Hoy, 9 de enero, se cumplen 100 años de la rebelión de las faeneras de Málaga de 1918. La revuelta protagonizada por mujeres de la capital, que protestaban por una nueva subida del pan a 0’55 ptas, y que tras dos semanas de intensa lucha, con una Huelga General, manifestaciones masivas, cuatro personas muertas y numerosas heridas,..., consiguieron forzar a la oligarquía malagueña a bajar coyunturalmente el precio de los productos básicos y la destitución del gobernador civil.
Las movilizaciones empezaron el 9 de enero, con una manifestación de unas mil mujeres por las calles de la ciudad, que encabezadas por las faeneras se dirigieron al gobierno civil y posteriormente al Ayuntamiento, donde la una anciana obrera del trust de la almendra, Concepción Mesa explicó a las autoridades las exigencias que hacían para paliar la lamentable situación económica que padecían las familias obreras, frente a la cerrazón de los empresarios (asentadores, tenedores y exportadores de mercancías) que controlaban los productos básicos.
Esta acción supuso el inicio de movilizaciones sociales más amplias que paralizaron la ciudad y que continuaron los días siguientes. El 14 de enero, se celebró un mitin masivo en los locales de la Juventud Republicana en el que ent5raron 2000 personas y quedaron fuera otras 6000. Antes de empezar las mujeres arengaban a los asistentes gritando “¡El pan a cuatro gordas!”, “¡Compañeros, nosotras somos las que tenemos que arreglar todo!” y “¡Fuera hombres!”. Durante el acto mujeres y dirigentes obreros se dirigieron al público en un ambiente excitación y triunfo, pues las sociedades obreras estaban dispuestas a sumarse al conflicto.
El día 15 de enero una gran manifestación recorría las calles de Málaga y la fuerza pública arremetió contra los manifestantes, y las mujeres respondieron con piedras y palos. La Guardia civil intentó disolver la manifestación a sangre y fuego, disparando sus fusiles desde la Acera de la Marina, la Alameda, calle Larios, o la Plaza de la Constitución, provocando cuatro muertos, dos de ellas mujeres, y doce heridos.
Al conocerse en la ciudad la magnitud de la represión la movilización de subsistencias se transformó en un amplio movimiento de protesta en el que participaron las sociedades obreras, las fuerzas de oposición a la Monarquía y el pueblo malagueño en general. Mientras tanto, esa misma madrugada el gobernador ordenaba que fueran clausurados los centros obreros para intentar impedir una respuesta, pero la clase obrera malagueña, lejos de amilanarse, convocó una Huelga General indefinida al día siguiente, que paralizó la ciudad durante cinco días, donde tiendas de comestibles, panaderías y establecimientos públicos cerraron y paraban los trabajadores de la Industria Malagueña, los Altos Hornos, fundiciones y demás fábricas, los gremios de zapateros, cocheros, pintores, aceiteros, los trabajadores del Mercado y todas las sociedades afectas a la CNT y a la UGT.
La huelga se mantuvo hasta el día 21 en que las autoridades políticas forzaron a la oligarquía a bajar momentáneamente el precio de los productos básicos y destituyeron al gobernador, responsable de la brutal represión, para acabar con la rebelión.
El pueblo de Málaga no olvidó en mucho tiempo estas trágicas jornadas de enero y hasta la llegada de la dictadura de Primo de Rivera se celebraba cada año “la manifestación del recuerdo” en memoria de las víctimas.
La rebelión de las faeneras es uno de los grandes acontecimientos del denominado "trienio bolchevique" andaluz, una de las primeras grandes movilizaciones con un protagonismo absoluto de las mujeres trabajadoras, que supuso un verdadero punto de inflexión para la feminización del movimiento obrero. Por ello desde el PCA consideramos el 9 de enero como un día de memoria democrática de la Clase Obrera y la lucha de las mujeres de Málaga, Un día que debemos conmemorar para recordar la heroica lucha de las mujeres que dieron su vida en la lucha por la clase trabajadora.
Porque fueron, somos. Porque somos, serán.
Las movilizaciones empezaron el 9 de enero, con una manifestación de unas mil mujeres por las calles de la ciudad, que encabezadas por las faeneras se dirigieron al gobierno civil y posteriormente al Ayuntamiento, donde la una anciana obrera del trust de la almendra, Concepción Mesa explicó a las autoridades las exigencias que hacían para paliar la lamentable situación económica que padecían las familias obreras, frente a la cerrazón de los empresarios (asentadores, tenedores y exportadores de mercancías) que controlaban los productos básicos.
Esta acción supuso el inicio de movilizaciones sociales más amplias que paralizaron la ciudad y que continuaron los días siguientes. El 14 de enero, se celebró un mitin masivo en los locales de la Juventud Republicana en el que ent5raron 2000 personas y quedaron fuera otras 6000. Antes de empezar las mujeres arengaban a los asistentes gritando “¡El pan a cuatro gordas!”, “¡Compañeros, nosotras somos las que tenemos que arreglar todo!” y “¡Fuera hombres!”. Durante el acto mujeres y dirigentes obreros se dirigieron al público en un ambiente excitación y triunfo, pues las sociedades obreras estaban dispuestas a sumarse al conflicto.
El día 15 de enero una gran manifestación recorría las calles de Málaga y la fuerza pública arremetió contra los manifestantes, y las mujeres respondieron con piedras y palos. La Guardia civil intentó disolver la manifestación a sangre y fuego, disparando sus fusiles desde la Acera de la Marina, la Alameda, calle Larios, o la Plaza de la Constitución, provocando cuatro muertos, dos de ellas mujeres, y doce heridos.
Al conocerse en la ciudad la magnitud de la represión la movilización de subsistencias se transformó en un amplio movimiento de protesta en el que participaron las sociedades obreras, las fuerzas de oposición a la Monarquía y el pueblo malagueño en general. Mientras tanto, esa misma madrugada el gobernador ordenaba que fueran clausurados los centros obreros para intentar impedir una respuesta, pero la clase obrera malagueña, lejos de amilanarse, convocó una Huelga General indefinida al día siguiente, que paralizó la ciudad durante cinco días, donde tiendas de comestibles, panaderías y establecimientos públicos cerraron y paraban los trabajadores de la Industria Malagueña, los Altos Hornos, fundiciones y demás fábricas, los gremios de zapateros, cocheros, pintores, aceiteros, los trabajadores del Mercado y todas las sociedades afectas a la CNT y a la UGT.
La huelga se mantuvo hasta el día 21 en que las autoridades políticas forzaron a la oligarquía a bajar momentáneamente el precio de los productos básicos y destituyeron al gobernador, responsable de la brutal represión, para acabar con la rebelión.
El pueblo de Málaga no olvidó en mucho tiempo estas trágicas jornadas de enero y hasta la llegada de la dictadura de Primo de Rivera se celebraba cada año “la manifestación del recuerdo” en memoria de las víctimas.
La rebelión de las faeneras es uno de los grandes acontecimientos del denominado "trienio bolchevique" andaluz, una de las primeras grandes movilizaciones con un protagonismo absoluto de las mujeres trabajadoras, que supuso un verdadero punto de inflexión para la feminización del movimiento obrero. Por ello desde el PCA consideramos el 9 de enero como un día de memoria democrática de la Clase Obrera y la lucha de las mujeres de Málaga, Un día que debemos conmemorar para recordar la heroica lucha de las mujeres que dieron su vida en la lucha por la clase trabajadora.
Porque fueron, somos. Porque somos, serán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario