Aprobado con 44 votos a favor y 2 abstenciones
1. La agenda restauradora y el
papel de Andalucía para la ruptura democrática
1.1. El avance en el proceso de restauración depende en gran medida de
alcanzar una pax social mediante la asunción de la normalidad de la precariedad
y la desigualdad social. Como indicamos desde hace tiempo, el proceso
constituyente antidemocrático en desarrollo podría derivar en una nueva reforma
constitucional, especialmente lo relativo al título VIII, y la electoral, junto con el afianzamiento de la
institución monárquica y la recuperación del PSOE como pilar del régimen, son
algunos de los elementos que indican la apuesta lampedusiana de las clases
dominantes en el Estado español. En este sentido, la absolución vergonzante de
la hermana del jefe del estado y la apuesta del sistema por Susana Díaz como
secretaria general del PSOE son hitos del mismo proyecto restaurador.
1.2 Así mismo, el sistema judicial está demostrando que la división de
poderes no es más que una ilusión ideológica de la dinámica restauradora.
Urdangarín y la Infanta, Blesa y Rato, la fiscalía anticorrupción, y las
sentencias que vendrán son expresiones de un sistema judicial al servicio del
proyecto restaurador: una amnistía general a corruptos de uno y otro signo
político, mientras se juzga, multa y encarcela sin rubor a sindicalistas,
raperos, tuiteros y titiriteros. Es fundamental que en nuestra acción política
deslegitimemos la justicia burguesa haciendo ver, también en este aspecto
cívico-democrático, la necesidad de un proyecto rupturista frente al bloque
restaurador.
1.3 Andalucía es uno de los territorios clave para entender este
proceso. La fortaleza relativa del bipartidismo en Andalucía tiene que ver con
la necesidad de mantener a nuestra tierra fuera del espacio rupturista. Cuando
las costuras del régimen del 78 saltan por la exigencia de soberanía de
diversos pueblos del Estado, especialmente Cataluña, parece que los gobernantes
andaluces apuestan por el españolismo más rancio y más ciego. El guión del
proyecto restaurador pasa por mantener a Andalucía fuera del protagonismo
social y político para la construcción de otro país. Ese es el guión que el 28
de febrero comenzamos a romper. Esta movilización no fue una más, ya que puede
sentar las bases para la construcción de un Bloque Andaluz de Ruptura, con la
importancia estratégica que esto tiene para el proyecto de los y las comunistas.
2. Del 19N al 9M. Marchas de la
dignidad y mareas. Balance de las movilizaciones y perspectivas.
2.1 El 19 de noviembre salían a la calle las marchas de la dignidad en
Andalucía dejando viva la llama de un espacio unitario, que considerábamos debía
ser desbordado. La movilización se mantuvo con la presencia de comunistas en
todas las citas que entonces se sucedieron (Doñana, TTIP, 25N, 4D,…) no solo
como asistentes sino situándonos a la cabeza en la organización e impulso de
las mismas.
2.2 Así mismo, las manifestaciones en defensa de la sanidad pública en
varias ciudades, las movilizaciones de los estibadores o las teleoperadoras; y
el resurgimiento de la marea verde en Andalucía son conflictos que nos seguían
indicando que el carácter latente de los conflictos se comenzaban a expresar de
manera más visible. A ello cabría sumar, por su relevancia, la gran
manifestación que en Barcelona en defensa de los derechos humanos de las
personas refugiadas, rompiendo los esquemas que tratan de situar en la dinámica
independentista toda ocupación de la calle en Cataluña.
2.3 En cumplimiento de la estrategia refrendada por el Comité Central
del pasado 12 de noviembre, el partido debía ser capaz de utilizar su presencia
en esta infinidad de frentes para tejer la unidad. El 28F era una oportunidad,
y así quedó respaldado por el Comité Ejecutivo.
La movilización del 28F ha sido la tarea central del último periodo,
concentrando el trabajo de las Áreas Externas central y provinciales y en las
últimas semanas previas del conjunto del Partido y de IU.
