En las primera horas del día de
ayer, martes 18 de diciembre, falleció a la edad de 89 años
nuestro entrañable camarada José Marín Monio.
Pepe Marín, al que todos
llamábamos por el apellido de su madre “Monio”, fué durante
toda su vida un gran luchador antifascista, republicano y defensor de
la causa obrera del PCE.
Nuestro camarada era un hombre
forjado en la negra post-guerra, donde el hambre y la represión
fascista eran la norma, y de la que su familia fue víctima. Su madre
Remedios fue procesada y encarcelada en dos ocasiones en Consejos de
Guerra en los años cuarenta en el pueblo de Cártama, una de ellas
al despedirse instintivamente con el puño de sus compañeras de
trabajo en la recogida de limones. Pepe contaba a su amiga y
profesora de Historia de la UMA, Encarnación Barranquero, como su
madre desde una ventana de la cárcel lo veía a él de niño jugar
en la calle, así como que empezó a trabajar en el campo desde edad
muy temprana, “cuando tuvo edad de servir amo”.
Esta escuela de vida en su
pueblo, que continuó en los años cincuenta en la capital malagueña,
era el proceso migratorio del campo a la ciudad, donde continuaron
las dificultades hasta que decide emigrar, para trabajar como tantos
españoles en minas en Alemania, era 1960, pero apenas a los dos años
tiene que volver al sufrir una intervención quirúrgica.
Es a su venida a Málaga, tras la
experiencia de la emigración, cuando decide ingresar en el Partido,
en la dureza de la clandestinidad, no olvidemos que en 1963 era
ejecutado nuestro camarada Julián Grimau y eran numerosas las caídas
de militantes. Es en esas circunstancias en las que decide militar y
participar del resurgir del movimiento obrero y en la construcción
de las CCOO. De ahí su fuerte carácter, la firmeza de sus
convicciones revolucionarias y lo decidido en su acción política,
social y personal. Junto a esta forma de se de Pepe, común en muchos
de sus camaradas que vivieron experiencias semejantes, a su vez, era
un hombre afable, cariñoso y en el buen sentido de la palabra, que
diría Machado, un hombre bueno, por tanto, un ejemplo de militante
comunista.
Una
vez recuperada la democracia, siguió siendo un destacado militante
del PCE, y en concreto en la Agrupación “Juanin”, con sede en la
barriada de la Luz, trabajó con sus camaradas en el movimiento
vecinal y como afiliado a las CCOO. La crisis del Partido de los
ochenta la padeció en lo personal, al entrar en contradicción con
sus convicciones el que el Partido hubiera abandonado el marxismo
leninismo y sus posiciones contrarias a la URSS, es por ello que
abandona el Partido y comienza a organizarse en los colectivos
comunistas, a los que se denominaban “pro-soviéticos”, junto al
camarada Leopoldo del Prado, en las Promotoras para la Recuperación
del PC (PRUPC y MRUPC), organización que participa en la
construcción del PCPE que lideraba Ignacio Gallego y además
participa en la Asociación de Amistad España-URSS de Málaga.
Volviendo nuevamente al PCE tras el proceso de unidad comunista y
participando en la fundación de la Agrupación "Julián Grimau"
del PCA, núcleo en que continuaba militando. Siendo además durante
años un miembro activo, desde su fundación de la Asamblea de la
Carretera de Cádiz de Izquierda Unida, así como contribuyó a crear
la Asociación de Mayores “La Raíz”, junto a la camarada Mili
Durán, de la que fue directivo, así como también de la Asociación
de Amistad con el Pueblo Cubano y fue miembro del Sindicato de
Pensionistas de CCOO.
Desde el Comité Provincial,
Comité Local y de su Núcleo “Julián Grimau” del PCA de Málaga
queremos transmitir, a su compañera e hijos, y demás familia,
nuestro más sentido pésame en estos momentos tan dolorosos que
están viviendo y asegurarles que Pepe, su lucha por la libertad y
contra toda forma de opresión y explotación del ser humano, en
definitiva, por la causa comunista, quedará en nuestros corazones,
siendo base de la fuerza necesaria para seguir la lucha presente y
futura por el Socialismno y el Comunismo.
Así
mismo, queremos dedicarle
a nuestro Pepe Marín Monio unos versos del poeta malagueño Emilio
Prados, los últimos que había publicado en España antes de ir al
exilio:
Recuerda
todas las fechas,
recuerda
todas las cosas,
limita
con nubes blancas
el
jardín de tu memoria.
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