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viernes, 14 de junio de 2019

Enrique Santiago, Secretario General del PCE: “Conferencia Política para enfrentar el reto de reorganizar el espacio de la izquierda transformadora”. Carta a la militancia.

El PCE se pone a la tarea de analizar la realidad y elaborar propuestas para un gran debate desde todos los núcleos de base que deberá culminar en una Conferencia Política en el primer semestre de 2020.
El pasado 1 de junio, seis días después de las elecciones del 26 de mayo, se reunía el plenario del Comité Central del Partido Comunista de España. Debate leal en el partido y unidad de acción en la aplicación de nuestra estrategia, dos elementos que Enrique Santiago, Secretario General del PCE, explica en esta carta, de lectura imprescindible, a la militancia que publicamos en exclusiva en Mundo Obrero.
Estimados y estimadas camaradas,
A menos de una semana desde la celebración de las últimas elecciones municipales, autonómicas y europeas, el PCE reunió a su Comité Central para analizar los resultados y plantear los retos tácticos y estratégicos que la situación política nos plantea. Tras la reunión, el Comité Central ha enviado una copia del informe aprobado a cada uno de los y las militantes. Sin embargo, he creído conveniente dirigirme a toda nuestra ejemplar militancia con una reflexión sobre los principales aspectos de dicho informe. Me gustaría llamar tu atención sobre ellos, debido a su importancia y actualidad.
Con las elecciones del 26 de mayo se cerraba un ciclo electoral precedido por las elecciones generales del 28 de abril. Los resultados de este ciclo muestran un descenso generalizado de las candidaturas apoyadas por Izquierda Unida en sus diferentes formatos -en convergencia en las elecciones europeas y generales, diversas en las convocatorias autonómicas y locales- y son insuficientes para garantizar la defensa eficaz de la clase obrera. Nos obligan a elaborar un análisis ajustado de la realidad para a continuación tomar la iniciativa con una propuesta política ofensiva. No olvidemos que estamos en un momento de reconfiguración del escenario político estatal, que podemos caracterizar como una nueva fase. No obstante, independientemente de los resultados, quiero felicitar a la militancia del Partido que una vez más ha sido la columna vertebral de las campañas electorales que se han desarrollado por todo el país defendiendo las candidaturas de la izquierda alternativa y transformadora. Y felicitar también a los cientos de cargos públicos comunistas que estarán presentes en las instituciones locales, autonómicas, estatales y europeas, luchando y defendiendo los intereses de nuestro pueblo. Sabéis que el Partido os va a exigir trabajo, coherencia política y honradez. No dudo que todas y todos vais a estar a la altura de lo que la clase trabajadora demanda del PCE.
En el Parlamento, el grupo de Unidos Podemos, que ahora cuenta con 42 diputados y diputadas, tenemos seis diputados y diputadas de Izquierda Unida, cinco militantes del PCE, entre ellos el que suscribe este escrito. En el grupo parlamentario europeo, Izquierda Unida contará con 2 eurodiputados, ambos militantes del Partido. Las diferentes formas de concurrir a las elecciones autonómicas y municipales – como Izquierda Unida, como Unidas Podemos o en otras alianzas– dificulta ofrecer datos precisos sobre los resultados en estos momentos, pero sí podemos afirmar que tenemos diputados autonómicos y cientos de concejales comunistas repartidos por muchos puntos del Estado, cuyo trabajo garantizará la visibilidad de nuestro Partido y de su propuesta política por un nuevo país en común.