El 28F fue un éxito cuantitativo y cualitativo, por reunir en Sevilla
a decenas de miles de personas, en la manifestación más grande convocada por
las Marchas en Andalucía – superior al 19J Rodea el Parlamento de 2014 – y por
las decenas de colectivos, plataformas y organizaciones participantes.
Es decir, la movilización respondió a los objetivos de la
convocatoria, objetivos fijados tras un debate arduo con los sectores más
izquierdistas de la plataforma: que el 28F fuera una expresión de descontento
por la situación social y política de Andalucía reuniendo a todos los sectores
en lucha.
Para ello hubo que diseñar una campaña que permitiera sumar, expresada
en el manifiesto y la campaña de difusión, adaptando el discurso y el programa
general de la Marcha a la situación concreta andaluza.
Mención especial merece la implicación de las diferentes Mareas
Blancas, abriendo una importante vía para arrebatar posiciones a la derecha y
la extrema derecha insertadas en ese movimiento.
El 28F sacó a la calle al bloque político y social que queremos
construir, siendo un precedente para lo venidero sobre el que trabajar, y
ahuyentando los fantasmas de perder una movilización propia, tal y como venía
siendo en los años previos, por otra menor.
2.4 El colofón de este ciclo de movilizaciones se ha producido el 8 y
el 9 de marzo. Durante dos jornadas consecutivas han salido a la calle miles de
trabajadores y trabajadoras en defensa del feminismo frente al falso
igualitarismo retórico; y en defensa de la educación pública frente a la
dinámica privatizadora de los conciertos y la degradación de la escuela
pública.
2.5 Por lo tanto, podemos afirmar que Andalucía, en la calle, está
lejos de la pax social a la que aspiran los restauradores del régimen. Esto
avala nuestra estrategia, pero no es suficiente. El partido debe seguir
mejorando su capacidad de intervención en todos y cada uno de los conflictos,
para lo que debe terminar de adecuar su modelo organizativo desde el partido
electoral al partido conflicto. La conciencia de clase se eleva desde la
movilización, pero no debemos caer en el movimentismo. Es decir, las
movilizaciones no tienen un carácter performativo, que se agota en el momento
mismo en que se producen, sino que deben dejar un poso organizativo entre las
víctimas de la crisis en forma de poder popular.
2.6 Finalmente, queremos hacer un reconocimiento expreso del trabajo
en las últimas movilizaciones, especialmente en las del 8 y 9 de marzo, a la
Unión de Juventudes Comunistas de España en Andalucía, nutriendo de cuadros y
activismo la lucha feminista y la lucha obrera.
3. Unidad y Confluencia en
Andalucía. El papel de las comunistas.
3.1 Los y las comunistas impulsaremos la construcción de un amplio
espacio de participación desde la base que se vaya configurando como un bloque
de ruptura democrática desde Andalucía. En febrero de 2014 aprobábamos en el XI
Congreso un Manifiesto Programa cuya tesis 11 habla de la necesidad de una
“Nueva Convocatoria”, en referencia a la experiencia histórica de Convocatoria
por Andalucía. El Comité Central elegido en aquel congreso aprobó en Armilla el
informe titulado “Por un frente popular para la revolución democrática” que
trataba de ligar el encuentro en la calle con las elecciones municipales de 2015.
Son resoluciones plenamente vigentes que ha llegado la hora de desarrollar en
toda su plenitud. La Marea Andaluza debe ser un espacio que desde abajo sea
capaz de desbordar las estructuras de las organizaciones que la impulsen,
llamando, convocando a la participación de los sectores en lucha, de la gente
común de nuestros barrios y pueblos que sufren en su vida cotidiana la
explotación y el engaño. Este espacio se debe configurar en torno a un
programa, elaborado colectiva y participadamente en mesas territoriales o
sectoriales, y que a su vez sea fuente de conflicto y movilización. Un programa
de reformas, sí, pero de reformas, con contenido abiertamente rupturista, que
afecten a los puntos neurálgicos del capitalismo andaluz, español y europeo.
3.2 El bloque rupturista en Andalucía debe tener carácter andaluz y
autonomista. Por una Andalucía libre, una España republicana, rezaba el lema
del XI Congreso. Para la consumación de un proceso de ruptura democrática en
España, federal y republicano, es necesario un proyecto nacional popular para
Andalucía. Precisamente por el carácter de las alianzas de clase que acompañan
al autonomismo andaluz, Andalucía debe ser una de las costuras por las que se
rompa el régimen del 78.
