En
este año 2107, un año más miles de familias decidirán en qué centro matriculan
a sus hijos e hijas. La red de centros públicos está presente en todos los
lugares de nuestra tierra dando una respuesta educativa de calidad y en
condiciones de equidad independientemente del lugar en el que las familias
residen.
Los
centros educativos públicos, sus infraestructuras y ubicación no responden a la
lógica mercantilista de la oferta y la demanda, responden a las finalidades de
un Sistema Público de Enseñanza que pretende que todo el alumnado de nuestra
Comunidad tenga acceso en condiciones de equidad a una enseñanza de calidad. En
este sentido, todos los centros escolares públicos han de responder a los
mejores estándares de calidad.
Por
eso, reivindicamos la matriculación en la educación pública como un acto
consciente de puesta en valor de este derecho y servicio público fundamental y
necesario. Estar en la enseñanza pública es la manera más elemental, sencilla y
sincera de defenderla.
Frente a un
gobierno empeñado en el desmantelamiento de la enseñanza pública y la promoción
del sector privado, queremos reivindicar la educación pública como la única
capaz de garantizar la gratuidad, la cohesión social, la compensación de la
desigualdad social, el éxito escolar de todos y todas sin segregaciones y
exclusiones y el laicismo educativo.
Paralelamente es
necesario poner en valor la calidad de la red de centros públicos, en la que
(pese a las políticas de recortes de los últimos años de los gobiernos del PP y
del PSOE) las plantillas docentes, la preparación de estos profesionales y los
recursos materiales y las infraestructuras están al servicio de una educación
integral y para la vida de los niños y niñas, no para el mercado y desde un
enfoque de negocio y obtención de beneficios, como es tan frecuente en los
centros privados financiados públicamente.
Por eso, la
escuela pública es la escuela de todos y de todas y accesible para todos y para
todas porque garantiza el derecho a la educación sin buscar negocio, no excluye
ni segrega porque una de sus principales finalidades es generar cohesión
social. Es integral, equitativa y solidaria porque educa integralmente no solo
buscando resultados académicos, porque garantiza la igualdad de oportunidades y
compensa desigualdades de partida; y porque busca el éxito escolar y social de
todos y de todas.
La
escuela pública es innovadora y global porque cuenta con profesionales con
compromiso y en continua preparación, porque no pretende que un centro sea el
mejor, sino que todos sean los mejores. Es democrática, laica e inclusiva
porque las familias participan y deciden, no son “clientes”, porque educa en
libertad y no impone dogmas y creencias particulares, porque considera la
diversidad como una oportunidad y una riqueza.
Además, todos
los estudios e investigaciones señalan que el coste por alumno y curso en la
privada y privada-concertada es similar al de la pública, pero supone un
desembolso muy superior al promedio del gasto en la pública en conceptos como
material y libros escolares, transporte, salidas, actividades que se recarga en
las familias que a ellos acuden; es decir, un auténtico repago educativo.
Hay
muchas razones para matricular a tu hijo y tu hija en la pública, pero
destacamos diez esenciales:
1.
Es de tod@s: Garantiza el derecho
gratuito a la educación, no busca el negocio
2.
Es para tod@s: Genera cohesión social y
no excluye ni segrega a nadie
3.
Es integral: Educa integralmente y no
solo busca resultados académicos
4.
Es equitativa: Garantiza igualdad de
oportunidades y compensa desigualdades sociales
5.
Es solidaria: Busca la mejora y el éxito
escolar y social de todos y todas
6.
Es innovadora: Cuenta con profesionales
con compromiso y preparación
7.
Es democrática: Las familias participan
y deciden, no son “clientes”
8.
Es laica y coeducadora: Educa en
libertad y no impone dogmas y creencias particulares
9.
Es inclusiva: considera la diversidad
como una oportunidad y una riqueza
10.
Es colaborativa: No pretende que un centro
sea el mejor, sino que todos sean los mejores
La
educación no solo es un derecho humano fundamental sino también un pilar básico
de las sociedades, porque favorece la emancipación y la cooperación de los
pueblos, y contribuye a formar una ciudadanía más libre, crítica y con menos
desigualdades.
Hemos
venido defendiendo siempre una educación pública universal, que sea gratuita,
laica, equitativa, solidaria, coeducativa, personalizada, participativa,
ecológica, integral, intercultural, inclusiva y democrática. Defendemos una educación pública por ser la
única que garantiza la igualdad de derechos y posibilidades para todos y todas;
que promueve la participación democrática de los distintos sectores implicados
en el proceso educativo, incluido el propio alumnado, también en su propio
proceso de enseñanza-aprendizaje; que respeta la libertad de conciencia y de
creencias; que atiende a la diversidad del alumnado y se compromete con el
interés común y el servicio público, al margen de intereses particulares ligados
al adoctrinamiento ideológico o al negocio económico.
La
escuela pública debe ser un lugar de encuentro entre las personas que coexisten
en una sociedad cada vez más plural y multicultural, como una premisa necesaria
del auténtico desarrollo de una educación para la paz, en igualdad de géneros y
respetuosa con la diversidad afectivo-sexual.
Por
eso, hoy más que nunca, es necesaria una Educación Pública gratuita que, desde
la primera infancia hasta la universidad, luche contra la lógica del mercado. Una
educación que reafirme la prioridad absoluta de los seres humanos sobre la
rentabilidad económica. Una Educación Pública que integre los distintos ámbitos
del saber. Que ayude a nuestros jóvenes a desarrollar el espíritu crítico y
aprovechar los logros científicos, sociales y políticos más brillantes de las
pasadas generaciones.
Una
Educación Pública que, desde la primera infancia hasta la universidad, promueva
valores de paz, solidaridad y cooperación armoniosa entre los países y las
personas. Una educación que tiene como objetivo el desarrollo de la libertad de
pensamiento, la creatividad, la emancipación individual y la autorrealización.
Una Educación Pública que ofrezca a toda la ciudadanía saberes fundamentales,
así como la oportunidad de familiarizarse con las formas más elaboradas de un
conocimiento cambiante que les ayude a desarrollarse como personas y construir
un mundo más justo y mejor.
Matricula
a tus hijos e hijas en la pública y defiende un derecho esencial para el futuro
de las generaciones: la educación pública y de calidad.
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