El Coordinador federal y portavoz parlamentario de Izquierda Unida en
el Congreso, Alberto Garzón, reprochó en la tarde del pasado miércoles, 31 de
mayo, al Gobierno de Mariano Rajoy “seguir fuera de la línea adecuada” con su
proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017, que ese día
fueron aprobados y pasan al Senado para seguir su tramitación. Garzón resumió
su crítica dejando claro que “este país no tiene un problema de gastos, sino de
ingresos” y mientras el PP siga al frente del Ejecutivo no se podrá solucionar.
El máximo responsable de IU hizo esta valoración durante el debate en
el Pleno de la Cámara Baja de la sección correspondiente al ‘Estado de
Ingresos’, que contempla las previsiones del Ejecutivo sobre esta materia y
donde no se presentan enmiendas concretas, sino que da pie a hacer un debate de
mayor calado político.
En esta línea, Garzón exigió “otra forma de actividad económica y
fiscal” para poder enfrentar de forma real la crisis existente. Valoró que hay
“dos formas de observar los ingresos, cualitativa y cuantitativa” y para
demostrar gráficamente los graves errores que se cometen recordó que mientras
en 2007 los “impuestos directos soportaban el 60% del peso” en las cuentas
públicas, este año “se han reducido hasta el 52,5%. Esto supone un incremento
de la injusticia fiscal, de forma que son las clases populares quienes
sostienen buena parte del Estado social y del bienestar”.
El también portavoz de Hacienda del grupo confederal de Unidos Podemos
explicó a los escaños del PP y de sus socios de Ciudadanos que “como no estamos
de acuerdo con estos Presupuestos es por lo que hemos presentado enmiendas”
para intentar cambiarlos y conseguir más dinero para políticas sociales.
Con el mismo espíritu constructivo que en su intervención del pasado
lunes, pero endureciendo el tono de crítica, recordó a las filas del partido de
Albert Rivera que “pese a no querer entendernos” traten de comprender que
determinadas enmiendas que se plantean buscan conseguir “un debate
parlamentario con mayúsculas”, pese al obstruccionismo del partido que,
supuestamente, quería regenerar la vida política y su voluntad por “hurtar el
debate político”.
Alberto Garzón llegó a afear la “retórica bastante chulesca” de alguno
de los diputados de Ciudadanos por “etiquetar las propuestas de algunos como
‘chapuza’” y les reprochó que “ustedes con su retórica excluyente quieren
hurtar el debate de qué modelo fiscal necesita este país”.
Dirigiéndose al ministro Cristóbal Montoro, recordó que hace unos años
éste le reconoció que “las grandes empresas pagan el 5% en impuestos… 6% me
indica el señor Montoro, parece que ha subido algo… pero sigue siendo una
nimiedad en comparación con lo que pagan los trabajadores. Es un tipo efectivo
ridículo”.
Garzón concluyó su intervención con dos críticas demoledoras. En
primer lugar, reconoció que no pueden sorprender las ideas plasmadas en estos
PGE por el PP “viniendo del mismo partido que aplicó una amnistía fiscal a la
que se acogieron los principales delincuentes fiscales de este país” y por la
que la mayoría de sus beneficiarios “pagó menos de un 3%” del dinero
regularizado.
En segundo lugar, recurrió al caso conocido ayer del fiscal jefe
Anticorrupción, Manuel Moix, y su porcentaje en una sociedad patrimonial con
sede en Panamá, para interrogar sobre “qué tipo de persona se abre una cuenta
en un paraíso fiscal. Eso va asociado a la delincuencia organizada”, sin entrar
a valorar sobre la legalidad o no de la actuación del alto cargo del Ministerio
Fiscal. “Es un símbolo más de un sistema que se está pudriendo”.
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