El PCE se pone a la
tarea de analizar la realidad y elaborar propuestas para un gran
debate desde todos los núcleos de base que deberá culminar en una
Conferencia Política en el primer semestre de 2020.
El pasado 1 de junio,
seis días después de las elecciones del 26 de mayo, se reunía el
plenario del Comité Central del Partido Comunista de España. Debate
leal en el partido y unidad de acción en la aplicación de nuestra
estrategia, dos elementos que Enrique Santiago, Secretario General
del PCE, explica en esta carta, de lectura imprescindible, a la
militancia que publicamos en exclusiva en Mundo Obrero.
Estimados y estimadas
camaradas,
A menos de una semana
desde la celebración de las últimas elecciones municipales,
autonómicas y europeas, el PCE reunió a su Comité Central para
analizar los resultados y plantear los retos tácticos y estratégicos
que la situación política nos plantea. Tras la reunión, el Comité
Central ha enviado una copia del informe aprobado a cada uno de los y
las militantes. Sin embargo, he creído conveniente dirigirme a toda
nuestra ejemplar militancia con una reflexión sobre los principales
aspectos de dicho informe. Me gustaría llamar tu atención sobre
ellos, debido a su importancia y actualidad.
Con las elecciones del 26
de mayo se cerraba un ciclo electoral precedido por las elecciones
generales del 28 de abril. Los resultados de este ciclo muestran un
descenso generalizado de las candidaturas apoyadas por Izquierda
Unida en sus diferentes formatos -en convergencia en las elecciones
europeas y generales, diversas en las convocatorias autonómicas y
locales- y son insuficientes para garantizar la defensa eficaz de la
clase obrera. Nos obligan a elaborar un análisis ajustado de la
realidad para a continuación tomar la iniciativa con una propuesta
política ofensiva. No olvidemos que estamos en un momento de
reconfiguración del escenario político estatal, que podemos
caracterizar como una nueva fase. No obstante, independientemente de
los resultados, quiero felicitar a la militancia del Partido que una
vez más ha sido la columna vertebral de las campañas electorales
que se han desarrollado por todo el país defendiendo las
candidaturas de la izquierda alternativa y transformadora. Y
felicitar también a los cientos de cargos públicos comunistas que
estarán presentes en las instituciones locales, autonómicas,
estatales y europeas, luchando y defendiendo los intereses de nuestro
pueblo. Sabéis que el Partido os va a exigir trabajo, coherencia
política y honradez. No dudo que todas y todos vais a estar a la
altura de lo que la clase trabajadora demanda del PCE.
En el Parlamento, el
grupo de Unidos Podemos, que ahora cuenta con 42 diputados y
diputadas, tenemos seis diputados y diputadas de Izquierda Unida,
cinco militantes del PCE, entre ellos el que suscribe este escrito.
En el grupo parlamentario europeo, Izquierda Unida contará con 2
eurodiputados, ambos militantes del Partido. Las diferentes formas de
concurrir a las elecciones autonómicas y municipales – como
Izquierda Unida, como Unidas Podemos o en otras alianzas– dificulta
ofrecer datos precisos sobre los resultados en estos momentos, pero
sí podemos afirmar que tenemos diputados autonómicos y cientos de
concejales comunistas repartidos por muchos puntos del Estado, cuyo
trabajo garantizará la visibilidad de nuestro Partido y de su
propuesta política por un nuevo país en común.
A mayor organización,
mejores resultados
Resulta difícil sacar
conclusiones apresuradas ante la diversidad de datos, todavía por
sistematizar y relacionar con el ciclo histórico que vivimos. Las
candidaturas apoyadas por Izquierda Unida en municipales, autonómicas
y europeas consiguen un porcentaje inferior al máximo de IU,
conseguido en 1994-1995, pero en las elecciones generales estamos muy
por arriba del máximo conseguido por IU en el año 1996. Entre las
claras enseñanzas que nos ha dejado este ciclo electoral están, sin
duda, la dispersión y diversidad de las candidaturas en las
diferentes convocatorias electorales, la dificultad para concretar
alianzas y procesos de convergencias en numerosos ámbitos, o la
extensión del conflicto interno y las deserciones entre los
diferentes socios electorales, que han penalizado a nuestro espacio
político. Por otro lado, en un escenario de reducción generalizada
de los votos obtenidos, en los sitios con procesos de convergencia
electoral sostenidos en el tiempo y más estabilizados se han
obtenido mejores resultados. Y sin duda, allá donde tenemos una
organización consolidada y un fuerte asentamiento en el territorio,
se han obtenido mejores resultados, ya hayamos concurrido a las
elecciones solos o en convergencia con otros actores.
