Sira Abed Rego e Irma Blanco.
Equipo federal estrategias para el Conflicto Izquierda Unida
Mundo Obrero
Desde IU apostamos por un modelo
basado en energías renovables, descentralizado, de carácter público
y con control popular, que se ciña a las necesidades planificadas de
los territorios y de las gentes que los habitan.
Hace apenas unas semanas desde
Izquierda Unida y en colaboración con el PCE, lanzábamos la campaña
“Cambia de Bando!”, una propuesta para una acción política
colectiva de toda nuestra militancia. El principio: actuamos como
organización abandonando las compañías del oligopolio y dejamos de
financiarlas a través de nuestro recibo de la luz. Apostamos por
incorporarnos activamente a las cooperativas verdes que trabajan por
esa necesaria transición energética. Pasamos así, del dicho al
hecho.
En ese sentido proponemos un paso más
en la construcción colectiva de los procesos políticos, una apuesta
que supone una innovación en las formas de intervención de la
organización y que pretende marcar una nueva línea de trabajo que
nos permita acercarnos a la forma de Movimiento Político y Social, e
ir generando una base de trabajo sólida con otros movimientos
sociales y colectivos que trabajan por la transición hacia un nuevo
modelo energético.
Que esta campaña se haya centrado en
el marco de la lucha ecológica no es una cuestión menor. Izquierda
Unida tiene en el ecologismo uno de los ejes que sustentan las bases
ideológicas de su proyecto político. Y sin duda el modelo
energético supone uno de los ejes centrales de esta lucha. Desde IU
apostamos por un modelo basado en energías renovables,
descentralizado, de carácter público y con control popular, que se
ciña a las necesidades planificadas de los territorios y de las
gentes que los habitan.
Por supuesto, el modelo energético
actual es uno de las claves del desarrollo del modelo capitalista
que, en su lógica de acumulación, está acabando con la vida del
planeta e impidiendo el acceso universal de las capas populares y
trabajadoras a un bien básico para el mantenimiento de la vida como
es la energía, una energía que ha subido un 80% desde 2004 y que
representa la tercera más cara de Europa. Un ejemplo claro de cómo
se han desarrollado las relaciones de poder económico en nuestro
país en un recorrido histórico que comienza en el franquismo y
llega hasta nuestros días, en un sector que traza un paralelismo
magnífico de cómo se organizan a su vez las relaciones de poder
político que representan a estas elites económicas, con la dinámica
de puertas giratorias como máximo exponente al respecto.
El sistema de generación eléctrico en
España está centralizado en manos de 5 grandes compañías privadas
(Endesa, Iberdrola, Gas Natural, EDP y Viesgo) que son las que tienen
la capacidad de decidir, en función de sus intereses, qué y cómo
se produce la energía en el estado. Entre el 80% y el 90% del
mercado está en manos de las grandes operadoras, que también se
encargan de la distribución eléctrica.
Estas compañías han desarrollado un
modelo energético basado principalmente en el uso de combustibles
fósiles, contando además con la connivencia del bipartidismo para
legislar año tras año en función de sus intereses. El carbón, el
petróleo y el gas natural son las tres fuentes de combustibles
fósiles de las que dependemos principalmente para cubrir nuestras
necesidades energéticas, tecnologías sucias y peligrosas, apoyadas
por la nuclear (más peligrosa aún) y se usan sólo un 15% de
energías limpias y renovables, pese a la potencialidad que tenemos
en nuestro país para el uso de energías limpias y renovables como
la solar y eólica.
Es por ello que desde Izquierda Unida
decidimos volcar nuestros esfuerzos en trabajar por aglutinar
fuerzas, con otros actores sociales, implicando a nuestra gente para
forzar la necesaria transición energética que nos permita avanzar
hacia un modelo ecológicamente más sustentable. Somos conscientes
que queda mucho camino por recorrer por eso lanzamos esta propuesta
con la vocación de no dejar pasar ni un minuto más para comenzar a
dar la pelea por nuestros derechos, por la viabilidad del planeta y
por un modelo energético que universalice el acceso a la energía
como bien fundamental para la vida.
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