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domingo, 30 de abril de 2023

“Repartir riqueza”. Encuentro del PCE para el 1º de Mayo: "Democratizar la economía para avanzar en igualdad" con Yolanda Díaz y los sindicatos CCOO y UGT


Yolanda Díaz: “Hemos desmontado los mitos del capitalismo”, afrontar las crisis sin despedir, subir el SMI, y combatir la precariedad con la reforma laboral
Gema Delgado/ Mundo Obrero
“Subir los salarios, bajar los precios y repartir beneficios. Parece mentira que cosas tan obvias y evidentes, como es el lema de la manifestación de este año puedan suscitar tanta resistencia y tanta reacción” y que algunos sectores “lo vean como una agresión, cuando es básico en un país de derechos. A los empresarios les cuesta asumir que tienen que reducir privilegios”, dijo Enrique Santiago, Secretario General del Partido Comunista y anfitrión en el tradicional acto que organiza el Partido previo a la manifestación del 1º de Mayo. Este año se realizó el viernes 29 en el Círculo de Bellas Artes. Se calentaban motores para llenar las calles en las 73 manifestaciones que se realizarán en toda España, el mayor número de los últimos años. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue la primera en hacer un llamamiento a manifestarse el 1º de mayo a “salir a la calle por los derechos de todas y todos” y hacerlo con alegría “porque estamos demostrando que se puede cambiar la vida de la gente”. “Fui la primera ministra de Trabajo que se manifestó el 1º de mayo, lo llevo haciendo desde que era niña y lo seguiré haciendo. Y creo que es lo que deben hacer los demócratas y las demócratas de este país”
Los sindicatos de clase, representados en esta ocasión por Unai Sordo y Fernando Luján, secretario general de CCOO y vicesecretario general de política sindical respectivamente, reivindicaron las conquistas sociales conseguidas a través del diálogo social y del empuje de los sindicatos, que suponen ganar derechos y mejorar la vida de las personas trabajadoras. Ahora toca “repartir riqueza”, que es la reivindicación central de las manifestaciones de este año: “el reparto de los beneficios de las empresas para que las rentas del trabajo se recuperen”, porque llevan perdiendo poder adquisitivo desde hace 20 años. “! Ya está bien !” enfatizó Fernando Luján. “Y se puede hacer, porque donde hemos tenido fuerza hemos recuperado poder adquisitivo y cláusulas de revisión salarial”.

Unai Sordo fue contundente: la distribución de la renta tiene que hacerse a través de los salarios, y “si no se hace a través de los salarios habrá que hacerlo por la vía fiscal para que llegue a los hogares”. “Y si no se hace–advirtió- habrá que promover el conflicto”. Es el resumen de la campaña conjunta Salarios o Conflicto que desarrollan desde el pasado otoño. En un momento de cambio de transición ecológica, de desarrollo tecnológicos y de digitalización, que representa una oportunidad muy importante, “la CEOE no debería llegar en un escenario de conflictividad laboral”, sugirió el líder de CC.OO.
Toni Morillas, directora del Instituto de las Mujeres, se encargó de presentar y conducir el acto, reivindicando un 1º de mayo feminista con un reconocimiento para el trabajo que no se paga.
Y de cuidados habló Yolanda Díaz, de reducir el tiempo en nuestros trabajos y de reinventar el Estado de Bienestar. Pero sobre todo habló de desigualdad, “la tarea pendiente de nuestra sociedad. Estamos aquí para que todos seamos más iguales”. Es una indecencia, dijo, que haya empresarios y grandes corporaciones que han multiplicado por siete sus beneficios y que no se estén revisando los salarios en sus empresas, que el 20% de los españoles esté en riesgo de pobreza, y que la mitad del 18% del abandono universitario se deba a dificultades económicas para poder seguir estudiando. “Tenemos un sistema fiscal es muy injusto”; recordó que el 85% de la recaudación es salarial y puso el ejemplo de una pequeña zapatería que paga un 17% de impuestos mientras que en una gran corporación estos se reduce al 3%. Por eso la ministra de Trabajo reivindicó una “reforma fiscal estructural y profunda que acabe con los privilegios fiscales”.

