La crisis
sanitaria, económica y social provocada por la pandemia del COVID-2019
(Coronavirus) en España está derivando en graves consecuencias para la vida de
la clase trabajadora en todo el país.
Debido a un
tratamiento mediático sensacionalista y alarmista, en el que prima la
posibilidad de hacer negocio mediante el morbo sobre la información veraz,
responsable y científica, hemos vivido episodios de pánico durante los últimos
días en todo el país, más aún desde el anuncio del cierre de los centros
educativos en algunas Comunidades Autónomas.
La prevención de riesgos de contagio y el
refuerzo del sistema público sanitario son medidas necesarias en momentos como
este, en los que las políticas de emergencia pongan en el centro la
garantía de los menores perjuicios para las clases populares. El sistema sanitario público debe tener a
su disposición todos los medios que aseguren el acceso universal a la salud, no
permitiendo intereses privados cuando está en juego la salud pública de las
capas populares.
No podemos
permitir que la situación de emergencia se consolide en una vuelta de tuerca
más a la precarización extrema de las condiciones laborales: la flexibilidad
laboral anunciada por el Gobierno central y los Gobiernos autonómicos se
traduce ya en varios EREs y ERTEs, en recortes de plantilla y en la
sobre-explotación de servicios de falsos autónomos como Uber Eats o Glovo…
además de la aplicación de otros paquetes de medidas de «conciliación» laboral
aplicadas por varias empresas (días de vacaciones forzosos, permisos no
remunerados, teletrabajo…) que normalizan los abusos patronales justificándose
en la situación excepcional y nos adentran en una crisis de cuidados sin
precedentes.
Para paliar
las consecuencias que en la juventud obrera tiene el cierre de centros
educativos, apostamos por que calendario académico se adapte a esta situación
excepcional, salvaguardando siempre los márgenes que las estudiantes necesitan
para preparar sus pruebas, perjudicando lo menos posible a las estudiantes de
todo el país.
Frente a la situación de emergencia que
atravesamos, desde la Juventud Comunista hacemos un llamamiento a la
organización popular, el apoyo mutuo y la salida solidaria a una crisis de tal
envergadura.
Solo las
soluciones colectivas, las redes construidas desde la base entre movimientos
sociales y la organización popular nos podrán permitir salir de esta situación
con el menor perjuicio para los intereses de nuestra clase.
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