugiados. Fue detenido luchando en Santander el 25 de agosto de 1937. Tras su detención fue juzgado y condenado a muerte. El declaró: “Os he combatido, y devuelto a la libertad, os volvería a combatir. Soy socialista y mi vida, militar o civil, sólo tiene un sentido: venceros”.
A las 7 de la tarde, tenemos la proyección del Documental: Fortificaciones presos esclavos. Está realizado por Coste Cero como instrumento divulgativo para el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar. Trata sobre los campos de concentración, donde hubo 30 mil presos esclavos realizando tareas de fortificaciones: bunker, carreteras y demás, con fines militares. Las durísimas condiciones de trabajo significaron la muerte de unos 1.000 presos. Las fortificaciones preveían la defensa de la costa gaditana en el supuesto de que España entrara en la segunda guerra mundial y se apoderara de Gibraltar. La utilización de presos de guerra como esclavos es otra de las hazañas del franquismo, desconocida por la sociedad actual y que hay que divulgar.
Hoy hemos andado algo más de 20 km, en ocasiones con fuerte viento que dificultaba la marcha. Mañana, desde Castell de Ferro hasta La Rábita, tenemos 22 km, pero seguramente lo que nos depare la marcha será sol y calor.

jueves, 15 de febrero de 2024

“Guadalfeo”. 5ª Etapa de la VIII Marcha de la Desbandá 2024, Crónicas del camarada Manolo "Teniente". 11 de febrero


Comenzamos la etapa en el Parque del Mediterráneo de Almuñécar, donde hay una placa, en honor a la Desbandá de 1937, que suele ser destruida casi todos los años, pero siempre es repuesta. Antiguamente este parque era conocido como la Galera, y en su cercanía hubo un edificio, donde se torturó y se fusiló a personas que defendían la legalidad republicana. La marcha la hacen 537 personas, 271 mujeres y 266 hombres, en formación de fila india, ya que el grueso del camino se hace por el arcén de la 340. En total andamos unos 18 km.
A mitad de camino, donde paramos para el avituallamiento, entre Almuñécar y Salobreña, la Asociación de Amistad con Cuba, Almuñécar-Baracoa, han colocado, un puesto de bocadillos de guacamole, de aguacates ecológicos y te frio gratis, recogiendo la voluntad en un cestillo y además, otra mesa de venta de tarros de mermelada, también ecológica, de mango, naranja y guayaba, a 4€ la unidad. Cuando la gente, que ya tenía el avituallamiento oficial de agua, fruta y pasteles, se ha enterado que era para recoger dinero de solidaridad con Cuba, se ha volcado con el puesto, acabando con las existencias, bien ricas de sabor, de guacamole y mermelada.
Al llegar a la Plaza del Ayuntamiento de Salobreña, nos hacemos fotos y desplegamos dos pancartas para continuar ya en manifestación hasta la desembocadura del Rio Guadalfeo. La primera pancarta, la portan un grupo de jóvenes, y la segunda un grupo de mujeres. La manifestación ha engordado con nuevos grupos de personas que se han unido, por lo que debemos ser unas 700 personas las que marchan hasta la desembocadura del rio, donde hay una bella y espectacular estatua, promovida y pagada por la Asociación, en memoria de la Desbandá de 1937.

El paso del rio Guadalfeo fue trágico para las personas que huían en la Desbandá, el día 10 de febrero de 1937, estaba lloviendo fuerte, y como en toda la zona, el agua bajaba con fuerza desde las montañas. El puente habitual había sido destruido, para obstaculizar la entrada de las tanquetas italianas, y había que buscar, las zonas rio arriba, donde hubiera vados asequibles para pasar. Mucha gente en su desesperación, pensó que podrían pasar y perecieron ahogadas. Otras desistieron de la huida y se volvieron atrás, también familias que decidieron dividirse y mientras, los miembros que corrían más peligro si se quedaban, normalmente hombres, seguían la huida, las mujeres, niños y ancianos se volvían. Hemos recopilado y documentado, distintas decisiones tomadas por las familias. Queremos poner hoy un nuevo ejemplo de ello, manifestado por una mujer que participa por primera vez en la marcha. Ella se llama Ana Isabel, tiene 45 años y su familia salió huyendo del Valle de Abdalajís. Iban su abuela de 23 años, Francisca Pérez junto a su padre (viudo) y sus tres hermanos, Antonio, María y Pepe. Antes de pasar el Guadalfeo, Francisca vio a una niña, de unos 12 años llorando desconsoladamente, se había perdido de su madre, y repetía “mi madre se ha muerto, que voy hacer yo ahora sin mi madre”. Ella intentó consolarla, pero no lo logró, por mucho que lo intentó. En un momento determinado la niña se arrojó al rio. Aún seguían sin pasar el rio, cuando, no habiendo pasado mucho rato, apareció una mujer preguntado por una niña, que según la descripción, era la que se había suicidado. Francisca no tuvo valor para contarle lo sucedido y le dijo, que por las señas de la niña, creía que era una que había visto que estaba buscando a su madre. Finalmente Francisca pasó el rio, aunque por momentos creyó que no lo lograría. La huida de Francisca y su familia, fue, como en la mayoría de los casos muy difícil. De alguna manera, en las carreras que se producían cuando había un ataque aéreo, o se creía que iba a haberlo, la familia perdió a su hermana María. Luego se enteraron que, una bomba cayó junto a un grupo donde iba su hermana y mató a una niña pequeña. La familia de la niña, en su dolor, la acusaron de ser culpable de la muerte de la niña, ya que al llevar una camisa roja, había provocado el ataque. Así no sólo tuvo el impacto emocional de ser bombardeada y sobrevivir por una escasa distancia al impacto, sino que además se vio culpada como responsable de la muerte. María, destrozada por este incidente, se volvió a su pueblo, el Valle de Abdalajís, con un grupo que decidió que lo menos malo era volver. Regresó, pero el hecho ya la atrapó para toda su vida, ya que se volvió loca y nunca se recuperó.