Deconstruir los mitos del capitalismo
Estamos en un momento de pugna, de inflexión, expresó la vicepresidenta del gobierno. A pesar del “rearme de la defensa de las políticas neoliberales” en este gobierno progresista de coalición “hemos sido capaces de deconstruir los mitos del capitalismo. Puso tres ejemplos: Nos decían que la única forma de gestionar las crisis en el modelo español de producción estacional, como es el del turismo y la agricultura, era despidiendo a los trabajadores “y despedir en España es muy barato”, añadió. “Demostramos que no era así”, con los ERTE, el cese de actividad, y otras medidas, “hoy tenemos más ocupación que antes de llegar al gobierno, además, con una cifra record de ocupación femenina. No era verdad lo que nos decían. Hemos salvado 550.000 empresas, el empleo de 3,6 millones de trabajadores, y a 1,5 millones de personas autónomas, cuando en la anterior crisis -con el PP-, “se perdieron medio millón de estos últimos porque la respuesta del Estado fue dejarles caer”. Y “tampoco ahora hay que despedir cuando haya crisis coyunturales porque tenemos mecanismos como los ERTE”. Además, la población activa ha crecido “porque las mujeres tienen confianza en el sistema”.
El segundo mito era que la subida del Salario Mínimo Interprofesional destruiría empleo, que sería imposible llevarlo a cabo en sectores como la agricultura y en las trabajadoras del hogar, que sería un desastre. “Pero no sólo no se ha destruido empleo sino que se ha reducido la brecha retributiva de género en 4 puntos” argumentó la vicepresidenta del gobierno.
Y el tercer mito era el desastre económico que supondría la reforma laboral, pero lo único que ha caído drásticamente, explicó, ha sido la temporalidad, que llegaba al 40%. Hoy uno de cada dos contratos es indefinido y hay 14,3 millones de asalariados con contratos indefinidos.
Yolanda Diaz lanzó una defensa a ultranza del sindicalismo, como “herramientas que ensanchan la democracia y combaten el fascismo. Es clave que los trabajadores se afilien, es clave que se organicen.”

Convertir reivindicaciones sindicales en leyes
“El sindicalismo es imprescindible” dijo Enrique Santiago. Y nuestros sindicatos no sólo se caracterizan por fijar unos objetivos viables y alcanzables, añadió, sino que además tenemos un “tesoro” con una unidad sindical desde hace cuatro décadas.
“Mientras estemos en el gobierno seguiremos trabajando para convertir en leyes y políticas públicas las reivindicaciones de los sindicatos” se comprometió Enrique Santiago, unos sindicatos de clase que hay que fortalecer porque son la mayor herramienta de los trabajadores” y que por eso sufren una continua “campaña de ataques denostándoles y degradándoles”, criticó el Secretario General del PCE.
El anfitrión del encuentro puso en valor las conquistas sociales, laborales y económicas realizadas por el Ministerio de Trabajo con los sindicatos de clase y, como también hizo Yolanda, fue desmontando los mantras del neoliberalismo demostrando que sí es posible hacer política para la mayoría social. Enumeró algunos de ellos, como la subida del SMI que iba a hundir la economía de este país, pero que en lugar de hundirle ha aumentado el empleo y también los beneficios empresariales. Manifestó el orgullo de la subida del 8,5% a las pensiones, del aumento salarial del 9% a los funcionarios, de las buenas cifras de la economía y de la creación de empleo y aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, de que con la Ley de Vivienda se haya controlado los precios del alquiler, de que se haya extendido el bono social energético y de que se haya topado la luz, permitiendo que tengamos la inflación más baja de Europa, entre otros logros.
A las reivindicaciones sindicales Enrique Santiago añadió tres: la unidad de la clase trabajadora; la unidad de la izquierda para sumar más fuerzas para poder transformar el país; y la paz en el mundo, porque la paz es la síntesis de todos los derechos fundamentales y sin ella no existen otros derechos.

sábado, 29 de abril de 2023

Manifiesto del PCE ante el 1º de mayo de 2023: democratizar la economía para avanzar en igualdad

