La composición de la Mesa
supone el cese de la actual dirección. La diputada en el grupo parlamentario
confederal de Unidos Podemos será la máxima autoridad del Partido hasta el
nombramiento del nuevo Comité Central, el próximo domingo
El Partido Comunista de Andalucía (PCA) ha arrancado esta tarde su XII
Congreso que celebra este fin de semana en la localidad granadina de Albolote y
donde se dan cita los 300 delegados y delegadas que lo conforman. El Congreso
se ha iniciado con la elección – por unanimidad – de la mesa que dirige sus
trabajos y que ha proclamado presidenta de la misma a Eva García Sempere,
diputada malagueña de Unidos Podemos en el Congreso.
En la vicepresidencia le acompaña Juan Francisco Arenas de Soria, Secretario
Político provincial del PCA en Granada y anfitrión del encuentro. En cuanto a
las dos secretarías de la Mesa se sitúan el nuevo Secretario provincial de
Huelva, Rafael Sánchez Velo y la jienense Ana Manuela Jiménez.
Con la elección de la Mesa del Congreso cesa automáticamente el actual
Comité Central del PCA y su dirección por lo que García Sempere – desde la
presidencia del cónclave – asume la dirección del Partido hasta el domingo,
cuando sea elegido el nuevo Comité Central y su Secretario general.
En esta primera jornada
ha intervenido el hasta ahora Secretario general, José Manuel Mariscal, presentando el Informe de Gestión a las delegadas y delegados que participan en
este importante evento del comunismo andaluz y posteriormente los han hecho los/as
portavoces de las delegaciones sobre el Informe del Comité Central saliente así
como de la UJCE-A para mañanaa primera
hora proceder a la votación del mismo y seguidamente al debate de las enmiendas
a los documentos de este XII Congreso, ‘Unir las luchas: reconstruir la
conciencia de clase’ y el documento ‘La Revolución Organizativa’.
El Comité Central saliente
elegirá el domingo al nuevo secretario general
El Partido Comunista de Andalucía (PCA) celebra este fin de semana su
XII Congreso en la localidad granadina de Albolote donde se darán cita los 300
delegados y delegadas que lo conforman. El Congreso arrancará este viernes con
la composición de la Mesa que dirige sus trabajos y cuya elección supone el fin
del mandato de la actual dirección.
A continuación el secretario general saliente, José Manuel Mariscal,
defenderá su informe de gestión que se someterá a votación, previa intervención
de los ocho secretarios políticos provinciales y de la secretaria general de la
Unión de Juventudes Comunistas de España en Andalucía.
El sábado comenzarán los principales debates de los documentos de
tesis políticas y organizativas. No se somete a debate – sin embargo – los
Estatutos del PCA, que quedarán pendientes de una posterior conferencia
política a celebrar una vez que el PCE haya celebrado su XX Congreso.
No será hasta las 19 horas del sábado, y una vez que hayan acabado los
principales debates, cuando se conozcan las candidaturas presentadas al Comité
Central que, en todo caso, serán defendidas y votadas ya en la jornada del
domingo. El Congreso se clausurará con la conformación del nuevo Comité Central
que, allí mismo, mantendrá su primera reunión para elegir al nuevo secretario
general del Partido Comunista de Andalucía.
300 delegadas y delegados conformarán ese cónclave, de los que 30 son
miembros natos y 10 de la UJCE-A. El resto serán elegidos por sus provincias:
56 de Córdoba, 54 de Sevilla, 38 de Málaga, 31 de Granada, 30 de Cádiz, 28 de
Jaén, 12 de Almería y 11 de Huelva.
El principal documento a debate se titula ‘Unir las luchas:
reconstruir la conciencia de clase’ y expone la nueva realidad de la clase
trabajadora de Andalucía, los retos de la unidad de clase, el papel de
Andalucía en la geopolítica internacional y europea, la posición sobre la UE y
el euro y la construcción del bloque político-social para la revolución
democrática en Andalucía.
