El
Coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha defendido hoy que
las fuerzas políticas y confluencias que ya forman parte del grupo de Unidos
Podemos deben avanzar para “ir más allá” en la construcción del “bloque del
cambio”. Para Garzón, aunque en una buena parte de la sociedad haya calado que
ese bloque “es necesario”, más allá “de siglas e identidades particulares”, aún
falta una “respuesta política”, sobre todo para quienes más han sufrido las
consecuencias de la crisis y siguen “individualizando su dolor”.
El
máximo responsable de IU hizo esta valoración en una de sus intervenciones en
el debate ‘Espacios del cambio’ desarrollado en la Facultad de Filosofía de la
Universidad Complutense, donde también participaron el líder de Podemos, Pablo
Iglesias; el portavoz de En Comú Podem, Xavier Doménech, y la diputada de En
Marea, Yolanda Díaz.
Garzón
tomó como punto de partida a este mismo plantel de participantes para valorar
que es una “ventaja” que no distingan a qué formación concreta pertenecen,
porque ello significa que, “aunque diferentes, nos ven como parte del mismo
proyecto. Tenemos muy claro que lo que nos une es transformar nuestra sociedad
frente a un régimen que lo tiene muy claro”.
En
tono desenfadado, ilustró esta idea señalando que “hay gente que ya no sabe si
soy de IU o de Podemos, pero eso le pasa también a Pablo, que no saben si es de
IU o de Podemos. Creo que eso no es un perjuicio, es una buena noticia”.
Apostilló
que “yo no tengo un problema de
identidad política. No soy un patriota de partido, sino de mi ideología. Yo lo
que soy es comunista y, a partir de ahí, todo lo demás está muy claro”.
Alberto
Garzón abundó en la idea de que “más allá de las liturgias de las siglas y del
fetichismo de las organizaciones hay un propósito político: defender lo que
tiene que ser un país” y respondió a determinadas críticas sentenciando que
“eso que algunos ven como un inconveniente, para mí es una virtud”.
El
Coordinador federal de IU felicitó a quienes han contribuido a hacer posible
todo el proceso para acercarse al “bloque del cambio” seguido hasta ahora para
transformar la sociedad, con hitos que “no han caído del cielo”. No obstante,
advirtió de que “no hay que ser autocomplacientes”, sino seguir superando los
problemas para “ser útiles a la gente”.
Mostró
también su satisfacción por la representación política cosechada por todas
estas fuerzas en las sucesivas elecciones, incluida la importante implantación
en las ciudades. Valoró que esta “anomalía histórica afortunada” debe servir
para convertirse en “un foco de atención para la izquierda europea y un foco de
excepción para la conquista de espacios políticos, no sólo institucionales,
sino políticos”.
Garzón
consideró que la mejor pregunta que puede lanzarse a día de hoy para analizar
todas estas vivencias políticas es “¿para quién es mejor la confluencia?” La
tomó como punto de partida para explicar, entre aplausos, que “yo no estoy en Izquierda Unida como un
director general, ni para buscar estrategias de mercado; yo me afilié para
transformar la sociedad y buscar la revolución”.
Consideró
que hay que dar “una respuesta política” a las demandas de la sociedad, porque
“hay gente que ha individualizado su dolor y eso es dramático. Espero que se me
entienda bien cuando digo que hay que politizar ese dolor; no es algo
individual y hay que convertirlo en un movimiento social y político, y eso es
fundamental. Es así cómo construimos un sujeto político y cómo se construye
clase social”.
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