La clase obrera sufre las consecuencias de la mayor ola inflacionaria y devaluación salarial de los últimos 40 años. Sin embargo, el principal motivo de esta subida de precios es el incremento de los beneficios de las empresas, que buscan aumentar sus márgenes de rentabilidad a la vez que bloquean la negociación colectiva y se resisten a la actualización de los convenios con subidas salariales. Una vez más, el capital busca su rentabilidad a costa de la explotación de la clase trabajadora, con especial saña ante los sectores más vulnerables de la misma (mujeres, inmigrantes y juventud).
Este es el contexto con el que el sindicalismo de clase y el movimiento obrero encaran el próximo 1º de mayo. Un día simbólico que recoge las movilizaciones y conflictos que llevamos años protagonizando contra la pérdida de derechos y poder adquisitivo, desde las huelgas del metal en Andalucía, Cantabria o Galicia, hasta los conflictos en sectores tradicionalmente más precarizados y menos sindicalizados (Hábitat, Inditex etc.). Ahora más que nunca hay que subrayar la importancia de la organización para la lucha, a través de los sindicatos de clase, desde los centros de trabajo de los diferentes sectores económicos y productivos, con el orgullo de pertenecer a la clase trabajadora.
Reivindicamos también las políticas que el gobierno de coalición ha impulsado ante la actual crisis. Las políticas públicas de carácter progresista como la reforma laboral, con la recuperación de la ultra-actividad indefinida y la prevalencia de los convenios sectoriales, que no se podrían entender sin la participación de Unidas Podemos en el gobierno, han contribuido a reforzar la posición de la clase trabajadora y las organizaciones sindicales en la negociación colectiva, sirviendo para quebrar el bloqueo de la patronal. Estas políticas también están obteniendo importantes éxitos en creación de empleo digno y estable. A pesar de las mentiras de la derecha y la ultraderecha, los datos son históricos: gracias a los ERTE y a la reforma laboral ya hay 20,4 millones de personas trabajadoras activas (la cifra más alta de la historia), con la mayor subida histórica del SMI (un 47% hasta alcanzar los 1.080€ en 14 pagas), con la lucha contra la mercantilización y “uberización“ de las relaciones laborales a través de la Ley Rider o con el sostenimiento y mejora del sistema de pensiones públicas.
Este esfuerzo, que no podría entenderse sin la alianza que IU y el PCE han ayudado a forjar desde el bloque de investidura del actual gobierno con el sindicalismo de clase, también se ha traducido medidas que han supuesto un escudo social para las familias trabajadoras de nuestro país frente a las consecuencias de la crisis en curso: gratuidad o abaratamiento del transporte público, la bajada de los carburantes, limitación de la subida de los alquileres al 2%, el límite a los precios de la energía a través de la excepción ibérica, el impuesto temporal a las grandes fortunas (que ha levantado las iras de la patronal, las energéticas y banca).

Manifestación del PCA e IU en Arriate

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer. Los precios de los suministros básicos y de primera necesidad continúan muy altos, las constantes subidas de los tipos de interés impuestas por el BCE encarecen los préstamos e hipotecas, los precios de compra o alquiler de viviendas siguen desbocados, muchas empresas se resisten a aplicar la actualización de convenios y las mejoras de la reforma laboral, etc.
Para el PCE hay que seguir avanzando en materia de políticas sociales y laborales en favor de la mayoría trabajadora, ya que la desigualdad y la injusticia social es consustancial con el sistema capitalista, sobre todo de su vertiente neoliberal. Ante los cambios tecnológicos hay que repartir el empleo, rebajando la jornada sin pérdidas salariales. Frente a décadas de neoliberalismo y socavamiento de la soberanía política y productiva de nuestro país, nuestra alternativa consiste en el desarrollo de un programa de democratización de la economía. Un programa que incluye políticas para la nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos de la economía, así como la extensión de un fuerte sector público productivo e industrial, con más poder de decisión para la clase trabajadora. Es esencial democratizar la economía para avanzar hacia el socialismo.

