Los que permiten y toleran la existencia
de paraísos fiscales son cómplices de estos repugnantes hechos.
Estimadas
ciudadanas, estimados ciudadanos:
Jordi Pujol ha
confesado que posee millones de euros en paraísos fiscales. El ex-presidente de
la Generalitat
de Cataluña habría cometido siete delitos tipificados en nuestro ordenamiento
jurídico penal. Los siete delitos son: delito fiscal, cohecho, tráfico de
influencias, blanqueo de capitales, prevaricación, falsedad en documento
público y malversación de caudales públicos. La ciudadanía está conmocionada en
Cataluña y en España.
Uno de los
artífices de aquella modélica transición del 78, ha resultado ser un
delincuente que ha traicionado los intereses generales y la lealtad a Cataluña,
que gobernó durante años, y a España. ¡Qué equivocados hemos estado! Ahora
resulta que el Honorable es un pajarraco.
Cuentan que llegó
un turista japonés al aeropuerto del Prat de Barcelona y subió a un taxi, y le
dijo al taxista que lo llevara a ver la Sagrada Familia , y
el taxista lo llevó al domicilio de Jordi Pujol. Este chiste ilustra algo del
fondo, la familia en el sentido siciliano del término, la familia mafiosa.
Pujol habría sido, y aún sería, un jefe mafioso que junto con su familia habría
depositado dinero en paraísos fiscales y acumulado un capital aún sin precisar. Los paraísos
fiscales son la caja B del capitalismo, de los políticos corruptos, de los
deportistas de élite, de los narcotraficantes, de las grandes fortunas, de las
multinacionales. Son el escondrijo del dinero negro y criminal para no pagar
impuestos.
Los paraísos
fiscales deberían ser considerados y tipificados como crímenes contra la Humanidad. Si
tenemos en cuenta que la esperanza de vida ha bajado en estos cinco años de
crisis cuatro meses y una semana en España por los recortes de asistencia
médica en la dependencia, en la alimentación, en los cuidados básicos; habría
que investigar y señalar la complicidad de la Unión europea, el Fondo Monetario Internacional,
el Banco Central Europeo, el Banco Mundial, el G20, el Colegio de Comisarios,
los EEUU, y otros gobiernos. ¿Por qué no quieren acabar con los paraísos
fiscales? ¿Por qué los permiten y los toleran? La respuesta es sencilla, porque
ahí están los intereses que ellos representan, los intereses del gran capital.
En España quedan
aún investigaciones por realizar, se hizo un blindaje exprés de Juan Carlos I
cuando abdicó. Con un origen en su fortuna opaco, extraño, con personajes como
Prado y Colón de Carvajal, Javier de la
Rosa y Mario Conde administrándole sus recursos como Casa
Real. El New York Times pidió que se
investigara el origen de la fortuna del rey que podía alcanzar los dos mil
millones de dólares. Este asunto se ha planteado en el Parlamento y en la Fiscalía al tratarse de
una personalidad pública y relevante. Habría que recordar los discursos de
Jordi Pujol en el Parlament de Cataluña, planteando las balanzas fiscales. Lo
que aporta Cataluña a la
Hacienda Pública del Estado y lo que el estado aporta para
prestar los servicios esenciales a la Generalitat.
El patriotismo es
el refugio de los canallas, el fraude fiscal tiene hoy un gran reproche social
y ético, y sobre todo cuando lo cometen las personas que tienen encomendada la
obligación de combatir estas prácticas. Porque es como si ponemos a la zorra a
cuidar las gallinas. En España según datos oficiales el 86 por ciento de los
contribuyentes con ingresos anuales a diez millones de euros eluden sus
obligaciones fiscales, así como el 45 por ciento de los que ingresan entre un
millón y diez millones de euros. Los gobiernos decretan amnistías fiscales en
lugar de combatir el fraude fiscal.
El cobro de
comisiones por la adjudicación de obras públicas, el uso patrimonialista y
cortijero del poder, parapetarse después tras la bandera de los legítimos
derechos nacionales de Cataluña es una canallada. La extraordinaria fortuna de
Jordi Pujol, transacciones mercantiles entre España y 13 países: Andorra,
Suiza, Islas Caimán, Liechtenstein, Luxemburgo, Gabón, Croacia, Argentina,
Uruguay, EEUU, México, Francia y Reino Unido.
Treinta años de
corrupción a cambio de estabilización política a los gobiernos de España de
Felipe González y José María Aznar. Afloran en una época en la que vivimos
donde hay hambre, exclusión social, los trabajadores pierden derechos, se
recortan servicios públicos esenciales... Y aparecen los mafiosos que han
gobernado para saquear lo público y amasar fortunas con prácticas fraudulentas
y criminales. El caso de Pujol pone de manifiesto que habría que continuar la
investigación y ver el origen de fortunas que el pueblo tiene derecho a
conocer, a que sean transparentes.
Habría que
eliminar los paraísos fiscales y tener las listas de los titulares de cuentas
en estos paraísos. Si los capitales evadidos de España retornaran y pagaran sus
impuestos, España tendría superávit y en el mundo se acabaría con el hambre que
sufren mil millones de seres humanos.
Si hay voluntad
política los paraísos fiscales se suprimen en 24 horas. Estamos
desgraciadamente ante patriotas domingueros que ven que se ha cometido alta
traición, que los poderosos tienen patente de corzo y ni siquiera llevan ya,
físicamente como en el siglo pasado, sus dineros y sus metales preciosos, son
los bancos, en nuestras ciudades los que tiene las terminales en esos paraísos
fiscales.
Como decía Martín
Fierro: “La ley es una tela de araña, en
mi ignorancia lo explico, que no la tema el hombre rico ni el que manda, porque
la rompe bicho grande y enreda a los chicos.”
Antonio Romero Ruiz
Ex parlamentario
de IU, presidente de honor del PCA
Coordinador de la Red de municipios por la Tercera República.
No hay comentarios:
Publicar un comentario