En el último día de marcha, somos unas 140 personas. Similar a la primera semana de marcha entre Málaga y Granada. El récord fue el domingo pasado, en la etapa Almuñécar-Salobreña, donde hicieron la marcha más de 300 personas, que, en destino se convirtió en una manifestación de 800 personas. Desde el lunes 7, la media ha sido de 100, hasta éste sábado 12 de febrero, que, al llegar a Almería, se ha convertido en una manifestación de 300 personas, que han recorrido el centro de la ciudad, hasta llegar al destino clásico, el monumento erigido, cerca del puerto, en honor a los almerienses muertos, en el campo de concentración nazi de Mauthausen. 252 republicanos almerienses, estuvieron allí recluidos, y 142 de ellos no lograron sobrevivir al infierno. En su honor, en 1999 se inauguró el monumento, que recibió en 2012 la consideración de Lugar de Memoria Histórica de Andalucía. En él reposan las cenizas de Antonio Muñoz Zamora, último superviviente almeriense de Mauthausen; identificado con el número 90.009, pesaba 29 kilos, cuando el campo de concentración fue liberado por las tropas aliadas.
En el trayecto de Roquetas a Almería, ya hemos escuchado más gritos hostiles, tipo viva España o viva el Rey, los más frecuentes, y algunos, viva Franco, o viva Vox. Pero, los gritos de aliento y apoyo, han seguido siendo más numerosos. Especialmente gratificante ha sido el gesto de una señora mayor, de aspecto humilde, que se ha acercado a la cabeza de la marcha y nos ha cantado, con música del himno de Riego, la estrofa popular adaptada por ella que decía: “Si la reeeina supiera, la paliza que le vamos a dar, estaría tol día gritando, libertad, libertad, libertad”. Desde aquí mandamos un mensaje, de alguna manera homenaje, al compañero Antonio Romero, malagueño que fue una vez el diputado más joven del Congreso, para decirle que, al menos, en nuestra percepción del clima de la calle, el apoyo a la República sigue creciendo, y que el esfuerzo y la lucha de toda su vida, rinde sus frutos.
En la marcha de hoy, hemos podido rescatar de la oscuridad, otra de las historias personales de la Desbandá. Se trata de la de una de las compañeras francesas que ha hecho toda la marcha. Se llama Jeannete, pero cuando le preguntamos su nombre, sin saber todavía, si habla bien el castellano, nos contesta, en perfecto malagueño, que se llama Juanita Reina. ¡Anda! como la cantaora, tenemos que contestarle. Su familia participó en la huida de la Desbandá, saliendo del pueblo malagueño de Colmenar. De allí, salió su abuela, su madre con un bebé de 6 meses, y dos hermanos jóvenes de su padre, uno de ellos con 16 años. Su madre llegó hasta Barcelona, donde el bebé murió 3 meses después. Cuando cayó Barcelona y se inició el éxodo hacia Francia, su madre regresó a Colmenar, en Málaga. Mientras, su padre, que había estado peleando con las tropas republicanas, pasó la frontera y acabó en el campo de concentración francés de Argelès-sur-Mer, donde encontró a su hermano, el chico que había salido con 16 años de Colmenar. Ambos salieron del Argelés aceptando las ofertas que le hicieron en Francia. Su padre, un trabajo de minero que poco después, con el inicio de la guerra mundial y la ocupación de Francia por Alemania, cambió por su participación en el Maquis francés. Su hermano, el tío de 16 años de Juanita, para salir de Argelés se alistó en la Legión Extranjera francesa.
Una vez liberada Francia, los republicanos españoles que habían peleado junto a los franceses, intentaron entrar en España por los Pirineos y crear las condiciones, para que una vez derrotados, el nazismo alemán y el fascismo italiano, se pudiera acabar con el nuevo estado franquista. Durante 10 días, en octubre de 1944, los republicanos ocuparon parte del Valle de Arán, comarca del Pirineo catalán fronteriza con Francia, aunque no consiguieron tomar Viella, la capital de la comarca.