A mayor organización, mejores resultados
Resulta difícil sacar conclusiones apresuradas ante la diversidad de datos, todavía por sistematizar y relacionar con el ciclo histórico que vivimos. Las candidaturas apoyadas por Izquierda Unida en municipales, autonómicas y europeas consiguen un porcentaje inferior al máximo de IU, conseguido en 1994-1995, pero en las elecciones generales estamos muy por arriba del máximo conseguido por IU en el año 1996. Entre las claras enseñanzas que nos ha dejado este ciclo electoral están, sin duda, la dispersión y diversidad de las candidaturas en las diferentes convocatorias electorales, la dificultad para concretar alianzas y procesos de convergencias en numerosos ámbitos, o la extensión del conflicto interno y las deserciones entre los diferentes socios electorales, que han penalizado a nuestro espacio político. Por otro lado, en un escenario de reducción generalizada de los votos obtenidos, en los sitios con procesos de convergencia electoral sostenidos en el tiempo y más estabilizados se han obtenido mejores resultados. Y sin duda, allá donde tenemos una organización consolidada y un fuerte asentamiento en el territorio, se han obtenido mejores resultados, ya hayamos concurrido a las elecciones solos o en convergencia con otros actores.
Por todo ello, emplazamos al conjunto del Partido a que analice sosegadamente las causas de los resultados electorales en cada ámbito. Este análisis tiene que huir de la autocomplacencia, no poner el acento en la confrontación interna, ni recurrir a la eludir responsabilidades remitiendo estas a los niveles superiores o inferiores de la organización, dado que se trata de identificar certeramente los problemas habidos para resolverlos. Pero a su vez, es imprescindible introducir en los análisis locales elementos de coyuntura general.
Nos enfrentamos al reto ineludible de reorganizar el espacio de la izquierda transformadora para poder revitalizar el impulso popular conseguido tras el ciclo electoral de hace 4 años. Nuestro análisis acerca de la crisis de la izquierda en nuestro país y la necesidad de su reimpulso no son nuevos, se remontan a principios del presente siglo. Nuestra apuesta por los procesos de unidad popular no es resultado de un análisis táctico sino fruto de una visión estratégica que ha estado presente en toda la historia del movimiento comunista internacional, porque la unidad popular es la mayor arma de un pueblo en la lucha por su emancipación. La unidad convierte en imbatible a la clase obrera, máxime si nuestro objetivo es construir una alternativa al capitalismo y el neoliberalismo que define el actual modelo de país resultante de los consensos del 78. Esta necesidad es hoy más urgente que nunca, pues en España se ha consolidado un nuevo espacio de la izquierda alternativa tras el 15M –Unidas Podemos Equo y Convergencias territoriales- del que el PCE e IU formamos parte, pero, nos guste o no, no somos el actor hegemónico de ese espacio como lo éramos en el pasado. Si queremos volver a serlo, debemos superar la debilidad social y organizativa actual, en primer lugar de IU, pero también debemos fortalecer todo ese espacio.
En este nuevo ciclo político, el PCE deberá ser un actor político con perfil propio en este debate –con la máxima corresponsabilidad y lealtad hacia IU-, en la línea que se aprobó en el XX Congreso, interlocutando con el resto de fuerzas que se autoproclaman transformadoras, o al menos progresistas, para debatir sobre propuestas que sean alternativa real al sistema. Para ello, desde hoy mismo el PCE se pone a la tarea de analizar la realidad y elaborar propuestas para un gran debate desde todos los núcleos de base que deberá culminar en una Conferencia Política en el primer semestre de 2020, donde adaptemos nuestra estrategia sobre unidad popular, convergencia política y organización del conflicto social.
Configuración de gobiernos
También hemos abordado en el Comité Central los procesos de configuración de gobiernos en las corporaciones locales, autonómicas y estatales recién elegidas, con especial énfasis en el desarrollo actual de las conversaciones para la conformación del Gobierno de España. En este ciclo político que se inicia, previsiblemente vamos a tener que dar apoyo en las instituciones a distintos gobiernos del PSOE, tanto en ayuntamientos, comunidades autónomas y en el Estado. Tenemos que afrontar este hecho desde la madurez y desde la gestión de la discrepancia en términos dialécticos y rigurosos, huyendo de los conflictos internos y del ruido mediático que suele acompañar este tipo de procesos.