Ante esta situación, llamamos a la movilización este Primero de Mayo con los principales sindicatos de clase, CCOO y UGT, bajo el lema “Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios”, reivindicando especialmente los incrementos salariales ligados al IPC y la limitación de precios básicos por ley.
La manifestación en Málaga capital, tendrá lugar a las 11:30 horas desde la sede de los sindicatos en la Alameda de Colón. El punto de encuentro de la militancia comunista será el habitual en estos casos: C/ Duquesa de Parcent con Alameda Colón a las 11:00 para preparar el cortejo conjunto a Izquierda Unida.
Tras la manifestación, en la sede del PCE de la calle Cerrojo, celebraremos un acto político y ofreceremos un tentempié. La hora de inicio aproximada serán las 14.00 (en función del final de la manifestación)

jueves, 20 de abril de 2023

Toni Valero, Coordinador de IU Andalucía: “Los retos de la izquierda ante el nuevo ciclo político”


En la XXIII fiesta del PCA celebrada el 14, 15 y 16 de abril tuve la oportunidad de participar en una mesa de debate bajo el reclamo Los retos de la izquierda ante el nuevo ciclo político. Quiero aprovechar la posibilidad que me brinda Público para compartir por escrito aquella reflexión.
Comienzo poniendo el foco en una cuestión imprescindible para acometer las tareas que tenemos como es la caracterización de la fase política actual.
Hay claros síntomas de que no estamos bajo una aplastante hegemonía neoliberal. En el acto de Magariños Yolanda Díaz se hacía eco de una idea cada vez más repetida: el neoliberalismo, al menos a nivel intelectual, está en retroceso.
Además, en lo que respecta a nuestro país, pero con claras similitudes con el resto de Europa, el sistema de partidos también ha cambiado. No hay ni se advierte en el horizonte un retorno bipartidista del tipo que padecimos durante décadas. Esto entraña un enorme potencial para nuestro espacio político ya que tenemos más capacidad de determinar las políticas públicas, no en vano, participamos del gobierno central para eso. Pero también plantea su antítesis, nada halagüeña: una involución reaccionaria. Si estamos en un escenario de bloques, conservador-reaccionario y democrático-progresista, a la par que somos más determinantes también aumenta la amenaza neofascista por la debilidad relativa de los sectores conservadores del Partido Popular.
Comparto la caracterización de la fase que hace Paolo Gerbaudo cuando dice que estamos en una fase neoestatista. Las transformaciones económicas que se requieren por la crisis ecológica, las tensiones geopolíticas y su efecto desglobalizador, la respuesta a la pandemia, etc. están demandando y conformando estados más intervencionistas. De ahí que se configure un nuevo marco de disputa política entre la izquierda y la derecha en torno a tres conceptos fundamentales: soberanía, protección y control. La incertidumbre y la crisis social que asolan occidente se vehiculan a través de esos significantes que son preñados de significado en función de los intereses de clase de que se imponen. Me explico.
Cuando desde la izquierda reivindicamos la soberanía nos referimos a la soberanía popular, a la democracia real, a un Estado capaz que promueva la igualdad. Por el contrario, la soberanía es reivindicada desde la derecha pero no para hablar de soberanía popular, sino de soberanía nacional, de cierre de fronteras o de supremacismo blanco.

Cuando desde la izquierda hablamos de protección nos referimos a tener Estado del bienestar, derechos laborales, protección medioambiental, trabajo garantizado, políticas de cuidados, nacionalización de las eléctricas y otras industrias estratégicas, etc. Por el contrario, la derecha habla de protección para los grandes propietarios a los que les dan privilegios fiscales, les permiten hacen con sus bienes lo que quieran (sean viviendas o recursos naturales) aunque atenten contra derechos colectivos; se refieren a la protección para hablar de endurecimiento de penas, cadenas perpetuas, leyes mordaza y aumento de gastos militares.
Y, cuando hablamos de control, desde la izquierda nos referimos a regulaciones medioambientales, a impuestos a los ricos, al papel fiscalizador y de control que han de jugar los sindicatos, los movimientos sociales y la ciudadanía. Por el contrario, el control para la derecha es cierre de fronteras a los trabajadores migrantes, reforzamiento del poder de los gobiernos frente a los parlamentos, etc.
Por tanto, la fase actual está marcada por una encrucijada en la que el bloque conservador reaccionario y el bloque democrático progresista se disputan la salida, en la que el neoliberalismo está en retroceso ante un mayor papel del Estado y en la que la batalla de las ideas se libra con la ultraderecha en torno a la soberanía, el control y la protección.
Y en esto llegó Sumar. Caracterizada la fase corresponde entender el porqué de Sumar y cuál debería ser su papel. Sumar es un movimiento político, no ha mostrado su voluntad de ser un partido, aunque sí la de incorporar a los partidos. Esto es importante resaltarlo. En las elecciones generales de 2015 se frustró superar en escaños al PSOE por la fragmentación electoral. Fue resultado de haber pedido a IU integrar a algunos de sus cuadros en las candidaturas de Podemos y a renunciar a ir coaligados, es decir, de facto se pedía a IU su disolución electoral. De aquel momento al presente todas y todos hemos aprendido porque ahora lo que se pide a los partidos es que colaboren en Sumar, que sean parte del movimiento, participen del proceso político sin perder su identidad ni disolverse en ningún otro partido, que participen en unas primarias y que se conforme una coalición. Relaciones multilaterales entre los distintos partidos basadas en el reconocimiento mutuo.