3.3 Asimismo este proceso requiere aplicar en Andalucía, de forma
audaz, las conclusiones de la I fase del XX Congreso en torno a la construcción
de un bloque antagonista que supere a IULV-CA sin dar saltos en el vacío. Este
proceso conllevará la deconstrucción paulatina de la forma partido en IU y
deberá desembocar en la participación sin intermediarios del PCA en dicho
bloque. La superación de la herramienta estratégica que IU ha sido y sigue
siendo sólo es posible desde la construcción de una herramienta mejor.
3.4 Como consecuencia de nuestra apuesta autonomista, rechazamos
cualquier proceso que confunda federalidad con recentralización orgánica. El
PCA es una federación del PCE, con un carácter histórico propio, que debe
seguir manteniendo su autonomía para la aplicación táctica en Andalucía de las
guías estratégicas del PCE.
3.5 El debate sobre la configuración del estado y nuestra apuesta por
la apertura de un proceso constituyente de amplia base democrática se
entrelazan en estos momentos. Demandamos que Andalucía juegue el papel que le
corresponde desde la movilización del pueblo trabajador.
3.6 La movilización social y la unidad del pueblo trabajador en la
organización de sus demandas son, por lo tanto, aspectos claves del proyecto
rupturista. Esto tiene que ver con la generación de un espacio que, desde
abajo, organice la confluencia. Pero la confluencia contra la pax social, en
las calles y en los barrios, puede y debe tener su reflejo en los espacios de
poder institucional. En la agenda de las agrupaciones del partido y las asambleas
de IU figura subrayada las elecciones municipales. Forma parte de la
preocupación de nuestra militancia no tener certezas de la manera en que
afrontaremos esa cita electoral. Meses antes serán las elecciones autonómicas.
Pero lejos de permanecer impasibles y a la espera de acontecimientos, las
comunistas debemos tomar la iniciativa. Desde el PCA apostamos por la
confluencia en espacios que desborden a las propias organizaciones políticas
que puedan, o podamos firmar acuerdos. Hay que generar los espacios de
elaboración colectiva y movilización social que sean los depositarios de la
legitimidad democrática para todos los procesos electorales. Y la tarea
democrática más importante es construir un programa de ruptura coherente y
unitario para toda Andalucía, que encauce el proyecto de ruptura democrática en
el estado español.
3.7 Las posibilidades de avanzar en un proceso de ruptura en España,
republicano y federal, dependen de la conformación de un bloque andaluz de
ruptura que debe aparecer más pronto que tarde a la misma altura de
protagonismo e influencia social que las confluencias catalana y gallega están
teniendo. Creemos necesario impulsar y articular desde ya el proceso de una
nueva convocatoria por Andalucía con carácter municipalista, que genere espacios
de elaboración colectiva y movilización por la base pensando y actuando en
clave local pero uniendo los problemas y los conflictos de nuestras ciudades y
barrios a los límites a la democracia y las políticas sociales que el régimen
trata de imponer en su proceso restaurador. Las elecciones de 2019 pueden y
deben tener un carácter constituyente y de ruptura y las comunistas apostamos
por utilizar esa cita como espoleta de la movilización social.
3.8 Para ello el Comité Ejecutivo del PCA acordó impulsar, a través de
las asambleas de base de IU, el proceso de mapeo de las confluencias que figura
entre las tareas del plan de acción de IU Federal, así como la encomienda al
camarada Pita de la organización de encuentros en todas las ciudades posibles
similares a los celebrados ya en Málaga ciudad “por la Unidad Popular”.
3.9 Mientras tanto el partido y sus organizaciones de base deben
continuar impulsando las tres campañas principales que tenemos en estos
momentos: trabajo y vida digna, eléctricas y pensiones. A este respecto, la
iniciativa de recogida de firmas por la nacionalización de las eléctricas está
teniendo una acogida notable y ya son muchas las agrupaciones que se han echado
a la calle para explicar nuestra propuesta. Los comités provinciales deben elaborar
planes de trabajo para el impulso coordinado y coherente de estas tres
campañas.