Los resultados en las elecciones generales, a pesar de ser insuficientes como dijimos anteriormente, nos han permitido impedir un gobierno de las tres derechas y ser determinantes a la hora de establecer alianzas de gobierno. Aunque Podemos, en el ejercicio de su soberanía, ya ha adoptado la posición de intentar alcanzar un gobierno de España conjunto con el PSOE, el PCE e Izquierda Unida tomarán sus propias decisiones siempre atendiendo a los acuerdos programáticos que puedan alcanzarse con el PSOE y a las correlaciones de fuerzas existentes para conseguir llevar estos acuerdos a la práctica. Nuestra tarea es evitar que en el ciclo político que se inicia la opción rupturista sea definitivamente derrotada por la opción restauradora, ya fuera en su versión reformista o en su versión autoritaria. Nuestra posición es clara: es imprescindible y posible hacer políticas de izquierdas, antineoliberales y favorables a la clase obrera. Es el PSOE quien tiene que decidir si continúa realizando políticas neoliberales y apoyándose para ello en las fuerzas del trifachito, o acepta alcanzar un acuerdo programático con la izquierda alternativa para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo y garantizar todos sus derechos.
Condiciones para posibles acuerdos
Nuestro Comité Central del pasado 1 de junio estableció las condiciones y la hoja de ruta para construir posibles acuerdos de Gobierno en las distintas instituciones, desde los ayuntamientos al Gobierno de España.
En primer lugar, la centralidad del programa en cualquier tipo de conversación para llegar a un acuerdo, con énfasis en:
• La reversión de los recortes y de las políticas económicas y sociales neoliberales.
• La reversión de las reformas laborales que hacen la precarización estructural.
• La reforma fiscal que eleven los impuestos a los más ricos.
• La defensa del sector público y la garantía de los derechos civiles y sociales.
En este debate programático, hemos de esforzarnos por incorporar en los procesos de elaboración de propuestas y negociación a las fuerzas sociales y sindicales.
En segundo lugar, en caso de alcanzarse un acuerdo programático de gobierno o de apoyo institucional para el gobierno, deberán reunirse los órganos de dirección del Partido correspondientes al ámbito territorial afectado, debiendo someterse el acuerdo definitivo a la aprobación de los órganos de IU y el posterior pronunciamiento de sus militantes en el respectivo ámbito de decisión.
En el caso concreto del Gobierno de España, cada vez parece más lejana la posibilidad de que el PSOE acepte construir un gobierno de izquierdas. Si finalmente ello fuera posible, la posible entrada en el Gobierno de Podemos y, por tanto, el apoyo del grupo parlamentario de Unidas Podemos a dicho Gobierno, requerirá del cumplimiento escrupuloso de los pasos arriba mencionados. Nuestro Comité Central estudió además las diferentes posibilidades para que nuestro Partido participe de la fiscalización del cumplimiento de los acuerdos programáticos en sede parlamentaria sin tener que compartir solidariamente todas las decisiones emanadas del Consejo de Ministros.
Camaradas, vivimos un momento político de excepcional gravedad. En todo el mundo asistimos a una ofensiva del imperialismo y las fuerzas conservadoras contra las fuerzas y gobiernos populares. En España la oligarquía económica, la monarquía y las fuerzas conservadoras intentan cerrar la fase de crisis de legitimidad del régimen con una operación de restauración que impida la conquista del poder por la izquierda transformadora. Para ello, el enemigo a batir es el proyecto de unidad popular que llevamos años construyendo y que ha permitido en el último lustro multiplicar el peso de la izquierda alternativa en el Parlamento desde el fin de la dictadura. Trabajan para poner en marcha una nueva mayoría neoliberal conformada por el PSOE, Ciudadanos y sectores desgajados de la izquierda alternativa, operación que repite el esquema utilizado con anterioridad contra el Partido Comunista de España de la transición o contra la IU de los años 90. Solo fortaleciendo la unidad de la izquierda transformadora en torno a programas antineoliberales podremos derrotar esa operación y continuar el proceso de puesta en marcha de una alternativa política de izquierdas y por tanto anti neoliberal.
Enrique Santiago Romero. Secretario General del PCE 12/06/2019
Publicado en el Nº 327 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2019

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