Sumar tiene que jugar su papel histórico en esta fase que hemos caracterizado. Obviamente, ese papel pasa por dar una alternativa antineoliberal que apueste por las transformaciones que necesita el país desde la interpretación que la izquierda hace de la soberanía, el control y la seguridad. El papel histórico, de esta forma, es también derrotar la hoja de ruta trumpista, es decir, poner a las fuerzas progresistas a la altura de la amenaza real de involución reaccionaria si gobernase una coalición de Partido Popular con Vox.
Para conseguir esto Sumar tiene que incorporar a los que faltan en la política. A mucha gente que está al margen del proceso político. No es casualidad, es fruto de una relativa derrota de la izquierda. El ruido, la crispación y la politiquería (las falsas promesas, las intrigas, etc.) alejan a la gente de la política. Es la primera dinámica que ha de revertirse porque la gente tiene que hacer política para mejorar su vida. Y para eso se tienen que dar dos condiciones. La primera es que cada uno y cada una tome posición política sobre sus intereses propios y que entre todas y todos les brindemos un proceso político colectivo, porque esos intereses propios de cada cual son compartidos con una mayoría social que sufre las mismas crisis. Repito: hay que incorporar a los que faltan en política, muchos y muchas de ellas cansadas o desencantadas tras el largo ciclo que abrió el 15M
Evidentemente, la toxicidad en las filas de la izquierda no ayuda. Seamos responsables y no caigamos en esa flaqueza. Solo sería síntoma de debilidad, la toxicidad exhibe miedo. Entre las fuerzas progresistas debe haber acuerdos y discrepancias, coincidencias y divergencias, pero siempre honestidad. Huyamos de la agresividad, de la hostilidad y de la mentira. Eso va en contra de lo que es condición de posibilidad para el avance de Sumar, véase, incorporar a los que faltan en política.
En definitiva, poner en marcha un movimiento político, un frente amplio, que incorpore a partidos y a la gente sin carnet de ninguno, y que movilice las conciencias en este país necesita de un horizonte compartido. A ese horizonte compartido lo llamamos esperanza. Trabajar la esperanza no es vender humo sino un compromiso cotidiano de lucha por aspiraciones y deseos de libertad, igualdad y justicia social. Por eso nuestra esperanza es ecologista, feminista, republicana y socialista. Así, ese horizonte compartido es el que da sentido a la colaboración de todas y todos.

Y nosotras y nosotros desde Andalucía... ¿qué hacemos?