Las tesis organizativas, articuladas en el documento ‘La Revolución
Organizativa’, replantea el papel de la militancia y de sus agrupaciones en el
Partido priorizando el trabajo en frentes de lucha y la redefinición y
reestructuración de los órganos de decisión del Partido.
El secretario general saliente, José Manuel Mariscal, ha indicado que
concluye su mandato tras siete años en los que “la realidad política y social
de este país y de Andalucía han cambiado notablemente”. “De alguna manera, se
ha terminado de consumar la revolución neoliberal y eso en España se ha
expresado en las políticas que se han ido desarrollando a lo largo de la
llamada crisis”, ha indicado.
Con ello, los comunistas andaluces “hemos sabido mantener viva la
llama de la revolución en condiciones muy difíciles, con discursos como la
necesidad de nacionalizar los sectores estratégicos, de defensa de los derechos
laborales, del sector público, en una época en la que parecía que lo privado
era más eficiente”.
Para Mariscal, el XII Congreso del PCA se celebra cuando “se está
realizando una operación de la restauración el edificio del régimen el 78” y
por ello, el análisis que hacen los comunistas en este cónclave es “que es
imposible reformar este régimen y que hay que romper” y para ello es
imprescindible que la clase trabajadora “adquiera la conciencia de que es un
sujeto político con capacidad de transformar la realidad”.
Por tanto, lo que está sobre la mesa en este Congreso es “cómo el
Partido se fortalece y recupera sus competencias” con el objetivo de
“contribuir con su mejor tradición” a la constitución de un bloque social y
político en Andalucía “que consiga dar respuesta al peronismo rociero de Susana
Díaz”.
Porque, según señala el secretario general saliente, la alternativa en
Andalucía a Susana Díaz, “no puede venir por la derecha, sino de la unidad de
las fuerzas políticas, sociales y sindicales para construir una alternativa de
izquierdas”. “Es un reto político de verdad el que los comunistas tenemos por
delante y no nos podemos permitir jugar a las casitas en nuestro Congreso”, ha concluido
Mariscal.
El Coordinador federal de IU interviene en el acto organizado por
Unidos Podemos en el Congreso para homenajear al antifranquismo en el 40
aniversario de las primeras elecciones democráticas de 1977 y apunta que “todos
los derechos sociales, civiles y económicos que disfrutamos no cayeron del
cielo ni fueron concedidos, fueron arrancados por quienes habían luchado en las
calles”
Alberto Garzón, en nombre de Izquierda Unida, se ha comprometido hoy
ante destacados/as representantes de quienes lucharon contra el franquismo “con
un coste altísimo” a que esta organización, al igual que el PCE, “continuará
esa lucha para mejorar esta democracia de mínimos”.
El Coordinador federal de IU hizo esta solemne declaración de
intenciones durante el emocionante acto organizado en dependencias
parlamentarias por Unidos Podemos para homenajear a los/as luchadores
antifranquistas, con motivo del 40 aniversario de las primeras elecciones
democráticas de 1977. Este reconocimiento tuvo lugar una hora y media antes de
que comenzara el otro acto oficial organizado por el Congreso para conmemorar
esos mismos comicios y la Constitución de 1978, que han presidido los reyes.
“Somos conscientes -aseguró el máximo responsable de IU- de que la
democracia no es un instrumento neutral, es una conquista que se produce
después de mucho esfuerzo. No podemos concluir que hubo unos ‘padres de la
democracia’ que un buen día decidieron concedérsela generosamente al pueblo,
sino que es el resultado histórico de un pueblo que se movilizó contra la dictadura
con un coste altísimo”.
Explicó que ese coste “se produjo en el marco no sólo de la dictadura,
sino también de la llamada transición. Algunos consideramos que no fue
modélica, ni mucho menos, y que no sólo tuvo un clima particular sobre el que ya
se ha hecho referencia, sino que también implicó centenares de muertos
asesinados por parte del Estado, por grupos paramilitares y de extrema derecha
que lo que hacían eran cercenar las posibilidades de construir una democracia
en condiciones”.
