Este
domingo se cumplieron cinco años del 15-M, ese estallido de indignación que
sacó a las calles a miles de personas, primero en la Puerta del Sol de Madrid y
pronto por toda España. Miles de personas, hasta entonces resignadas con un
sistema político y económico que recortaba sus derechos sociales y libertades
en un clima de corrupción generalizada, pasaron primero a la indignación
expresada en el lema “No nos representan”, y después a la ilusión de la
rebeldía del “Sí se puede”.
El
15-M no surgió de la nada, lo hicieron posibles otros movimientos sociales ya
existentes, fundamentalmente la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, o las Mareas”
surgidas contra los recortes en la sanidad o la educación.
El
15-M tuvo un impacto evidente en el panorama político español: las conquistas
de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Ferrol (entre otras) por
las llamadas “candidaturas de confluencia” no hubieran sido posible sin el
15M.
Este
quinto aniversario del 15-M ha venido a coincidir con unas elecciones generales
en las que, por fin, ha fraguado la unidad popular que expresa el acuerdo de
coalición “Unidos Podemos” entre Podemos, Izquierda Unida, Equo, las
Confluencias. Una alianza que puede cambiar profundamente el panorama político
español, y vencer al Partido Popular en el gobierno.
Cinco
años después, el 15-M ha cristalizado en una alternativa real de gobierno para
nuestro país: para la clase trabajadora precarizada y con salarios míseros;
para la juventud sin futuro y emigrante; para las familias que han perdido o
pueden perder sus casas; para autónomos y pequeños empresarios que lo han
perdido todo; para pensionistas que
tienen que sostener a sus familias. Una alternativa de gobierno que recupere la
sanidad y la educación pública, los servicios sociales y la dependencia.
El
15-M hace posible hoy un gobierno que defienda unas condiciones de vida y
trabajo dignas para la inmensa mayoría.
(Publicado
el lunes 16 de mayo, en la columna "el ala izquierda de la Casona"
del diario Viva Málaga)
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