Manuel García Morales "Teniente"
Hoy 13 de
febrero, salimos de Adra en dirección a el Ejido, manteniendo el número de algo
más de 100 participantes; la salida la hacemos por la famosa alameda de
plátanos de sombra, inmortalizada en una foto de Hazen Size, uno de los
compañeros de Norman Bethune que fue quien realizó las fotos de la Desbandá. En
la foto que acompaña a este texto, vemos la antigua foto de 1937 con los
peligrosos rojos armados de cañas de azúcar a los que había que seguir
bombardeando y junto a esa foto, la nuestra esta mañana pasando casi por el
mismo sitio, pero por un lateral de la carretera, ya que por el centro pasa
ahora bastante circulación. Hay que volver a recordar que, los extensísimos sembrados
de caña de azúcar, presentes en toda la costa mediterránea de entonces, fue lo
que permitió sobrevivir a miles de personas que iban sin nada que comer.
Pasando
Adra, recorremos ya kilómetros de invernaderos pegados a la playa, con la
indignación de la mayoría de l@s marchistas cada vez que veíamos montañas de
residuos de plásticos, ya usados y rotos, amontonados en escombreras que hay
entre invernaderos. Para llegar a Balanegra, el primer municipio que linda con
Adra, tenemos que atravesar más de 2 Km de playa, cubierta de chinos y
guijarros, que nos produce bastante cansancio; hasta el perro que lleva un
compañero en la marcha se ha agotado; lo peor es que un compañero, Jorge, ya
con sus 69 añitos se ha caído y se hizo una pequeña herida en la pierna por
donde empezó a sangrar mucho; finalmente, lo hemos curado bien y ha quedado el
caso en un pequeño susto.
De
Balanegra, que es un pequeño municipio, nos impresiona el nombre. No hay
constancia oficial de donde procede, pero Antonio López, un compañero de la
zona nos cuenta la versión más popular. Resulta que un cabrero de la zona,
cuando aquello no era ni pueblo, y que llevaba al ganado por la zona, repetía
habitualmente: Ahí va la negra, refiriéndose a un animal, y el dicho se hizo
popular para nombrar el lugar, solo hay que cambiar la v por la b y juntar las
letras. Yo me creo la versión porque en Málaga, la zona del final del paseo
marítimo de poniente, antes de la desembocadura del Guadalhorce, se llama
oficialmente Sacaba Beach. Este era un nombre, que en mi juventud me resultaba
enigmático; luego me enteré que el origen del nombre era: se acaba la playa
(porque empezaba la desembocadura del río); en Málaga se acaba es sacaba y por
alguna razón, que en Málaga no es novedoso, se le añadió el final en inglés,
Beach, en vez de playa.
Pero el
momento más interesante de la marcha ha sido al llegar a Balerma, que ya es una
pedanía de el Ejido, pero que tiene mucha más antigüedad como núcleo urbano. El
municipio original de la zona era Dalías al que pertenecían Balerma y el Ejido.
En los años 30, el Ejido no era nada, y todavía en los años 50, su población no
llegaba a 3.000 personas. Sólo a partir de 1961, cuando empezaron los primeros
cultivos de enarenado bajo plástico, empezó a crecer la población, constituyéndose
como municipio en 1981. Un hombre de Balerma, nos recibe a la entrada con un
grupo de personas que han venido a animarnos y a felicitarnos, pero él quiere
contar su historia. Se llama Jesús “el de la cripta”, lo que quiere decir que a
su madre le decían “la cripta” y él es su hijo. Su historia es muy sencilla,
cuando pasó la Desbandá por Balerma, su madre acogió en su casa a una familia
que iba con 6 hijos, con la particularidad que estuvieron allí acogidos, no un
día ni dos, sino un año entero. Lógicamente, la familia malagueña estuvo
agradecida toda la vida, y más adelante se crearon vínculos de amistad entre
las dos familias; pero también nos cuenta que en Balanegra, unos propietarios
mataron a tiros a 4 personas que venían en la Desbandá porque le habían robado
una perdiz; los mataron y los dejaron en una cañada con unas piedras por encima
para taparlos.
