Secretaría de la Mujer
Por desgracia en el caso de Juana, y de “todas las Juanas”, estamos
visibilizando una doble victimización. La mujer que, con todo el esfuerzo que
conlleva separarse de su maltratador y con el miedo a denunciar que va siempre
unido a los casos de violencia machista, se encuentra desamparada ante quienes
deberían protegerla.
Juana está siendo un caso paradigmático por su repercusión mediática,
pero son cientos de mujeres que se enfrentan a situaciones similares: la
indefensión ante la justicia patriarcal, que está lejos de ser ciega.
Desde el PCE queremos mostrar nuestra más absoluta solidaridad con
Juana Rivas y con todas esas “Juanas” que cada día tienen que defender a sus
hij@s de la justicia patriarcal.
La justicia no es un ente abstracto, como no lo son los mercados o los
gobiernos. Las leyes son una herramienta diseñada e interpretada por personas
y, como tal, están sometidas a la subjetividad y al peso cultural de las mismas.
La ideología dominante determina qué es justo y legal y, como no podemos obviar
que mayoritariamente nuestra sociedad es machista, esto se traduce en una
justicia diseñada para mantener el statu quo de las relaciones de género. Y la
situación de Juana, de “las Juanas”, refrenda esta realidad.
Aunque no es políticamente correcto reconocerlo, todavía se mantiene
el prejuicio de que la violencia de género (concepto legal) es contra la mujer
en particular que lo sufre. Algo entre el maltratador y la maltratada. Porque
el maltratador “era tan amable en el ascensor”, “era un buen vecino”… era buena
persona (salvo con la mujer con la que convivía). Hacemos una separación entre
el hombre-maltratador de su pareja, y el hombre-padre. Como si fueran dos personas
diferentes. Era un buen vecino, así que puede ser un buen padre. Un “buen
padre” que ha creado situaciones de terror en el hogar, donde también viven sus
hij@s. Ha golpeado y humillado a la madre de esas criaturas, sin importarle el
estado en el que luego ella tenía que hacerse cargo de la crianza. Ha
construido un hogar sobre unos valores de desprecio a la mujer. Un “buen padre”
que, cuando ha tenido la oportunidad, no se ha molestado en crear un entorno
seguro y estable donde pudiesen crecer es@s hij@s. Hij@s que, tras la
separación, siguen siendo una herramienta para hacer daño a la mujer, con el
apoyo de la justicia (y de parte de la sociedad). Su odio machista es superior
a cualquier amor paternal.
Por desgracia en el caso de Juana, y de “todas las Juanas”, estamos
visibilizando una doble victimización. La mujer que, con todo el esfuerzo que
conlleva separarse de su maltratador y con el miedo a denunciar que va siempre
unido a los casos de violencia machista, se encuentra desamparada ante quienes
deberían protegerla. La ley de violencia de género no recoge la retirada de la
custodia a los padres maltratadores, así que, pese a haber sobrevivido ella a
esa situación, ve en peligro a sus hij@s (cuando no ella misma, teniendo que
llevarlos al punto de encuentro familiar, donde se cruzará con su maltratador).
Cuatro menores han sido asesinad@s por sus padres en lo que va de año. ¿Cómo
podemos pedirle a una madre que entregue a sus hij@s a un hombre que sabe que
puede usarlos para hacerle daño, que sabe que puede golpearlos y humillarlos
como hizo con ella? ¿Dónde está la protección a la infancia? ¿Quién se preocupa
del bienestar y la seguridad de es@s menores? El deseo del hombre adulto está
por encima del interés del menor. Adultocracia.
Estos días, gracias al ejemplo de Juana, estamos viendo cómo se pone
en cuestión a la justicia machista y se están tejiendo redes sociales de
protección cuando las redes oficiales nos fallan. Porque, como decía el Che,
“la solidaridad es la ternura de los pueblos”.
Juana está siendo un caso paradigmático por su repercusión mediática,
pero son cientos de mujeres que se enfrentan a situaciones similares: la
indefensión ante la justicia patriarcal, que está lejos de ser ciega. Juana no
es una delincuente, es una mujer que defiende a sus hij@s.
El PCE queremos manifestar nuestro apoyo a Juana y a todas las
“Juanas” que se declaran insumisas a leyes machistas, porque su rebeldía nos
ayudará a luchar por un mundo más justo.
El sábado día 9 de septiembre a las 19:00 horas se han convocado
concentraciones en todas las capitales de provincia en apoyo a Juana Rivas. El
PCA apoya las concentraciones, y llama a toda la ciudadanía malagueña a
participar en la manifestación que partirá desde la plaza de la Constitución.
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