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martes, 13 de diciembre de 2016

El 15 y el 18 de diciembre deben ser el arranque de un ciclo de movilización sindica en defensa de los derechos de la mayoría social trabajadora

Daniel Gismero/Mundo Obrero
El 15 de diciembre se darán, en el conjunto del Estado, movilizaciones en defensa de los derechos de la mayoría social trabajadora. Éstas servirán de calentamiento para una gran movilización unitaria el día 18 en Madrid. Las dos grandes centrales sindicales (CCOO y UGT) hacen este llamamiento al constatar que el gobierno establece tantos límites al diálogo que son imposibles de conciliar con las urgentes necesidades de la clase trabajadora.
Los y las comunistas, siempre hemos planteado que sólo desde la movilización continua y constante, se pueden preservar y aumentar los derechos que nos han sido arrebatados al calor de la gestión neoliberal de la crisis. En ese sentido, en la senda de la movilización social, siempre nos encontrarán para hacer frente a los grandes retos y necesidades que las clases populares tienen.
Por tanto consideramos un acierto enfocar el dialogo social a la ofensiva, ya que sólo desde una posición de fuerza conseguiremos no ir entregados a una negociación que, sin el necesario respaldo social está destinada al fracaso o a contentarse con las migajas que las élites privilegiadas estén dispuestas a dar.
Entendemos por tanto estas movilizaciones como el arranque de un ciclo en el que nos situamos a la ofensiva y que entronca perfectamente con las campañas de lucha contra la precariedad que se han puesto en marcha tanto desde Izquierda Unida como desde el propio Partido.
Desde el Partido Comunista de España, entendemos que los objetivos sindicales del dialogo social deben estar claros y en nuestra opinión pasa por utilizar éste como el único instrumento para conquistar derechos. La firmeza en la negociación y la movilización es la única forma de recuperar derechos y consolidar los que aún quedan.
Las sucesivas reformas laborales impuestas por los partidos del régimen no deben ser irreversibles y definitivas. Éstas han convertido a las organizaciones sindicales y comités de empresa en simples intermediarios de las decisiones empresariales. Han destrozando el mercado de trabajo, permitiendo la deslocalización y la desindustrialización y precarizando las condiciones laborales de los sectores relacionados con los servicios.
No podemos consentir que nuestras pensiones, las de nuestros mayores por supuesto, pero las futuras de nuestros jóvenes se pongan en peligro. Exigimos el mantenimiento del fondo público de pensiones con una cuantía digna y suficiente.
Queremos empleo digno y con derechos, pero mientras éste llega hay que garantizar que ninguna familia pase necesidades. En un país con casi 4 millones de desempleados, líder en precariedad y pobreza en Europa, es posible ser pobre trabajando. El 22% de los trabajadores españoles ganan menos de 300€; es un país que deja a su gente atrás. Exigimos las ayudas necesarias y suficientes para que los más castigados por la gestión de la crisis tengan garantizadas sus necesidades básicas.

Por tanto sobran motivos para la movilización, para defender las conquistas sociales conseguidas tras años de lucha y para volver a situar las necesidades de la clase trabajadora y el conflicto en el centro de la agenda social.

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