3.10 La campaña de recogida de firmas por la nacionalización de las
eléctricas ha sido un acierto que está llevando a nuestra militancia a las
calles de barrios y ciudades a movilizar conciencias desde nuestra
visualización como partido defendiendo soluciones posibles a los problemas
concretos y cotidianos del pueblo trabajador andaluz.
3.11 Mención especial merece la aprobación el próximo 15 de marzo de
la Ley Andaluza de Memoria Democrática. Este hecho será posible, especialmente,
al movimiento memorialista andaluz, pero no podemos dejar de felicitarnos como
organización. Sin el PCA esta ley nunca hubiese sido aprobada de esta manera.
Un trabajo iniciado hace 6 años por nuestra organización, desarrollado en la
dirección general de la memoria democrática. Un éxito del movimiento
memorialista que, ahora, nos obliga a exigir las condiciones para la aplicación
efectiva del contenido de la ley.
En estos últimos meses ha habido un importante trabajo en el ámbito de
Memoria Democrática centrada en los actos de la Desbandá que se vienen
organizando desde el mes de diciembre y que este año han tenido un componente
social mucho más grande. Unos actos en los que hay que destacar la marcha
continuada Málaga-Almería realizada por la Federación Andaluza de Montañismo
(FAM) en la que los camaradas José Manuel Luque y Manolo García han tenido un
papel relevante, habiendo realizado ambos la marcha completa. Junto a este
elemento destacar que las actividades han tenido un impulso de carácter
asociativo, y con la fuerte presencia de PCE/IU con escasa implicación de las
instituciones. Málaga y Granada han seguido siendo el epicentro de las
actividades, con escasa repercusión en Almería.
En los últimos meses se han presentado varios estudios vinculados a la
Historia del PCE en Almería y Granada, que ayudan a ir conociendo poco a poco
nuestra propia Historia, de la que tenemos importantes lagunas.
En el ámbito del Movimiento Republicano se sigue avanzando en la
construcción de la coordinadoras provinciales tras la creación de la
coordinadora andaluza con desigual suerte según las provincias. Consolidado
desde hace mucho tiempo en Sevilla y Málaga, comenzando de forma positiva en
Cádiz, Huelva y Jaén, y con problemas en
Granada ante la diversidad de los colectivos que la integran y la falta
acuerdos mínimos. En Almería las dificultades se centran en la debilidad del
movimiento republicano y la práctica inexistencia de colectivos asociativos
organizados en el ámbito.
Finalmente, trabajaremos para implicar al movimiento republicano
andaluz en el V encuentro republicano que se celebrará en Madrid en el mes de
mayo.
3.12 Impuesto de Sucesiones.
Se está desarrollando un fuerte debate social en torno al impuesto de
sucesiones, este debate social no solo
se sustenta en una fuerte campaña del PP, sino que viene a expresar una enorme
derrota ideológica de la izquierda, pero también deja al descubierto otro
elemento, que el bloque dominante no es solo el capital financiero, sino que
directamente debajo de ella existe existe una amplia capa social beneficiada
materialmente del orden actual de las cosas, según datos de la fundación
primero de mayo la burguesía (Empleadores + Directores y Gerentes) son el 5,7 de
la población, casi medio millón de personas en el caso de Andalucía. El grupo
parlamentario de IULV-CA debe en esta cuestión dar muestras de enorme firmeza
ya que este debate toca el nervio mismo de la propiedad.
3.13 Centenario de la
revolución.
Este año se cumplen cien años de la revolución socialista de octubre,
hito fundacional del movimiento comunista internacional, se cumple el
centenario por un lado de la primera experiencia exitosa del proyecto
socialista y por otro de la ruptura con la socialdemocracia. Debemos construir
un campaña que contrarreste la campaña cultural y mediática permanente contra
la revolución de octubre y la URSS, además el centenario un ofrece un marco
excepcional en plena crisis del capitalismo para reafirmar la necesidad de la
organización revolucionaria de la clase obrera, es decir del partido comunista.
