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domingo, 9 de febrero de 2020

Crónica de la tercera jornada de la IV Marcha de la Desbandá por la carretera de la muerte desde Málaga a Almería. 8 de febrero 2020



Manuel García Mortales “Teniente”

La etapa que hemos realizado hoy, desde Nerja a Almuñécar, ya en la provincia de Granada, es una de las más bella de todo el recorrido, huertas que se despeñan hasta el mar, acantilados cortados a pico con playas casi inaccesibles en el fondo…, pero también ha sido más larga y más dificultosa que la de ayer por los desniveles de subida y bajada del camino; también ha sido más festiva, con mucha más gente, ya que hemos llegado a Almuñécar más de 200 personas y sobre todo más gente joven. La marcha hoy, como ha ocurrido en años anteriores en esta etapa, ha sido más femenina, más joven, y más numerosa. Un amplio grupo de mujeres se han fotografiados juntas en un descanso del camino para mandarla con un mensaje de la solidaridad a todas las mujeres que hoy 8 de febrero hacían una cadena feminista en Madrid, preparando la Huelga General por la igualdad del próximo 8 de marzo. Una de esas mujeres jóvenes que se han incorporado hoy a la marcha de la Desbandá, es Elena, cordobesa de 31 años, opositora para enseñanza en paro, que nos explica que su motivación para compartir con nosotr@s la marcha es conocer la historia real para comprender el presente y el futuro; también le atrae el conocimiento y la convivencia con la gente que participa en la marcha.
Sin embargo, en este espacio tan bello y tan espectacular se produjeron el mayor número de víctimas entre las personas que huían; tenemos localizado dos lugares que reivindicamos como sitio de memoria histórica, rememorando las víctimas producidas en la zona, el Puente Viejo, a la altura del acueducto de San Telmo y el paso del Rio de la Miel. Fernando Alcalde, militante e investigador cualificado de la Desbandá, nos describió en una de las marchas como se produjeron los hechos; el destructor Baleares del bando fascista, se situó frente a los acantilados y disparó todos los obuses de los que disponía a las paredes que había por encima de la carretera; las rocas se desprendían y mataban a la gente por aplastamiento. La justificación para explicar el asesinato de civiles que huían de la guerra, por ese sistema de aplastamiento, es que ellos tenían orden de cegar la carretera para evitar la entrada de tropas y avituallamiento desde la zona republicana de Granada y Almería. El Baleares sería hundido en el enfrentamiento naval de la flota republicana con la franquista, en la batalla de Cabo de Palos el 6 de marzo de 1938, parece que por disparos del republicano Lepanto, 786 marineros murieron o desaparecieron en su hundimiento y otros 435 fueron rescatados por dos destructores ingleses presentes en la zona; evidentemente no era lo mismo disparar a personas indefensas que enfrentarse a otro destructor.
Es importante saber, que, pese al desorden de la huida, las fuerzas republicanas no renunciaron a frenar el avance fascista. Algo más delante de los acantilados de Maro, está Cerro Gordo, otra zona de acantilados donde la División Octubre, intentó frenar el avance de las tropas fascistas italianas, pero esta fue rápidamente envuelta y parte de ella fue cogida prisionera y otra escapó a través de las montañas volviendo a la zona republicana. También fracasó el intento de volar los puentes que unen la carretera de los acantilados; se consiguió poner la dinamita (había especialistas asturianos en ello) pero fallaron los detonadores. Eran los problemas de un ejército no profesional, compuesto de campesinos y obreros al que le faltaban todo tipo de medios para combatir.
Apenas estábamos saliendo de Nerja, un grupo de trabajador@s salieron a la puerta de su hotelito a saludarnos. Su representante sindical, David Franco, trabajador de ese hotel ha pedido permiso para hacer la marcha; es la segunda vez que la hace. La primera vez porque le pareció que nuestra causa merecía su apoyo, su sorpresa fue que en la participación en la Desbandá descubrió parte de su propia historia que desconocía; su bisabuela llegó hasta Almería huyendo desde la Línea, en la provincia de Cádiz. Fue refugiada en Málaga y fue de las personas que consiguieron llegar; en Almería conoció al que fue su futuro marido un soldado republicano de Nerja al que el golpe de estado le pilló haciendo allí la mili. Después de la derrota de la República fue de las personas que decidió volver a su pueblo y junto a su mujer y a un bebé que había nacido en Almería y que se convertiría en el abuelo de David; volvieron andando como hicieron todos los pobres y derrotados de la República, pero no solos, con ellos venía la abuela de la mujer del bisabuelo de David, una mujer mayor e impedida que el hombre trajo a cuesta desde Almería a Málaga. Esa epopeya del bisabuelo de David, si se conocía por tradición familiar, pero nunca supo por qué fueron a Almería, ni porqué volvieron.
