Se
recorrerán en torno a 250 km en diez etapas que comienzan hoy día 6 y
concluirán el próximo sábado 15 de febrero.
José Manuel Luque Gálvez.
Responsable
de Proyectos y Puntos de Memoria/ Asociación y Club Senderista LA DESBANDÁ
Tuvo que
pasar la dictadura y 25 años más para que “El Crimen de la Carretera
Málaga-Almería” (Norman Bethune) dejara de ser un “cuento de viejas”. Algún/a
historiador/a advertía de que pudo haber sido una tremenda masacre. Algunos
colectivos y activistas de la memoria de la Axarquía malagueña y la Costa
granadina (testigas de la “huía” o “la desbandá”) comenzaron a homenajear a los
supervivientes y a realizar marchas simbólicas.
La mayoría
no sabía de qué estábamos hablando; a otros se les vino el recuerdo de alguna
nocturna confesión de sus padres o abuelos; más fueron los que volvieron a
casa, preguntaron y se enteraron, por primera vez, que su familia fue víctima.
También por
ellos y por ellas (que fueron más) que han empezado a hablar y por los que aún
callan, seguimos caminando… Paso a paso, nombre a nombre.
Un
superviviente de excepción, Adolfo Sánchez Vázquez (“Recuerdos de la Guerra
Civil en Málaga”) escribió:
“Unas reflexiones finales ante una
inquietante y legítima pregunta: ¿valió la pena este éxodo con su terrible
costo humano? Y nuestra respuesta es categórica: sí, valió y valdrá siempre
como testimonio de la dignidad y grandeza moral de los más de cien mil malagueños
(*) que arrostraron el hambre y el frío y la muerte por cielo, mar y tierra
antes que vivir de rodillas. Y valió la pena también como un acta de acusación
contra el terror y el crimen fascista que se multiplicaría poco después en
Málaga con la represión implacable que sufrieron entre tantas gentes dignas,
muchos que no quisieron o no pudieron salir”. (*) Los últimos estudios apuntan entre 200.000 y 300.000
personas
Vosotras,
también, podéis preguntaros: “¿Os vale la pena tantas horas dedicadas? ¿Caminar
en febrero, en asfalto, 260 kms en 10 días?
Sin duda
vale la pena porque El crimen de la Carretera Málaga Almería (una columna civil
bombardeada por tierra, mar y aire por los ejércitos nazi alemán, fascista
italiano, colonial español y sus mercenarios marroquíes) es testimonio
irrefutable de muchas verdades aún por reconocer:
-Testimonio
contra el negacionismo del genocidio.
-Testimonio
contra que “igual fueron los unos que los otros”. ¿Tres cruceros de guerra,
aviación, unidades motorizadas igual que cientos de miles de civiles armados
con sus alpargatillas?
-Testimonio
de que no fue una guerra civil con la “no intervención” de las democracias
occidentales sino una intervención nazifascista contra la República Española
con el bloqueo activo de Francia y Reino Unido. El Gobierno USA permitió el
suministro de combustible por Texaco “a devolver después de la victoria” y el
Vaticano avaló la operación por si esa victoria no llegaba.
Una enorme
épica civil. Ante la llegada del fascismo se oyó gritar “Nos vamos a Almería” y
hacia Almería caminaron cientos de miles de andaluces y andaluzas para seguir
en territorio republicano.
Y del
nacimiento del primer frente de la Guerra Mundial contra el Fascismo; la
impresionante respuesta y solidaridad internacional de la clase obrera. Desde
el mismo 18 de julio, espontáneamente, y pronto, a través de, principalmente,
el movimiento comunista internacional, decenas de miles de hombres y mujeres
vinieron a dar su vida por la República Española. Su lema “Por vuestra libertad,
por la nuestra”. La persecución por tierra de la columna de refugiados acabó en
Motril con la llegada del Batallón Tchapaiev de la XIII Brigada Internacional.
El crimen continuó con el bombardeo al campamento de refugiados de Adra y en
Almería.
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Publicado en
el Nº 332 de la edición impresa de Mundo
Obrero febrero 2020
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