El
próximo año 2017 se conmemora el centenario de la Revolución Soviética,
acontecimiento histórico clave en la lucha por la liberación de la humanidad y
en la creación de los diferentes partidos comunistas, que supuso un vendaval de
esperanza y de impulso transformador en todo el mundo.
La
Revolución de Octubre no fue obra de una minoría que preparó un golpe de estado
de espaldas a la voluntad popular, sino que fue la expresión de un amplio
movimiento democrático de masas y de un proceso de autoorganización de las
clases subalternas de Rusia. La acumulación de experiencia en la construcción
de elementos de contrapoder popular, el mantenimiento y el ejemplo de los
soviets desde 1905 fue clave para el éxito revolucionario, que se desarrolló
durante casi un año y en el que los bolcheviques, con Lenin a la cabeza, dieron
muestras de su capacidad política y organizativa, fundadas en un profundo
espíritu marxista y en una estrecha vinculación con la clase obrera.
El
nuevo estado obrero y campesino demostró que un modo de civilización distinto
era posible, que el capitalismo y el mercado no eran la única vía para
organizar las sociedades humanas. Este contramodelo fue fundamental para la
clase obrera del occidente capitalista y fue la inspiración de la ola de
triunfantes experiencias anticoloniales del siglo XX. La Unión Soviética,
también, y no menos importante, fue la que capitaneó la derrota del fascismo y
tuvo también un papel clave en la génesis de una experiencia tan importante
como fue la construcción de los frentes populares.
Esta
iniciativa de los comunistas para conmemorar y extraer experiencias de la
Revolución de Octubre parte de la convicción de que todos nosotros, si
hubiésemos vivido en la Rusia de la época, hubiésemos estado con Lenin y con
los bolcheviques, o si, por el contrario, fuésemos obreros de la España de la
época, habríamos apoyado, como hicieron muchos, enviando parte de nuestro
salario para ayudar al desarrollo de la revolución. Los comunistas tenemos la
obligación de conocer todo ese proceso, las diferentes opciones que estaban en
juego y las razones de las decisiones que se tomaron, no para intentar
repetirlas en la actual coyuntura, tan distinta, sino para entender mejor el
mecanismo de la historia y de la lucha de clases. Pero ni estamos en Rusia ni
en el año 1917, así que nuestra tarea se debe realizar aquí y ahora, el octubre
soviético nos debe servir de guía para, sin ser calco ni copia, abordar la
tarea revolucionaria en nuestro país y eso solo lo podemos hacer, sin prisa
pero sin pausa, estudiando, agitando, organizando, y construyendo un partido
que sea una herramienta eficaz para las aspiraciones de nuestra clase.
Procesos
como la Revolución de Febrero, las Tesis de Abril, la rebelión de Julio y sus
consecuencias, y la preparación y desencadenamiento de la Revolución de Octubre
deben ser motivo de análisis.
También
la situación resultante, los problemas y condicionamientos que se encontró el
gobierno revolucionario de los Comisarios del Pueblo y las soluciones que dio
deben ser objeto de estudio y reflexión.
La
formación de los militantes y el consecuente fortalecimiento interno del
Partido, a pesar de su importancia, no puede ser el único objetivo de la
conmemoración. La imagen exterior del Partido, su razón de ser y su proyecto
deben difundirse a la sociedad y especialmente a los trabajadores y sectores
próximos, con mayor razón ahora que, al fortalecernos, se ha reavivado el
anticomunismo por parte de las fuerzas mediáticas reaccionarias.
La
lucha por el socialismo es la lucha por una sociedad distinta y superior
humanamente al capitalismo, más necesaria cuanto que éste parece entrar en una
crisis permanente que anuncia cada vez más miseria, destrucción ambiental y
guerras. La Revolución de Octubre es el momento más destacado de una
alternativa que se ha desarrollado desde el inicio con las luchas obreras, los
movimientos revolucionarios del siglo XIX y XX en Europa, las Internacionales y
la Comuna de París, las luchas antifascistas y socialistas, pero también los
movimientos anticolonialistas, descolonizadores y revolucionarios en Asia y
África, y los antiimperialistas y patrióticos de América Latina.
Por
todo ello, el Comité Federal del Partido Comunista de España acuerda hacer un
llamamiento al conjunto del Partido para que:
1.-
Se desarrollen durante todo el año 2017 jornadas de formación, estudio y
valoración de la Revolución Soviética. Para ello, las Federaciones del PCE
planificarán durante el último trimestre de 2016 las actividades y asignarán
los recursos necesarios para su realización.
2.-
Se lleve a la sociedad el mensaje de la necesidad de enfrentar el capitalismo
depredador y la importancia de considerar el papel de la Revolución Soviética
en la lucha contra la opresión y su conocimiento crítico como experiencia
liberadora, mediante la organización de actos públicos de difusión
(conferencias, mesas redondas, publicaciones, cinefórums, exposiciones,
representaciones teatrales, conciertos, etc.) en colaboración con otras
entidades sociales cuando sea posible. el octubre soviético nos debe servir de
guía para, sin ser calco ni copia, abordar la tarea revolucionaria en nuestro
país y eso solo lo podemos hacer, sin prisa pero sin pausa, estudiando,
agitando, organizando, y construyendo un partido que sea una herramienta eficaz
para las aspiraciones de nuestra clase.
3.-
Se encargue a una comisión la coordinación y el impulso de las tareas para
llevar a efecto el conjunto de estas actividades.
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