Otra historia impresionante, es la de un compañero de Málaga, José Manuel Fuentes, que participa por primera vez en la Marcha con la característica de que se jubiló el pasado 5 de febrero y comenzó la marcha al día siguiente, el 6 de febrero. Una ilusión suya, porque su trabajo de enfermero le impedía hacer la marcha era jubilarse para poder hacerla, de forma que su primer día de jubilación fue su primer día de marcha. En la Desbandá estuvieron su padre, su madre y su hermana mayor que estaba recién nacida con 20 días; también iba su abuela, y su tío Paco con su mujer y dos niñ@s pequeños. A la altura de Alfarnate, antes de llegar a Vélez, descansaron en casa de una hermana de su abuela; en ese momento su padre llevaba una rodilla lastimada en una caída en la huida y su madre estaba con fiebre y un fuerte dolor en los pechos que le impedía dar de mamar a la bebé. Entonces decidieron separarse; su tío Paco que se había significado como militante comunista sabía que lo matarían si volvía por lo que decidió continuar, su padre y su madre decidieron volver para salvarla vida de la bebé y la abuela decidió también volver para cuidar de su nuera enferma y de su nieta, pero dejando claro que lo que le pedía el cuerpo era seguir la marcha con su hijo Paco hasta el territorio republicano. Iniciaron la marcha a pie de vuelta para Málaga, y en poco tiempo dos tanquetas italianas que iban hacia Málaga los pararon y les dijeron que entraran dentro; ellos pensaron que estaban perdidos y que seguramente los matarían en cualquier sitio. Cuando llegaron a Málaga, a la altura del entonces Hospital Noble, los italianos los bajaron de la tanqueta y los mandaron para casa.
Este episodio ilustra bien uno de los objetivos de los bombardeos contra civiles para aterrorizarlos, se trataba de que volvieran ante el peligro de muerte; el fascismo tenía que procurar que el mundo no supiera que los pueblos enteros huían ante su avance. Ya asesinarían ellos a quienes tuvieran en la lista. Es lo que ocurrió con la tía abuela de José Manuel en Alfarnate. Ella, a los milicianos republicanos que huían y pasaban por Alfarnate, les procuraba alguna ropa de civil por si eran apresados, y cuando llegaron los fascistas, y por algún chivatazo fue detenida, condenada a muerte y fusilada. De Paco, su tío que prosiguió la huida no supieron nada hasta 20 años después cuando volvió a Málaga, después de que el gobierno franquista decretó que no habría represalias para los exiliados que no tuvieran causas pendientes. Paco, estuvo en Valencia y cuando cayó la República siguió escondido, con su mujer y sus dos hijos en un caserío de la Valencia profunda, de un camarada del partido. Volvió con 5 hijos, que llegaron después a 9 y trabajó de cocinero, hasta su muerte, relativamente joven en el Restaurante Antonio Martín. José Manuel cree que murió de pena y de rabia ante el peso de la dictadura, como ejemplo cuenta que la mujer de Antonio Martín llegó un día a la cocina del restaurante con una maleta llena de billetes republicanos, (que por su posición podrían haber canjeado por dinero franquista) y los quemó en el fogón, diciendo en voz alta que ella no quería de los rojos y los comunistas ni su dinero.
A las 19:30 hemos tenido una actividad hemos asistido a la presentación de una colección de cuadros de Ramón Urtasun, un compañero navarro que ya participó en la Desbandá hace 2 años y que también nos acompaña en este. Son 36 pinturas que reflejan la represión del franquismo, contado desde Navarra, donde desde el primer día del golpe de estado, fue uno de los centros desde donde se propagó el fascismo, en este caso bajo la forma del Requetés, que era la unión de las distintas corrientes monárquicas con el apoyo de lo más negro y reaccionario de la iglesia católica. Considera Urtasun, que el golpe tuvo dos epicentros claves, uno fue el ejército de África, pero el otro sin duda fue el requeté de Navarra, que además de ser un factor clave en la batalla del norte, hizo también una feroz y sangrienta represión fusilando por ejemplo a más del 5% de la población de Pamplona, un sitio donde a los “rojos” no se les podía reprochar ningún tipo de acción violenta durante el periodo republicano. Las fuerzas reaccionarias de Navarra mataron a la gente de izquierda simplemente por serlo. De la colección de cuadros se ha editado un libro con las imágenes y con explicaciones del significado de estas, además otro libro de poesía que se inspira en cada uno de los cuadros. La foto que os acompaño con el texto es uno de los cuadros que representa a las personas recién fusiladas y arrojadas a una fosa común.
Mañana salimos hacia Salobreña, una etapa más corta que la de hoy y que esperamos aún más numerosa por ser domingo y por coincidir con la actividad memorialista que desde hace 14 años viene haciendo la gente de Motril, Almuñécar y Salobreña.

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