Es imposible construir una agenda
social de izquierdas con un programa político y económico de derechas.
El
portavoz parlamentario de Izquierda Unida-Unidad Popular, Alberto Garzón, ha
reprochado en la tarde de ayer al candidato socialista a la investidura, Pedro
Sánchez, que esté utilizando en su discurso a partir del acuerdo firmado con
Ciudadanos “el dilema de que sólo se puede elegir entre Rajoy o Rivera. Eso es
falso”. Garzón ha ratificado el ‘no’ de IU-UP a apoyar la investidura de
Sánchez pero, al tiempo, le ha reclamado “audacia” y le ha ofrecido seguir
hablando a partir del próximo viernes “para construir una verdadera opción
sobre bases de izquierdas y desde la mesa ‘a cuatro’. Necesitamos un nuevo país
con principios de izquierdas. Construyamos desde esos 161 escaños y por ahí sí
nos va a encontrar”.
El
parlamentario de Izquierda Unida-Unidad Popular desarrolló en su turno de
intervención una exposición didáctica en el contenido, firme en el tono, pero
alejada deliberadamente del tono estridente utilizado por otros oradores
durante la larga segunda jornada de debates en el Congreso. “Algunos han
convertido esta investidura en un acto de precampaña electoral, mala noticia”,
se quejó, para citar de forma paralela a Antonio Gramsci y construir su
discurso contraponiendo ‘al pesimismo de la razón, el optimismo de la
voluntad’.
Garzón
señaló al líder socialista que, pese a lo que ha acabado por convertir este
primer intento de investidura, “seguimos estando ante una oportunidad, no ante
una complejidad”. Reafirmó la necesidad de alcanzar un acuerdo entre fuerzas
progresistas porque “ahí fuera hay un estado de emergencia social”, por mucho
que se empeñen algunos en ocultar el hambre, la pobreza, los desahucios o el
crecimiento de las desigualdades entre la ciudadanía.
De
ahí, también, que enfrentara a Pedro Sánchez con sus muchas contradicciones y
señalara que el pacto firmado por éste con el líder de Ciudadanos “es un
acuerdo que solo encierra continuidad. Tiene el hilo conductor de Rato, de
Montoro, pero también de Solbes y de Salgado”. Para el dirigente de Izquierda
Unida, “es imposible construir una agenda social de izquierdas con un programa político
y económico de derechas”.
Alberto
Garzón recurrió en ocasiones a alternar las imágenes gráficas con las ideas
políticas de calado. Así, recordó “la sonrisa de esta mañana del señor Rajoy”
desde su escaño, “que también es la sonrisa de la oligarquía” ante el acuerdo
PSOE-Ciudadanos puesto sobre la mesa. Frente a ello, indicó que “nosotros
queremos un acuerdo precisamente para cambiar esas oligarquías. En nuestro país
mandan quienes no se presentan a las elecciones y queremos cambiar eso. Lo otro
es publicidad y marketing”.
Reprochó
a Sánchez que, prácticamente, “nos pide casi un acto de fe” para alcanzar el
apoyo de IU-UP a la investidura y, del mismo modo, enfrentó la “coherencia que
da la defensa de un programa de izquierdas” frente a la tibia propuesta lanzada
para su investidura por el líder del PSOE, ya que “si no se modifican las
estructuras de poder no se puede cambiar el modelo productivo”.
Alberto
Garzón cosechó el aplauso de otras fuerzas parlamentarias cuando se mostró de
acuerdo con la idea de eliminar en artículo 315.3 del Código Penal y al exponer
que “creemos que no se puede meter en la cárcel a cerca de 300 sindicalistas
por ejercer el derecho de huelga, pero creemos más en que no haya que hacer
huelgas generales porque se ha dinamitado el derecho al trabajo”.
“Somos
optimistas”, reconoció el diputado de IU-UP; “necesitamos una socialdemocracia
comprometida, no más social-liberalismo”, apostilló, y reiteró su ofrecimiento
a seguir dialogando a partir del día siguiente a que fracase la segunda
votación de investidura del próximo viernes para, entre otras cuestiones, dar
el adiós definitivo el Gobierno del PP, “el partido más corrupto del PP de toda
la Unión Europea”.
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