Entramos en este proceso con buen pie porque hemos acertado en el análisis, de ahí que estemos bien posicionados en el mapa de la izquierda. Trabajamos por un frente amplio, somos bisagra para la articulación de las izquierdas y contribuimos a Sumar.
IUCA y el PCA pueden aportar al proceso político que experimenta el país y pueden contribuir mucho a Sumar. Indudablemente, lo primero que a cualquiera se le viene a la cabeza es la fuerza institucional (más de sesenta alcaldías) y militante, el arraigo territorial (presentamos candidaturas en más de 500 municipios), la propuesta programática, la experiencia institucional o, incluso, el acervo emocional. No obstante, yo no quiero poner ahora el foco en esas contribuciones que, no cabe duda, se hacen. Quiero señalar otras que considero muy oportunas.
1. El optimismo de la voluntad, que diría Gramsci. Hemos estado y estaremos siempre empujando hacia el socialismo y por los derechos humanos. Como me decía Manolo "el teniente", historia viva de las CCOO y del PCE, los comunistas hemos ido siempre hacia delante por inercia de lucha incluso cuando predicábamos en el desierto. Tenemos una inercia de lucha incombustible.
2. No renunciamos a la utopía, y menos ahora que han decidido que hemos de vivir en una distopía. Hay un sentido de trascendencia más allá de cada coyuntura política.
3. Aportamos una cultura militante, con todos su defectos y virtudes pero que, por encima de todo, es una cultura política que antepone lo colectivo y la responsabilidad. Asumimos responsabilidades con todas las consecuencias y lo hacemos por el interés general. Pensamos desde lo colectivo.
4. Sabemos la importancia que tiene la fraternidad. Es la última defensa de las y los iguales, de los más débiles que se hacen fuerte frente a los poderosos. Ha sido la fraternidad la que ha salvaguardado el hilo rojo en los periodos más duros de nuestro país. Seamos ejemplo de que no somos como nuestros adversarios construyendo un movimiento fraterno cueste lo que cueste.
5. Por último, estoy convencido de que un nuevo país y el movimiento que lo ha de cimentar requiere de Andalucía. Andalucía tiene que ser motor de este proceso político y no puede serlo sin contar con IUCA y el PCA para hacer que Andalucía juegue su papel histórico.
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/71183/los-retos-de-la-izquierda-ante-el-nuevo-ciclo-politico/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t1;mm=mobile-medium

martes, 18 de abril de 2023

Enrique Santiago, Secretario General del PCE: “Sumar por un país mejor, para no dejar a nadie atrás”


La unidad es una herramienta para cambiar la sociedad

La unidad de las fuerzas de izquierda progresistas es imprescindible para hacer avanzar la historia. No es tan fácil concretar esta necesidad, viendo las divisiones que acostumbra a tener la izquierda ante cualquier mínima diferencia de análisis, propuestas o estrategias sobre una realidad siempre cambiante. Por algo será que el Manifiesto Comunista concluía ya en 1848 llamando a la unidad de los proletarios de todos los países. Frente a ese poderoso adversario que son las oligarquías, -controlan el sistema económico y financiero e instituciones de gobiernos nacionales y multilaterales sin presentarse a elecciones- los trabajadores y trabajadores, los excluidos, tienen que recurrir a su recurso más eficaz, la fuerza de la unidad. Así es como quienes dependen para vivir principalmente de la fuerza de su trabajo, tienen opción de conquistar derechos y libertades y alcanzar poder político.
Izquierda Unida nació como alianza de diferentes partidos y personas, unidas por una voluntad de transformar la sociedad. Más recientemente Unidas Podemos fue la expresión más amplía de esa dinámica de unidad, tras la gran trascendencia que tuvo el surgimiento de Podemos en 2014, acabando con el bipartidismo y situando el cuestionamiento del sistema como un factor más de disputa política. Gracias a ello construimos el primer gobierno de coalición de izquierdas desde la II República, impulsado con entusiasmo por Pablo Iglesias tras un intenso debate transversal que dividió a todas las fuerzas políticas que conformaban Unidas Podemos, y que fue defendido unánimemente una vez se decidió. Un gobierno que ha sido muy eficaz para proteger a nuestro pueblo en momentos de pandemia y guerra.
Los procesos de unidad son necesario y tienen más fuerza si no parten de cero, cuando surgen con la agregación de nuevos actores a confluencias ya existentes, cuando suman para entre todas mejorar más eficazmente derechos y condiciones de vida de los más desfavorecidos.