Este hecho concuerda con el testimonio de un compañero de la marcha, Mario, que en la etapa de ayer, y estando un poco descolgado en la parte final de la columna, saludó por cortesía al pasar, a un hombre mayor que estaba sentado en un banco. El hombre, como en otras muchas ocasiones nos ha sucedido, le dijo que él también había estado en la huida. Inmediatamente Mario, quiso entablar conversación con él y grabar la conversación.
El hombre le dijo su edad, 98 años, su nombre y le contó cosas genéricas sobre las personas que yacían muertas en la carretera. Le dijo además, que él solo había andado un par de pueblos y que luego se volvió, señalando el hecho de que a la gente que llevaban prendas rojas le obligaban a quitárselas. Mario le grabó unos 5 minutos pero al quedarse solo y escuchar la grabación se dio cuenta que no lo había hecho bien y solo le grabó unos 5 segundos, con lo que solo tiene la imagen del hombre y poco más. Pero, la casualidad de que en la misma zona se recuerde el hecho de que no debía llevarse ropa roja, de alguna manera nos viene a indicar la psicosis de miedo al ataque y a la represalia fascista hacia lo que representaba el color rojo. La gente más joven, que no conoció la dictadura, no lo han vivido, pero las mayores, que fuimos niños, recordamos perfectamente que la palabra rojo en el vocabulario no se usaba y que el sinónimo casi obligatorio, era decir colorado. Volviendo a la historia de Francisca, la abuela de nuestra compañera Ana Isabel, consiguió llegar a Almería. Pero antes, del suceso del Guadalfeo, en Nerja, también fue testigo de un acontecimiento trágico. Un guardia de asalto republicano, que huía con su mujer y dos hijos pequeños, decidió en un momento, acabar con la huida. Sacó su pistola, mató a su mujer, a los dos hijos y se suicidó. Ya en Almería, con el único hermano que mantenía contacto Antonio, intentó embarcarse, en un buque que iba en dirección a Francia. El hermano lo consiguió, pero ella en la multitud que quería subir al barco trastabilló, perdió el equilibrio, se cayó y finalmente quedó en tierra. Al quedarse también sola, decidió, igual que su hermana, volverse al pueblo con otro grupo que se lo propuso. Su hermano Pepe, se movilizó con las fuerzas republicanas en Cartagena. Los dos hermanos pasaron por campos de concentración, uno en Francia y el otro en España, pero finalmente, consiguieron regresar al pueblo. Su abuela no se volvió loca como su hermana, pero las tragedias vividas en la Desbandá, la marcaron para toda la vida.

En el acto del Guadalfeo participan Rafa Morales, Presidente de la Asociación, Antonio Rodríguez, concejal del PSOE responsable de Memoria Democrática, que aclara que le pesa más estar allí por ser descendiente de personas huidas, que por su cargo; Antonina Rodrigo, escritora e historiadora, Chantal Penicaut, residente en Francia, descendiente de personas huidas de la represión franquista y presidenta de la Asociación de Viajes Memorialistas de la República Española; Marta Martín que participa en representación del Partido de la Izquierda Europea y cierra el acto el diputado por Córdoba y Secretario General del PCE, Enrique Santiago.
Después del acto y de la comida, a las 7 de la tarde, en el Auditorio Municipal, se presenta la obra de teatro, Soliloquio de grillos, de Mónica Mayaud Maisonneuve. La obra trata de las reflexiones de tres mujeres encarceladas por la represión franquista. Una de ellas está en la cárcel por promiscua, llevando la perdición a los hombres, otra por maestra, enseñando cosas peligrosas al alumnado y otra por no delatar a su marido. Han hecho mal, merecen un castigo, es lo que reflexionan. La brutalidad del fascismo las lleva a condenarlas y fusilarlas. Ellas concluyen, que no hicieron mal y que son víctimas de la injusticia. Es una obra de denuncia antifascista, pero bien teatralizada, con mucho ritmo, que se agradece de ver.
Mañana marchamos hasta Castell de Ferro. Son también, menos de 20 km, pero bastantes más duros, por los desniveles que hay que librar.
Manolo García
Cronista Marcha Desbandá