Concentración en Solidaridad con Palestina: “Paremos el genocidio, boicot a Israel”. El jueves a las 20:00 horas en la plaza de La Constitución en Málaga y en el templete del parque de la Alameda en Marbella
Tanto el PCA como IU de Andalucía se vienen haciendo eco de
la denuncia que realizaron ayer el colectivo de observadores internacionales
presentes en Gaza, entre los que se encuentra nuestro camarada del PCA de
Málaga y miembro de Unadikum, Manu Pineda.
Según trasladan los compañeros, Israel había anunciado el
inminente bombardeo del Hospital Wafa de Gaza, en el que se encuentran participando
como escudos humanos y en el que hay cientos de heridos con movilidad reducida
que tienen imposible la huida.
Este acto de agresión indiscriminada contra los centros
hospitalarios abren un paso más en el camino de barbarie y el crimen emprendido
por el gobierno sionista, pero en todo caso constituye un caso de terrorismo y
castigo psicológico que sólo puede ser considerado como crimen de guerra.
El PCA e IU de Andalucía han reafirmado la exigencia de
ruptura de relaciones políticas, diplomáticas y comerciales con Israel y la
realización de una campaña de boicot, desinversión y sanciones a Israel que
pongan fin al apartheid al que somete al pueblo palestino, tal y como se
consiguió en Sudáfrica. Así mismo llaman a participar en las movilizaciones de
solidaridad con el sufrimiento del pueblo palestino de Gaza y que exigen el fin
de la ocupación y la guerra criminal contra este pueblo.
Escudos humanos en AL
WAFA o cuando los hospitales son objetivos militares
Brigadas Internacionales Unadikum desde la Franja de Gaza
La situación en la
Franja de Gaza empeora a medida que pasan los días y los
crímenes de guerra son cada vez más evidentes. Aunque parezca increíble, el
Centro de Rehabilitación Al-Wafa, es también un objetivo de las fuerzas de
ocupación israelíes.
La operación “Margen Protector”, iniciada por la entidad
sionista en la madrugada del martes 8 de julio, suma ahora, además de las más
de 192 víctimas mortales y un número de personas heridas que ronda las 1500,
las consecuencias derivadas de la saturación de los hospitales y de la destrucción
material causadas por unos ataques que hasta ahora se han prolongado durante 8
días.
La destrucción material está suponiendo importantes
obstáculos en el traslado de las víctimas a los hospitales para que puedan
recibir asistencia médica, hecho al que tenemos que sumar el peligro que
implica el rescate de las mismas- que en muchas ocasiones se encuentran
sepultadas bajo los escombros- por la amenaza real de un nuevos ataques, dado
que las fuerzas israelíes atentan contra los mismos objetivos en repetidas
ocasiones, provocando que las personas que acuden a auxiliar tras un bombardeo
se conviertan en objetivos y víctimas de los posteriores.
El esfuerzo del personal sanitario en los hospitales, donde
no han dejado de trabajar en ningún momento, es enorme; como también lo es el
de los paramédicos, muchos de los cuales han hecho público entre la población
sus números de teléfono personales, indicando además las áreas en las que se
encuentran, para poder ofrecer una primera asistencia a las víctimas en el
menor tiempo posible, y en tanto se produce su traslado a hospitales que ya se
encuentran en estado de emergencia. El constante flujo de personas que precisan
asistencia está desbordando las escasas reservas de unos hospitales ya de por
sí desabastecidos, como consecuencia del bloqueo impuesto en 2006 por las
fuerzas de ocupación israelíes; los medicamentos y el material quirúrgico se
agotan.
La población civil está siendo objeto de los ataques que se
dirigen a áreas agrícolas, a estructuras como viviendas o mezquitas, a
vehículos particulares, a las principales calles de las ciudades de la Franja de Gaza, como el
atentado en Sheik Radwah, en Gaza City, que causó la muerte de 5 palestinos;
pero también a los hospitales y centros de atención especializados, como el que
este domingo se dirigió contra una clínica de tratamiento de discapacitados
mentales, que también asiste a niñas con parálisis cerebral y huérfanas, que
causó la muerte de dos mujeres: Suha Abu Saada de 47 años y Ola Wishaa de 30, y
provocó quemaduras de segundo y tercer grado en otras dos y a la mujer que se
encontraba a su cargo.