Proteger un liderazgo sólido

La unidad de la izquierda y los progresistas es condición previa, pero no suficiente para conseguir avances políticos y sociales ambiciosos. También se necesita un liderazgo político de peso, que por definición es transitorio y desgastante. La complementariedad entre proceso y liderazgo la conocen bien quienes han estudiado, o incluso participado, en los procesos constituyentes transformadores vividos en América Latina desde la victoria de Hugo Chávez en Venezuela en 1999 hasta hoy. En nuestra historia reciente, los mejores resultados electorales de la izquierda alternativa han estado asociados a sólidos liderazgos, de Julio Anguita primero y de Pablo Iglesias después. Los retrocesos políticos de la izquierda también han coincidido con la intensificación de ataques a estos liderazgos. Sin duda es pernicioso para cualquier proyecto político desgastar a sus líderes, no es útil para nadie, ni siquiera para mejorar posiciones internas.
La responsabilidad política en este momento tan importante para la democracia –ante el riesgo del acceso de la ultraderecha al gobierno de España y del regreso de políticas neoliberales– requiere conjurarnos para continuar el proceso de cambios iniciados gracias al estallido del 15-M y la aparición de Podemos. Necesitamos un nuevo impulso de unidad y fortalecer los nuevos liderazgos. Todo lo demás es secundario, aunque no es irrelevante y debe ser también abordado.
Pablo Iglesias fue sometido a tal presión que dimitió como vicepresidente del Gobierno y ministro por decisión propia -algo inédito en los procesos de cambio en América Latina, donde los lideres no dimiten: agotan mandatos, son derrotados en las urnas o depuestos en golpes de Estado-, dando expresamente paso a un nuevo liderazgo en el espacio político del cambio. Liderazgo que de forma natural recae en Yolanda Diaz. Es quien concita más apoyos en Unidas Podemos, también entre otros actores comprometidos con la ampliación del espacio del cambio y sin duda la líder de la izquierda que más apoyo recibiría entre la sociedad y nuestros potenciales votantes como candidata a Presidenta del Gobierno. Cada quien tendrá su opinión sobre estas decisiones de Iglesias, sobre el momento o forma como se efectuó ese relevo, pero es claro que se debieron a análisis fundamentados y que dieron paso a un liderazgo capaz de dar un fuerte impulso al espacio del cambio, de ampliarlo. El mejor liderazgo para disputar la hegemonía en la izquierda al PSOE.
Anteponiendo intereses generales a los particulares, evitando ponernos obstáculos a nuestro propio proyecto, por generosidad personal y solidaridad con quienes asumen en cada momento la difícil y dura responsabilidad del máximo liderazgo, lo lógico es dar todo el apoyo posible y margen de confianza a Yolanda Diaz, al menos hasta las próximas elecciones generales. Ya está siendo diana de los más duros ataques imaginables -nada es más nocivo para el interés general que el fuego amigo- que se irán incrementando paulatinamente. El margen de confianza a la persona que se pone al frente de un proyecto político depende de los resultados en las urnas, apenas dos años desde la dimisión de Pablo Iglesias hasta la celebración de las siguientes elecciones generales. Mientras tanto lo prudente es la paciencia, un margen de confianza y no llevar sistemáticamente cualquier desacuerdo interno al debate público. Mejor debatir sobre las propuestas para mejorar la vida de la gente, esas propuestas que nos unen y nos diferencien de otras fuerzas políticas.

Los destinatarios de Sumar

Sumar busca interpelar a una parte de la sociedad española que se identificó con el proyecto impugnatorio que representan hoy tanto Unidas Podemos como otras fuerzas políticas del cambio. También se dirige a otra parte de la sociedad que reclama consolidar un gobierno de coalición de izquierdas que priorice apoyar eficazmente a las personas, para evitar lo ocurrido en anteriores crisis, evitar ir dejando a nadie atrás. Un sector social extenso, compuesto por personas que impugnan el sistema y otras que no siempre lo hacen. Pero que todas ellas reclaman una vida digna y seguridad que saben no se encuentra en las políticas neoliberales de recortes sociales, sino en el fortalecimiento de los servicios públicos y la redistribución de la riqueza social.
Sumar es un proceso en construcción
Sumar no surge de la nada. Partiendo de Unidas Podemos, con todas las fuerzas políticas que hoy la conforman, se trata de impulsar una nueva fase de encuentro en torno a un programa para un nuevo país, construido con propuestas surgidas durante el trabajo de estos años y también durante el proceso de escucha. Es una propuesta de alianza electoral, que también aspira a organizar una red para la intervención en las distintas problemáticas de la sociedad, a crear equipos de trabajo en todos los territorios del Estado. Consolidar alianzas políticas, sociales y sindicales más amplias que las anteriores para ser mayoría social, exige ir más allá de lo que antes ya estuvo unido.
Es la forma de mejorar la actual correlación de fuerzas en el Gobierno de coalición, y por tanto la herramienta para sacar adelante políticas más eficaces para mejorar la vida de la gente trabajadora y ampliar sus derechos.
Pero no se ganan unas elecciones, no se entusiasma con un proyecto electoral, situando la unidad de las fuerzas políticas como un fin en sí mismo. Ni mucho menos llevando al debate público los problemas que surgen en el camino de construcción de unidad. La unidad de las fuerzas políticas se demuestra andando y Sumar es una herramienta y una oportunidad, el lugar de encuentro que nos permite avanzar. Acordar, en el seno de Sumar, entre todas las fuerzas políticas, es la premisa fundamental para situarnos en el único camino y en la misma dirección: la construcción de una mayoría social para gobernar.

