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domingo, 27 de febrero de 2022

Francisco Espinosa Jiménez. En su memoria


Pedro Moreno Brenes

Presidente de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido por la Memoria Histórica de Málaga y Profesor titular de la Facultad de Derecho de la UMA
Mi columna de hoy en el diario Sur
Paco era una persona de la que se puede decir que conocerla ha sido una de las grandes cosas que te brinda la vida. Tenemos los dos similares orígenes políticos, el glorioso Partido Comunista de España, al que, con sus grandezas y con sus miserias, nadie que respete la verdad podrá negar que fue la organización política que, con diferencia, más lucho contra Franco y sus secuaces, dejando por medio miles de militantes muertos, encarcelados y torturados, miles de seres humanos a los que les rompieron la vida, a ellos y a sus familias. Compartimos otra triste coincidencia, los sublevados contra la República dejaron a mi padre huérfano con 12 años. Paco no pudo conocer al suyo, se lo quitaron y dejaron viuda a su madre embarazada. Estos asesinos querían negarle el futuro, pero no pudieron con un ser humano excepcional que, trabajando desde niño, paso del campo a celador en el Materno, y por medio, obrero de la construcción. En todo ese tiempo Paco nunca abandonó un hábito que fue seña de identidad para él, leer y aprender muchísimo, gracias al cual nos pudo dejar lo mejor de sí mismo, sus escritos y su ejemplo de persona honesta, inteligente y buena.
Jubilado, Paco no se dedicó a la holganza bien ganada tras años de trabajo. A principios de este milenio el Cementerio de San Rafael de Málaga, cuyas tapias fueron testigo de noches de sangre, dolor y carniceros fascistas que masacraban sin piedad, estaba destinado a convertirse en un parque de cuyas entrañas nunca saldrían los restos de miles de fusilados, condenados al olvido por la indiferencia de algunos. Paco Espinosa comenzó organizando la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Memoria Histórica (que hoy me honro en presidir), con otros familiares de represaliados, y con muchas horas de investigación en archivos y la eficacia de su educación exquisita combinada con la constancia del que le asiste la razón, logró el consenso de las Administraciones para los trabajos de exhumación en San Rafael, proyecto que ha servido de ejemplo para demostrar que la ausencia de sectarismos y la limpieza de intenciones son los mejores instrumentos para convertir la Memoria Democrática en una causa común de personas e instituciones en nuestro Estado de Derecho.
Esta, querido Paco, es la grandeza de la democracia por la que tú padre, mi abuelo y millares de demócratas dieron la vida. Sin rencor, sin odio, pero sin un gramo de olvido y con toneladas de dignidad, hemos convertido el homenaje a los caídos por la libertad en un referente moral donde se miren las nuevas generaciones. Nos has dejado tras cruel enfermedad, pero honraremos siempre tu memoria (y confío que eso se refleje en un reconocimiento institucional), aportando nuestro grano de arena por una España libre, próspera, culta y fraternal. Nuestro futuro siempre necesitará de tu recuerdo y el de todas las personas de bien, pensaran como pensaran.

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