Constatamos que en los actos del centenario que se están celebrando se están
acercando comunistas sin partido y jóvenes que se aproximan al fenómeno
comunista, está en nuestra mano el encauzar esta flujo hacia la juventud y el
partido comunista, para este fin el impulso del Espacio 2017 es crucial.
4. Bases Políticas y
Organizativas del XII Congreso[1]
4.1 El objetivo del XII Congreso del PCA es situar a nuestra
organización en la fase política y social en la que nos encontramos: la
apertura de un ciclo largo de luchas asentadas en el conflicto de clase en las
esferas productiva y reproductiva que sirva de catalizador del proyecto
democrático de ruptura, desde Andalucía, con la Unión Europea y con el proyecto
restaurador de las élites para España.
4.2 El documento político para el XII Congreso será el “Manifiesto
Político del PCA”, basado en tres ejes: la actualización del Manifiesto
Programa de Algeciras, el desarrollo en Andalucía de los acuerdos de la I fase
del Congreso del PCE y la inserción del PCA en el proceso de construcción del
bloque rupturista andaluz. En el Manifiesto Político deberemos analizar:
1.El auge del fascismo en Europa como síntoma del fracaso del
“neoliberalismo progresista”;
2.La guerra y el papel de Andalucía en la geopolítica mundial y
europea;
3.La crisis del proyecto de la UE, la deuda y la soberanía, el papel
de Andalucía para la ruptura con el Euro
4.Cómo evitar la consolidación del proyecto restaurador de pax social
desde Andalucía
5.El papel de las comunistas en IU y en la confluencia política y
social
4.3 En este XII Congreso, así mismo, ligaremos la revolución
organizativa a la estrategia política del partido, no debatiremos de manera
aislada el documento organizativo sino que debemos ligar organización y
estrategia. La recuperación del carácter leninista del partido es una cuestión
política, no meramente organizativa o administrativa. Significa adecuar nuestra
organización partiendo de la realidad, la que pretendemos transformar y la
propia como colectivo.
Sobre la sectorialización del
trabajo del partido:
4.4 La permanente entrada y salida permanente de los puestos de
trabajo, acentuada por el modelo productivo periférico andaluz, dificulta la
organización permanente de agrupaciones del partido en la gran mayoría de
centros de trabajo. Sin embargo, es factible organizar la militancia por
frentes de lucha o por sectores, tanto en el espacio de la producción como en
el de la reproducción de la fuerza de trabajo. El objetivo fundamental en esta
fase del trabajo sectorial debe ser elevar la conciencia de los sectores en
lucha, convertir la lucha económica en lucha política. Este es el cometido de
un partido en y para el conflicto.
4.5 Debemos encontrar, sin embargo, la manera de mantener los espacios
territoriales como espacio de coordinación del trabajo sectorial. Los barrios,
las ciudades, los pueblos de Andalucía son espacios donde se organizan las
demandas relacionadas con la subsistencia material del pueblo trabajador. Las
agrupaciones territoriales deben organizarse de tal modo que haga que el
partido sea parte de los conflictos que en cada territorio se den. La
agrupación territorial sería el espacio de coordinación de las luchas y frentes
de trabajo de los comunistas de ese territorio. Así, el comité de agrupación
tendría ahora un papel fundamental de coordinación y fijación de prioridades,
de dirección, procediendo de forma análoga en cada escalón territorial de la
estructura del partido y superando el funcionamiento parlamentarista de los
órganos de dirección.
5. Un Comité Central y una
estructura de dirección para un PCA en el conflicto
5.1 La estructura andaluza de dirección del partido, a la luz de la
experiencia y de los objetivos aquí enunciados podría consistir en:
Comité Central. En torno a 80 integrantes, combinando la
representatividad de territorios y frentes de lucha con la efectividad de sus
sesiones de trabajo. Reuniones trimestrales para la evaluación, la posible
adecuación táctica y la fijación de lineas de trabajo.
El Comité Central será un órgano de deliberación e impulso del trabajo
político, para la aplicación de la estrategia del partido en la coyuntura. Un
órgano que se conforma para la intervención social en el conflicto desde nuestros
postulados políticos, que supere la dinámica parlamentarista de sus sesiones y
revalorice la pertenencia al mismo.
