Alberto
Garzón, Coordinador Federal de IU y diputado comunista de Unidos Podemos, dio ayer,
jueves 3 de noviembre, una conferencia sobre marxismo en la Facultad de
Ciencias de la Información de la UCM ante cientos de jóvenes que abarrotaron la
sala.
La
realidad superó claramente las expectativas y la sala que se había habilitado
para el evento tuvo que ser cambiada a última hora por una mucho más grande.
Aún así, mucha gente se quedó fuera y otra tuvo que conformarse con verla desde
los pasillos centrales y laterales.
Parece
que la juventud tiene ganas de formarse para afrontar con éxito los retos
venideros. No solo por la afluencia, algo más o menos extraña en ese tipo de
encuentros, sino por el grado de atención que mostraron los y las asistentes.
En
el acto, organizado por la FIM (Fundación de Investigaciones Marxistas) dentro
del ámbito de inauguración de la Escuela del PCE, además de Garzón,
participaron José Luis Centella, Secretario General del PCE y presidente de la
FIM, y Eddy Sánchez, Director de la FIM y Secretario de Formación del PCE a
modo de introducción.
Lo
primero que hizo Alberto Garzón fue un breve repaso histórico de cuáles fueron
las fuentes y el desarrollo del pensamiento de Marx y qué le llevó a escribir
El Capital, obra fundamental para entenderlo.
Seguidamente
hizo una pequeña introducción del marxismo como mera herramienta de análisis de
la sociedad para poder transformarla.
Pero
sobre todo, en la introducción Alberto se dedicó a explicar qué no era el
marxismo, comparándolo con ese marxismo fosilizado y dogmático del que Marx ya
renunció.
A
partir de ahí, se dedicó a exponer sus 8 tesis como elemento matriz del
marxismo:
1.
Los militantes marxistas deben ser teóricos y prácticos a la vez. Alternar
entre praxis y teoría. Es decir, a la vez que se es capaz de incidir en el
conflicto social, se debe ser capaz de explicar las causas que originan ese
conflicto.
2.
Los derechos sociales se conquistan, no se regalan. La burguesía hace
concesiones en base a impedir la revolución organizada por la clase
trabajadora. De hecho, a medida que el socialismo fue perdiendo fuerza, los
gobiernos burgueses fueron aplicando más recortes en derechos y libertades.
3.
La batalla por la democracia republicana es la batalla de los comunistas.
4.
La emancipación política no es suficiente. La emancipación social va mucho más
allá. Cuenta Alberto que Marx apoyó a Lincoln porque entendía que podía ayudar
a prender revoluciones en todo el mundo. Además, según el lugar y contexto,
Marx pedía la unión o no de los partidos que representaban a la clase obrera.
5.
El marxismo siempre tiene en cuenta El Capital. De hecho, Marx solo dio apuntes
sobre el comunismo.
6.
La clase social antes que el partido político. Marx y Engels a penas militaron
en un partido pero sí que hicieron política activamente. Sobre todo con la internacional
comunista, más concebida como movimiento social que como partido.
7.
El parlamento como instrumento necesario pero absolutamente insuficiente. Debe
ser un medio más para organizar a la clase trabajadora.
8.
Todos los análisis se basan en las clases sociales, no en los partidos.
Analizarlo todo en dos clases (trabajadores y capitalistas) es fosilizar el
marxismo. La sociedad es mucho más compleja. El eje central es la clase social.
Marx se dio cuenta de ello ya que aunque existen dos clases representativas
antagónicas, éstas a su vez tienen muchas variantes: pequeña y alta burguesía,
campesinado, obreros industriales, etc. La clave para poder transformar la
realidad es analizar las clases sociales de una situación y de un país concreto.
Lo que no existe es la clase media en sentido estricto.
Cabe
resaltar que en este punto incidió en los ejes izquierda-derecha y abajo-arriba
en los que éstos últimos, según él, reflejan mejor la jerarquía de las clases
sociales y más teniendo en cuenta el degradado que ha sufrido el eje de
izquierda-derecha a lo largo de los años y que éste procedía de una
representación geográfica del parlamento burgués francés de la Revolución
Francesa. También comentó que ningún clásico marxista se definió como de
izquierdas, simplemente marxista, comunista.
Como
colofón a ello, Alberto Garzón argumentó que la sociedad más justa,
igualitaria, fraternal y solidaria que jamás existiría sería aquella sin
clases. Véase una sociedad comunista.
Después
de ello, y tras un sonoro aplauso, tocó el turno de intervención del público
donde hubo bastante participación pero con preguntas bastantes concisas y
directas. Algo que sorprendió positivamente al propio Alberto.
Cabe
destacar que una de las intervenciones de la juventud, brillante por otra
parte, la dio Xavier García, Secretario General de la UJCE (Unión de Juventudes
Comunistas de España).
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