Siguiendo la
marcha, el compañero Antonio López que es de Balerma me cuenta que “la Cripta”,
que se llamaba Rosalía, era una mujer inmensa, enorme, de ahí el mote, pero que
lo más enorme que tenía era el corazón; siempre ayudaba a todo el mundo y su
casa siempre estaba abierta para quien lo necesitara; siempre alegre, siempre
dispuesta, todo el mundo la quería. Su marido era Frasco “el Montellino”,
aunque el mote de él no me lo han contado; “el Montellino”, que al contrario
que su mujer era un hombre delgado, fue el principal organizador de reparto de
alimentos en el pueblo en el periodo de la guerra; su lema es que no se podía
tolerar que nadie pasara hambre cuando a otros le sobraba, de manera que se
garantizó la alimentación de todo el pueblo a través de un sistema de reparto.
Balerma fue uno de los muchos pueblos en Andalucía, me estoy acordando de Teba
en Málaga, que se renombraron por los vecinos de otros pueblos como Rusia la
Chica, por su ejemplo de aplicación de medidas igualitarias en los años que
duró la República.
En el Ejido
nos alojamos en el IES Santo Domingo, donde nuestros cocineros que tienen
varias estrellas Michelin en comida popular nos preparan el almuerzo en una
explanada, donde podemos dormir en la cancha deportiva y además usar el Salón
de Actos para un concierto que nos da la cantante Sensi Falan a las 7 de la
tarde. El concierto se llama “Más allá de la Memoria” y se subtitula “Canto al
exilio republicano”, ella canta y toca la guitarra y está acompañada por
Carlos, otro guitarrista y una compañera que va proyectando imágenes de época
que ilustran y acompañan las canciones de Sensi; ella tiene una bellísima y
potente voz, un gran talento musical y sobre todo una gran conciencia de clase
e identidad antifascista. Nacida en la Chanca de Almería, que fue el barrio más
pobre, se enorgullece de su origen de las luchas de su barrio y está siempre
dispuestas a colaborar en causas como la de la Desbandá. Ahora sabéis por qué
no la conocéis, y es que los artistas e intelectuales que choquen en su arte
contra los intereses de las clases dominantes son silenciados e ignorados en el
modelo de democracia capitalista que disfrutamos. El concierto ha sido
inenarrable, junto a las canciones habituales republicanas como Santa Bárbara,
Ay Carmela, Si me quieres escribir, La patria son mis hermanos, etc., ha
cantado también a Machado en la versión de Serrat, Se hace camino al andar,
verso a verso, golpe a golpe, o Mediterráneo. Otras canciones basadas en
poesías de exiliad@s, o en referentes como María Teresa León, no podíamos
tararearlas acompañándola, pero si la hemos disfrutado por su letra, por la
música y por su voz.
Este
concierto, como acto de la Desbandá, ha sido uno de esos momentos que se
recuerdan toda la vida; mucha gente ha llorado y la canción recordando a
Antonio Machado, caminante no hay camino, que la hemos cantado tod@s junt@s fue
uno de los momentos más emotivos. Pero no sólo nos han cantado, también nos ha
contado, el guitarrista, Carlos, vecino de el Ejido, refiere que sus bisabuelos
también vieron pasar la Desbandá y para ayudar a la gente que iba en las
últimas hicieron un gran caldero de migas; mucha gente comió y agradeció
aquellas migas; uno de ellos llegó en su huida hasta Francia y al final de la
segunda guerra se quedó instalado allí. Al tiempo, el Abuelo de Carlos, hijo de
quien había hecho las migas emigró a Francia, como tanto otros a trabajar, con
la suerte de que el hombre que había comido migas y al que encontró en Francia
le ofertó trabajo, porque seguía agradeciendo aquellas migas.
Mañana
salimos, en la penúltima etapa, para Roquetas.
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