El padre de Juanita estuvo en la ofensiva republicana, que fue derrotada por la superioridad militar de las fuerzas franquistas y porque ni Francia, ni los aliados occidentales, se planteaban seguir la guerra contra la España fascista aliada a Hitler y Mussolini. De regreso a Francia, el padre de Juanita, estuvo durante varios años, viendo la manera de reunirse con su mujer. Finalmente, después de doce años de separación, la madre de Juanita, consiguió entrar clandestinamente en Francia, en una barca de pesca, por la zona vasca de Irún, apoyada por el movimiento guerrillero republicano todavía activo. Tras la reunificación de sus padres, nació Juanita, que muchos años más tarde, y sobre todo, a través del hermano menor de 16 años de su padre, que frecuentemente le hablaba, se enteró de toda la historia de sus padres, incluyendo la huida de la Desbandá. Juanita vino a la vida gracias a la lucha, a la resistencia y a la voluntad de sus padres, de sobrevivir al franquismo.
Cuando la marcha entra en Almería, con el puerto pesquero a su derecha y el barrio de la Chanca a su izquierda, recibe el recibimiento habitual de gente de personas de ideología comunista, socialista, anarquista, republicana, demócrata, gente que se reconoce heredera del Frente Popular. La manifestación, con una banda de música al frente, atraviesa el parque Nicolás Salmerón, (que fue presidente almeriense de la 1ª República, y pasó a la historia porque decidió dimitir antes que firmar sentencias de muerte para seguidores del movimiento cantonalista) y la zona más céntrica de Almería, para llegar al monumento a los presos de Mauthausen. La banda de música va tocando el himno del Club de la Desbandá, “Carretera de Almería”, con música de la popular asturiana “Santa Bárbara Bendita” y la gente va cantando. Es la canción más repetida, aunque también se interpretan otras canciones populares, y republicanas como el Pino Verde, Bella Ciao, A las Barricadas y otras.
En el acto final, donde se reconoce con diploma a tod@s l@s personas, que han realizado la marcha íntegramente, desde Málaga a Almería, hay varias intervenciones institucionales. Se recalca el papel de la mujer en la huida de la Desbandá, por parte de Martirio Tesoro, Lola Sierra, y Toni Morilla (Directora del Instituto de la Mujer). Saludan, con cariño y admiración a la marcha, Natalia Glaven y Rita Scapinelli, representantes de la Izquierda Europea. Y Fernando Martín (Secretario de Estado de Memoria Democrática) explica el proyecto de la nueva Ley de Memoria Histórica del gobierno de coalición de España.
Hay también en el acto, una nueva denuncia de los honores que se le siguen rindiendo al asesino de guerra, General Queipo de Llano, a quien no solo se le venera en la Basílica de la Macarena. Ángeles Bueno explica, como el micrófono desde donde arengaba por radio Sevilla, a la violación de mujeres y al asesinato de hombres, está expuesto en el Museo Histórico Militar como una reliquia, sin que se explique, el uso sádico del que hizo uso. En relación a su figura, Silvia Delgado, una de nuestras compañeras de la Desbandá recita el siguiente poema:
“Gonzalo Queipo de Llano, criminal y traidor partes iguales. Hombre a medias, porque para ser completo se necesita pecho tibio y no sólo sangre fría. Para ser entero, de una pieza, un hombre debe contar la pena y vivirla, debe sentir el luto, debe temblar de pánico a solas con su conciencia. Pero tú sólo te supiste reír de las mujeres violadas que suplicaban una muerte rápida. Sólo supiste tener el gatillo fácil y la verborrea de quien es un asesino y le gusta que lo sepan, sólo sentiste latir el corazón de prisa cuando viste que era obra tuya el sudario colosal que tejiste en toda Andalucía. A medio parir tu raza, un chacal, una bestia. Un apóstol de la infamia. Qué mala suerte ser hombre y compartir contigo esa desgracia. Miro de frente tu estirpe de vesania y la escupo mil veces por cada crimen, mil veces por cada cuerpo, mil y una veces por cada infancia reventada a golpe de culata. Maldigo tu hombría de eunuco, tu nombre, tu puñado de huesos, tu cruz y tu Semana Santa. Maldigo a todos los que hoy veneran tus hazañas. Deseo que los rezos que hacen a los pies de la Virgen que bendice tus matanzas revienten en la tumba donde yace el ser más vil que parió matriz alguna”. El año que viene, sin duda, se realizará la VII Marcha de la Desbandá por la carretera de la muerte desde Málaga a Almería.