Todos estos objetivos evidencian el carácter criminal de la
operación israelí “Margen Protector”, entre cuyos objetivos también se
encuentra el Centro de Rehabilitación Al-Wafa. Se trata de un centro no
gubernamental, situado al Noreste del territorio, que ofrece servicios médicos
de rehabilitación y fisioterapia, cubriendo una de las más urgentes necesidades
de población de Gaza, tan acostumbrada a sufrir los castigos colectivos
impuestos por el régimen israelí. Al-Wafa es el único centro en la Franja de Gaza que ofrece
tratamientos de atención tanto física y como ocupacional, con terapias de
rehabilitación cognitiva y recreativa, terapia del habla. Además, este centro
destaca por ser el único en ofrecer la terapia V.A.C. para estimular la
creación de tejidos en heridas crónicas, quirúrgicas, causadas por quemaduras,
heridas traumáticas, evitando las complicaciones posteriores causadas por
infecciones al acelerar la curación de este tipo de úlceras tan habituales en
Gaza.
El hospital, con capacidad para atender a 50 pacientes
externos e internos, atiende además a personas afectadas por lesiones de la
médula espinal, derrames cerebrales, lesiones cerebrales, enfermedades neuromusculares,
reumáticas o que han sufrido amputaciones; el objetivo del centro es ofrecerles
niveles óptimos de independencia.
La alarma en Al-Wafa saltó el viernes por la mañana, cuando
sufría el impacto de cuatro misiles lanzados desde drones, todos en el ala este
del hospital. Los ataques causaron dos heridos leves. Tras esto, el director
del centro, Dr. Basman Alashi, decidió evacuar a los pacientes que no
precisaban asistencia continuada, mientras que el resto, un total de 14, fueron
trasladados a la primera planta.
Tras estos ataques el director del centro recibió una
llamada en árabe, con marcado acento israelí, que se interesaba por saber si
quedaba alguien en la parte superior del edificio y preguntaba sobre las
intenciones de evacuación del centro.
Ante esta realidad un grupo de 8 internacionales decidieron
trasladarse al centro para actuar como escudos humanos y evitar un nuevo ataque
ante la imposibilidad de evacuar a los enfermos y la determinación del personal
de no abandonarles. Los enfermos, que dada su edad- todos mayores de 60 años-
ya han vivido varias agresiones como la que ahora está sufriendo la población
de la Franja
de Gaza, no son ajenos a la situación, al ser conscientes del ruido y
movimientos causados en el edificio por las explosiones que se producen en su
interior y alrededores. Sus rostros reflejan miedo no tanto a la muerte como a
ser abandonados, ante lo que el personal que les asiste ha tomado la férrea
determinación de permanecer junto a ellos hasta que esto termine, en una u otra
manera.
Los internacionales, procedentes de Venezuela, España, Reino
Unido, Estados Unidos, Francia, Suiza,
Nueva Zelanda y Australia, comunicaron al régimen israelí mediante rueda de
prensa su presencia en el hospital y las características de las personas que se
encontraban en su interior, señalando que se trata de personas, todas mayores
de 60 años, que sufren situaciones crónicas que obligan a una asistencia
continuada de 24 horas, se trata de pacientes en coma, sujetos a alimentación
intravenosa, con respiración asistida o discapacidades físicas, que limitan la
posibilidad de que sean evacuados.
Sin embargo, esta actitud del personal del centro de
rehabilitación y de los internacionales allí desplazados no ha evitado que el
viernes por la tarde un proyectil golpeara la cuarta planta, 2 a. m., del hospital, demoliendo un muro y causando
dañando puertas y ventanas. La estructura del edificio también se vio afectada
por las explosiones que en la tarde del 12 de julio afectaron a una manzana de
viviendas cercanas y que han dejado un total de 22 muertos y más de 50 heridos.
No podemos olvidar que el centro de Rehabilitación Al-Wafa
se encuentra en el Noreste de la Franja de Gaza, donde la
población está siendo amenazada constantemente por el ejército israelí que les
ha advertido que deben abandonar sus casas, por lo parte que parte de los
habitantes se han refugiado en el centro y el sur del territorio gazatí. Sin
embargo, desde el centro Al-Wafa la respuesta es la de no abandonar a los
enfermos que no pueden ser evacuados.
Los internacionales mantendrán su presencia allí junto a los
enfermos y el personal sanitario, situación que es conocida por las fuerzas de
ocupación israelíes, únicas responsables de lo que ocurra si se produce un
nuevo ataque. Ante la indiferencia de la entidad sionista a la información que
sobre los enfermos y la presencia internacional se le ha transmitido con la
intención de evitar que un nuevo ataque sobre Al-Wafa se ha tomado la
determinación de hacer llegar esta información a los diferentes gobiernos para
que sean éstos quienes insten a la entidad sionista a no atacar el Centro de
Rehabilitación y detener la operación israelí ante la evidencia de los crímenes
de guerra que está cometiendo.