Por todo ello, emplazamos
al conjunto del Partido a que analice sosegadamente las causas de los
resultados electorales en cada ámbito. Este análisis tiene que huir
de la autocomplacencia, no poner el acento en la confrontación
interna, ni recurrir a la eludir responsabilidades remitiendo estas a
los niveles superiores o inferiores de la organización, dado que se
trata de identificar certeramente los problemas habidos para
resolverlos. Pero a su vez, es imprescindible introducir en los
análisis locales elementos de coyuntura general.
Nos enfrentamos al reto
ineludible de reorganizar el espacio de la izquierda transformadora
para poder revitalizar el impulso popular conseguido tras el ciclo
electoral de hace 4 años. Nuestro análisis acerca de la crisis de
la izquierda en nuestro país y la necesidad de su reimpulso no son
nuevos, se remontan a principios del presente siglo. Nuestra apuesta
por los procesos de unidad popular no es resultado de un análisis
táctico sino fruto de una visión estratégica que ha estado
presente en toda la historia del movimiento comunista internacional,
porque la unidad popular es la mayor arma de un pueblo en la lucha
por su emancipación. La unidad convierte en imbatible a la clase
obrera, máxime si nuestro objetivo es construir una alternativa al
capitalismo y el neoliberalismo que define el actual modelo de país
resultante de los consensos del 78. Esta necesidad es hoy más
urgente que nunca, pues en España se ha consolidado un nuevo espacio
de la izquierda alternativa tras el 15M –Unidas Podemos Equo y
Convergencias territoriales- del que el PCE e IU formamos parte,
pero, nos guste o no, no somos el actor hegemónico de ese espacio
como lo éramos en el pasado. Si queremos volver a serlo, debemos
superar la debilidad social y organizativa actual, en primer lugar de
IU, pero también debemos fortalecer todo ese espacio.
En este nuevo ciclo
político, el PCE deberá ser un actor político con perfil propio en
este debate –con la máxima corresponsabilidad y lealtad hacia IU-,
en la línea que se aprobó en el XX Congreso, interlocutando con el
resto de fuerzas que se autoproclaman transformadoras, o al menos
progresistas, para debatir sobre propuestas que sean alternativa real
al sistema. Para ello, desde hoy mismo el PCE se pone a la tarea de
analizar la realidad y elaborar propuestas para un gran debate desde
todos los núcleos de base que deberá culminar en una Conferencia
Política en el primer semestre de 2020, donde adaptemos nuestra
estrategia sobre unidad popular, convergencia política y
organización del conflicto social.
Configuración de
gobiernos
También hemos abordado
en el Comité Central los procesos de configuración de gobiernos en
las corporaciones locales, autonómicas y estatales recién elegidas,
con especial énfasis en el desarrollo actual de las conversaciones
para la conformación del Gobierno de España. En este ciclo político
que se inicia, previsiblemente vamos a tener que dar apoyo en las
instituciones a distintos gobiernos del PSOE, tanto en ayuntamientos,
comunidades autónomas y en el Estado. Tenemos que afrontar este
hecho desde la madurez y desde la gestión de la discrepancia en
términos dialécticos y rigurosos, huyendo de los conflictos
internos y del ruido mediático que suele acompañar este tipo de
procesos.
Los resultados en las
elecciones generales, a pesar de ser insuficientes como dijimos
anteriormente, nos han permitido impedir un gobierno de las tres
derechas y ser determinantes a la hora de establecer alianzas de
gobierno. Aunque Podemos, en el ejercicio de su soberanía, ya ha
adoptado la posición de intentar alcanzar un gobierno de España
conjunto con el PSOE, el PCE e Izquierda Unida tomarán sus propias
decisiones siempre atendiendo a los acuerdos programáticos que
puedan alcanzarse con el PSOE y a las correlaciones de fuerzas
existentes para conseguir llevar estos acuerdos a la práctica.
