El Metro de Málaga se inauguró ayer, miércoles 30 de julio,
convirtiéndose, según comentó en el acto inicial la Consejera de Fomento y
Vivienda Elena Cortés, en un instrumento útil que resolverá muchos de los
problemas de movilidad en Málaga.
Izquierda Unida formó parte de la solución y consiguió
enmendar un complejo problema con el que se encontró a la llegada al gobierno
andaluz tras las elecciones de marzo de 2012, con el proyecto completamente
bloqueado y con una obra bajo mínimos. El Metro de Málaga, más que una
infraestructura o un servicio, era visto como un cúmulo de problemas, molestias
e incertidumbres que parecían no acabar jamás.
El cambio de escenario es resultado de la lección de rigor,
solvencia y eficiencia que ha dado Izquierda Unida de Andalucía al frente de
Fomento y Vivienda, poniendo la realidad del Metro sobre la mesa y aportando
soluciones. Y hay que reseñar que el cambio se ha producido a pesar de las
resistencias del PP y el PSOE a modificar el sobredimensionado proyecto inicial
pactado por el bipartidismo en 2003, ya que ceder suponía aceptar una enmienda
a su faraónica política de infraestructuras. Sólo la fuerza de la razón, los
datos y los argumentos, así como la valiente postura del Grupo municipal de IULV-CA
y de colectivos ecologistas y en defensa de la movilidad sostenible, hicieron
abrirse paso a la ‘solución IU’, que ahora permite poner a funcionar el Metro.
Hoy podemos comprobar cómo Málaga hizo suyo este transporte
público de masas que transportará a 8 millones de pasajeros al año y que tiene
un horizonte financiero completamente despejado a medio y a largo plazo.
Ha comenzado a funcionar dos líneas del Metro de Málaga, que
parten desde Teatinos y el Palacio de los Deportes, en la zona oeste de la
ciudad, hasta la confluencia en el intercambiador de El Perchel-María Zambrano.
Este trayecto en forma de V, de 12 kilómetros , supone el 81% del trazado total
de la red prevista, pero el 19% que aún queda por hacer es fundamental, porque
es lo que garantiza alcanzar la demanda necesaria para que la infraestructura
sea viable. Lo restante son los tramos Renfe-Guadalmedina (actualmente en
obras, y que abrirá en 2016), Gualmedina-Atarazanas (en licitación) y
Guadalmedina-Hospital Civil (en información pública). Los dos últimos tramos,
Guadalmedina-Atarazanas y Guadalmedina-Hospital Civil, que abrirán en 2017, son
precisamente los que constituyen la ‘solución IU’.
El acontecimiento contó con la presencia institucional del
gobierno central, de la Junta
de Andalucía y del ayuntamiento de la ciudad, pero lo que es más importante,
contó con el respaldo y la masiva presencia del pueblo de Málaga que revalidaba
con su apoyo este nuevo y eficaz instrumento de movilidad. Fue así, tal como
dijo Elena Cortés: “El Metro es, por fin, de la gente”.
Cabe pues sentir legítima satisfacción y reconocimiento al
impulso de la Consejería ,
pero desde luego, también al apoyo que en todo momento brindó a los cambios en
las fórmulas iniciales, costosas e inviables, al Grupo municipal de Izquierda
Unida de Málaga y al conjunto de la organización, que supo leer, desde el
primer momento, que solo a través de soluciones audaces y eficaces, podría
resolverse el embrollo en el que se había convertido el asunto del Metro de
Málaga.
Hoy solo cabe felicitar a la gente de Málaga, en su mayoría
trabajadores y trabajadoras, porque cuentan desde ayer con más facilidades para
hacer compatible movilidad, sostenibilidad y eficacia.
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