La siguiente propuesta se trasladaría a la ponencia organizativa del
congreso, a la comisión de candidaturas y a las direcciones provinciales para
su valoración.
El Comité Central se conformaría teniendo en cuenta la presencia en el
mismo de camaradas de referencia en los siguientes frentes:
Frente Obrero; Frente Feminista; Frente Republicano; Frente
Memorialista; Frente Ecologista; Frente Vecinal; Frente Cultural Ideológico;
Frente Institucional; Frente IU; Frente Economía Social; Frente Pacifista.
Estos cupos podrían sumar en torno 64 camaradas, a los que se sumarían
las secretarías de organización y políticas de las 8 provincias y de la UJCE
como miembros de pleno derecho (+18).
La incorporación de camaradas a través de estos cupos se realizará
teniendo en cuenta:
La paridad de su composición final
El equilibrio territorial
Cada uno de estos frentes tendría su correspondiente lista de
suplentes, que se incorporarían cuando uno de sus miembros causase baja del
órgano.
La incorporación de camaradas a través de estos cupos se realizará sin
descabezar los movimientos sociales en los que participen, contando con la
experiencia, el conocimiento, la ejemplaridad y el liderazgo en cada uno de los
frentes.
Así mismo se habilitaría un cupo político para la incorporación de las
personas que por su especial relevancia pueden aportar su experiencia y su
conocimiento en diversos frentes políticos u organizativos.
La Comisión Política Permanente estará compuesta por al menos un
miembro de cada frente, el secretariado y las secretarías políticas de cada
provincia y UJCE, hasta llegar a 20-25 componentes. Órgano ejecutivo, de
deliberación sobre los problemas políticos de coyuntura y de seguimiento de los
acuerdos del Comité Central. Reuniones mensuales.
Secretariado. Responsables de grandes áreas. Reuniones semanales. Sus
miembros deben estar liberados para las tareas del partido.
5.2 Para emprender este camino es absolutamente necesario contar con
unos mínimos recursos a todos los niveles. Recuperar competencias sin tener
capacidad de ejecutarlas puede convertir acuerdos congresuales en brindis al
sol. Por ello se hace necesario no sólo reequilibrar los recursos cedidos a IU,
especialmente a nivel provincial, sino ir más allá y organizar al partido de
tal forma que la autonomía financiera sea posible, desde el impulso de
dinámicas de autofinanciación de la actividad política.
5.3 Finalmente, en esta fase de acumulación de fuerzas cobra una
especial importancia la batalla de las ideas, el combate ideológico. El
departamento ideológico del PCA ha mostrado un camino que debemos terminar de
recorrer con recursos suficientes. La agrupación bajo un mismo área de las
tareas comunicativas y de formación y debate ideológico ha sido un acierto y
proponemos que en esta nueva fase se priorice el funcionamiento con recursos de
este departamento.
6.Unidad y dirección colectiva
6.1 Uno de los valores más importantes que el PCA tiene es el de la
unidad. Un valor asentado en una tradición histórica de lucha en y desde la
comunidad, asentado en un hilo generacional que, lejos de romperse, nos permite
mantener la identidad comunista en pueblos y ciudades. El valor de la unidad
que conviene no confundir con “unanimidad”. La unidad del partido es necesaria,
la unanimidad es contingente. La unidad del partido se basa en la
participación; la unanimidad, en muchas ocasiones, se impone desde el silencio.
6.2 Esta manera de ser del comunismo andaluz, como característica
endémica, nos hace subrayar el valor de lo colectivo, y así se ha plasmado en
el ejercicio diario de las sucesivas direcciones del Partido, algo que debemos
consolidar, poniendo el acento en los equipos y en la dirección colectiva, un
principio leninista que, junto a la rendición de cuentas, acción unitaria,
democracia interna, cohesión, crítica y autocrítica deben ser los ejes de
discusión del documento organizativo y de la propuesta de modificación de
estatutos.
[1] A partir de este apartado, el Comité Central traslada a la
ponencia del XII Congreso el contenido del informe, como base para la
elaboración de la propuestas a debate.
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