Nuestra tarea es evitar que en el ciclo político que se inicia la
opción rupturista sea definitivamente derrotada por la opción
restauradora, ya fuera en su versión reformista o en su versión
autoritaria. Nuestra posición es clara: es imprescindible y posible
hacer políticas de izquierdas, antineoliberales y favorables a la
clase obrera. Es el PSOE quien tiene que decidir si continúa
realizando políticas neoliberales y apoyándose para ello en las
fuerzas del trifachito, o acepta alcanzar un acuerdo programático
con la izquierda alternativa para mejorar las condiciones de vida de
nuestro pueblo y garantizar todos sus derechos.
Condiciones para
posibles acuerdos
Nuestro Comité Central
del pasado 1 de junio estableció las condiciones y la hoja de ruta
para construir posibles acuerdos de Gobierno en las distintas
instituciones, desde los ayuntamientos al Gobierno de España.
En primer lugar, la
centralidad del programa en cualquier tipo de conversación para
llegar a un acuerdo, con énfasis en:
• La reversión de los
recortes y de las políticas económicas y sociales neoliberales.
• La reversión de las
reformas laborales que hacen la precarización estructural.
• La reforma fiscal que
eleven los impuestos a los más ricos.
• La defensa del sector
público y la garantía de los derechos civiles y sociales.
En este debate
programático, hemos de esforzarnos por incorporar en los procesos de
elaboración de propuestas y negociación a las fuerzas sociales y
sindicales.
En segundo lugar, en caso
de alcanzarse un acuerdo programático de gobierno o de apoyo
institucional para el gobierno, deberán reunirse los órganos de
dirección del Partido correspondientes al ámbito territorial
afectado, debiendo someterse el acuerdo definitivo a la aprobación
de los órganos de IU y el posterior pronunciamiento de sus
militantes en el respectivo ámbito de decisión.
En el caso concreto del
Gobierno de España, cada vez parece más lejana la posibilidad de
que el PSOE acepte construir un gobierno de izquierdas. Si finalmente
ello fuera posible, la posible entrada en el Gobierno de Podemos y,
por tanto, el apoyo del grupo parlamentario de Unidas Podemos a dicho
Gobierno, requerirá del cumplimiento escrupuloso de los pasos arriba
mencionados. Nuestro Comité Central estudió además las diferentes
posibilidades para que nuestro Partido participe de la fiscalización
del cumplimiento de los acuerdos programáticos en sede parlamentaria
sin tener que compartir solidariamente todas las decisiones emanadas
del Consejo de Ministros.
Camaradas, vivimos un
momento político de excepcional gravedad. En todo el mundo asistimos
a una ofensiva del imperialismo y las fuerzas conservadoras contra
las fuerzas y gobiernos populares. En España la oligarquía
económica, la monarquía y las fuerzas conservadoras intentan cerrar
la fase de crisis de legitimidad del régimen con una operación de
restauración que impida la conquista del poder por la izquierda
transformadora. Para ello, el enemigo a batir es el proyecto de
unidad popular que llevamos años construyendo y que ha permitido en
el último lustro multiplicar el peso de la izquierda alternativa en
el Parlamento desde el fin de la dictadura. Trabajan para poner en
marcha una nueva mayoría neoliberal conformada por el PSOE,
Ciudadanos y sectores desgajados de la izquierda alternativa,
operación que repite el esquema utilizado con anterioridad contra el
Partido Comunista de España de la transición o contra la IU de los
años 90. Solo fortaleciendo la unidad de la izquierda transformadora
en torno a programas antineoliberales podremos derrotar esa operación
y continuar el proceso de puesta en marcha de una alternativa
política de izquierdas y por tanto anti neoliberal.
Enrique Santiago
Romero. Secretario General del PCE 12/06/2019
Publicado en el Nº 327
de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2019
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