Alberto Garzón destacó que “nuestros padres, madres, abuelos y abuelas
hicieron todo lo posible para traer la democracia y la correlación de fuerzas
fue la que fue. Nadie puede negar ningún tipo de esfuerzo a las generaciones
anteriores, todo lo contrario, lo único que nos queda es ese reconocimiento.
Pero somos conscientes de que continuar esa lucha significa continuar mejorando
todo lo que esta democracia de mínimos, esta ‘democracia falsa’ a la que hacía
referencia Julia en un principio, tiene que mejorar”.
Hacía así referencia a Julia Hidalgo, luchadora antifranquista e
histórica militante del PCE y del MDM, que también tuvo una sentida
intervención en el acto, en la que denunció que la “impunidad franquista campa
a sus anchas” a día de hoy, sin que se hayan alcanzado las cotas de democracia
que pretendían muchos/as de quienes pagaron con su vida, con torturas o con la
cárcel sus esfuerzos.
Garzón, al que acompañaban los/as diputados/as y senadores/as de
Izquierda Unida, además de parlamentarios/as del grupo confederal y de otras
formaciones, vestía al igual que sus compañeros/as de formación una camiseta
blanca. Él mismo se encargó de explicar que “la camiseta que algunos llevamos
hoy dice ‘El hilo rojo de la democracia’, con una imagen de Alberti y de La
Pasionaria. Lo hacemos por dos motivos: primero porque creemos que todos los
que estamos aquí nos sentimos herederos de las luchas, de los principios y
valores que os movieron a enfrentaros a retos muchos más difíciles de los que
nosotros estamos enfrentando a día de hoy, porque implicaban la posibilidad de
ser reprimidos o asesinados, y porque necesitamos proyectar esa lucha que
ustedes y vosotros/as llevasteis en el pasado hacia el presente y hacia el
futuro”.
“Eso es lo que con toda humildad estamos tratando de hacer
-apostilló-, con aciertos y con errores, pero sintiéndonos parte de la historia
de la democracia en este país, que es la historia de quienes lucharon para
construir la democracia y no para impedirla, como ocurría con los dirigentes
del franquismo.
Apuntó también que “en segundo lugar porque, derivado de ello,
llegamos a la conclusión de que todos los derechos sociales, civiles y
económicos que disfrutamos generaciones posteriores no cayeron del cielo ni
fueron concedidos, fueron arrancados por quienes habían luchado en las calles
precisamente enfrentando esos retos a los que hacía referencia”.
Para Garzón, “no sólo se trata de la memoria, sino que se trata de
entender el presente. Es imposible entender a Martín Villa en este Congreso o a
las redes oligárquicas de este país sin entender lo que fue realmente la
transición, sin entender que ese no fue sólo el olvido de los delitos, sino
también el olvido de cómo una oligarquía construyó una estructura de poder que
se mantiene intacta en los días actuales”.
Recordó que “las grandes fortunas de nuestro país que hoy manejan los
hilos de la democracia, de la mal llamada democracia, son las mismas familias,
los mismos apellidos, las mismas personas en muchos casos, que tenían ese mismo
poder durante la dictadura. Creemos que para transitar hacia una democracia de
verdad, en el sentido de recuperación de la memoria y de vigencia efectiva de
derechos sociales y económicos, es necesario cuestionar la estructura de
poder”.
“Pero que no se nos olvide -advirtió-, cuestionar la estructura de
poder en este país es cuestionar también la transición española tal y como se
hizo de forma efectiva. Por lo tanto, nosotros no podemos compartir el acto
oficial tal y como se ha presentado, en el que se ignora una parte de la verdad,
probablemente la parte más importante, que es la de vosotros y vosotras, la de
quienes habéis traído verdaderamente la democracia. Vuestros anhelos, vuestros
sueños, los llevamos con nosotros y los vamos a seguir llevando hacia el
futuro”.
Alberto Garzón concluyó su emocionada intervención asegurando que “lo
único que podemos decir aquí es ‘Gracias’, en nombre del grupo y,
particularmente, en nombre de Izquierda Unida y del PCE. Vamos a continuar
vuestra lucha, porque sin ella este mundo sería mucho peor; gracias a vosotros
y a vosotras este mundo no es tan malo como algunos de aquellos a los que se va
a poner la medalla les hubieran gustado”.
En julio se conmemora el cuarenta aniversario de la constitución de la
primeras Cortes elegidas libremente tras cuarenta años de dictadura. A pesar de
las contradicciones y carencias del proceso de reforma que posibilitó las
elecciones del 15 de junio de 1977 y los efectos de una durísima crisis
económica se vivía un momento de ilusión en la mayoría de la población.
Se esperaba que muchas cosas cambiaran y que el País se encaminara a
un sistema democrático y socialmente avanzado que permitiera la reconciliación
nacional tantos años defendida por el PCE.
En ese momento el PCE, desde su responsabilidad y siendo consecuente
con su estrategia de Reconciliación Nacional aportó mucha generosidad en la
creencia de que la superación de las heridas producidas en la guerra y en los
40 años de dictadura, abriría el camino para la mejora en las condiciones de
vida de la clase obrera y capas populares y en la reparación de los crímenes
cometidos por el franquismo. Sin embargo esa generosidad responsable del PCE
(que le llevó a sentarse junto a quienes habían sido sus verdugos) no se vio
reflejada ni en las medidas que tenían que haber hecho justicia a las víctimas
del franquismo, ni en las que tenían que haber mejorado las condiciones de vida
de quienes sufrían las consecuencias de la crisis.
La realidad es que pasados cuarenta años, no se ha producido
aclaración de la verdad de lo ocurrido en la dictadura, ni justicia para las
víctimas, ni mucho menos reparación de los daños causados. Tampoco se ha
avanzado, todo lo contrario, en la construcción de un estado social,
democrático y de derecho y hoy vemos cómo las consecuencias de la crisis la
siguen pagando los trabajadores y trabajadoras, mientras que los oligarcas,
herederos de los que promovieron el golpe de estado contra el legítimo gobierno
del Frente Popular siguen aumentando su tasa de beneficio.
Nuestro Camarada Marcos Ana decía, muy gráficamente, que para pasar
una página (en este caso serían 40 años de páginas) primero había que leerlas y
ponerlas en valor, y las fuerza del sistema lo que querían era borrarlas
primero y reescribirlas después, por eso él no pedía ni venganza ni ajuste de
cuentas, sino VERDAD, JUSTICIA y REPARACIÓN, porque pasados los años la
reconciliación que planteaba el PCE no significaba de ninguna manera una excusa
para cambiar la historia.
En 1996, anunciamos, que ante la falta de cumplimiento por parte de
los partidos del régimen de los aspectos más sociales de la Constitución y su
afán expoliador y privatizador de los recursos de todos y todas los ciudadanos
y ciudadanas, dábamos por roto el consenso constitucional. Por lo tanto, entre
otras cuestiones, asumíamos la Republica Federal como modelo de estado y de
gobierno en beneficio de los intereses de la clase trabajadora y de la mayoría
social de este país.
Desde el PCE, que se siente orgulloso de su historia y reivindica la
memoria de quienes dieron lo mejor de sí mismos, incluso la vida por la
justicia social y la democracia, una vez más denuncia: que fueron frustradas
las esperanzas y que su generosidad responsable fue aprovechada para generar un
nuevo régimen que mantuvo el control de los poderes económicos, judiciales y
militares en manos de los herederos del franquismo, incluso en muchos casos con
los mismos apellidos.
Quienes cuarenta años después tratan de manipular esa historia heroica
del pueblo español con la tentativa de ejecutar un nuevo engaño por el que se
intenta hacer una nueva transición para conseguir el Pacto de Estado que cambie
algunas cuestiones para que sigan mandado los de siempre y en la que se vuelve
a pedir generosidad y confianza a la izquierda sin haber cerrado siquiera los
temas pendientes de la primera transición sólo cuentan con nuestro desprecio.
Para nosotros y nosotras comunistas el futuro pasa por la apertura de un
periodo constituyente en el que podamos defender los principios republicanos de
paz, solidaridad y justicia, democráticos avanzados, y sociales.