Podemos es necesario, en un concierto que debe ser multilateral

No es posible concluir el proyecto de ampliación durante el actual proceso electoral municipal y autonómico, puesto que los potenciales actores de Sumar concurren el 28M unas veces juntos, pero también en muchos lugares en diferentes candidaturas.
Sumar no es ni va a ser otro partido más, sino una alianza para la convergencia y unidad de la izquierda, del ecologismo político y de fuerzas y personas demócratas y progresistas que quieran formar parte de este proyecto de frente amplio. El proyecto no consiste en cerrar acuerdos bilaterales entre Sumar -una coalición- y partidos, sino que las distintas organizaciones acuerden multilateralmente entre ellas como quieran, respetando sus diferencias, y cuidándonos eficazmente. Unir es la forma más eficaz de cerrar heridas aún latentes por rupturas y desencuentros cercanos que todas las izquierdas hemos padecido a lo largo de nuestras largas o más cortas existencias. Si las dinámicas propuestas en un primer momento no resultan, siempre va a haber voluntad para buscar otras que permitan agregar al proyecto plural y amplio que debe ser Sumar.
Primarias abiertas a la sociedad
Es unánime el acuerdo de todas las fuerzas políticas que hoy forman Unidas Podemos para acordar las listas electorales de las elecciones generales mediante primarias abiertas a toda la sociedad. Sin duda no es el tema que más preocupa a la ciudadanía, pero para tranquilidad de todas, este consenso se ha manifestado reiteradamente en las últimas semanas por todas las personas que debían hacerlo. A la hemeroteca me remito.
Ya con ocasión de las últimas elecciones autonómicas andaluzas, Izquierda Unida propuso a Podemos celebrar unas primarias abiertas y así evitar las desagradables conversaciones sobre listas entre los distintos partidos que acaban siempre trascendiendo públicamente. Entonces Podemos prefirió unas primarias internas, por eso nos felicitamos que ahora parezca más posible un gran acuerdo sobre primarias abiertas.
Antes del día 2 de abril ha sido imposible conocer cuales fuerzas políticas susceptibles de converger en Sumar van finalmente a hacerlo. Hasta después de las elecciones del 28 de mayo es inviable cerrar un acuerdo definitivo sobre mecanismos de participación o primarias sobre unas elecciones que se celebraran dentro de ocho meses. Pero la potencialidad del proceso y la predisposición política de quienes de una forma u otra han participado en el itinerario que desemboco en el acto del día 2 de abril, partidos incluidos, es innegable.

Las elecciones municipales y autonómicas, paso previo a las generales

Es indudable que el resultado de las elecciones del 28M tendrá un peso importante en el panorama político ante las elecciones generales. Dando por descontado una convergencia total en Cataluña en las candidaturas de En Comú-Podem, es una gran noticia que se hayan alcanzado más coaliciones electorales que nunca entre Izquierda Unida, Podemos y Alianza Verde e igualmente con Mas País y otras fuerzas territoriales como Compromís, Batzarre o Si Se Puede, por dar ejemplos.
El incipiente proyecto de Sumar también puede contribuir a fortalecer los resultados de estas convergencias electorales, que en la mayoría de los casos se han construido sobre la base generada por Unidas Podemos en estos años.
Ojalá se hubieran cerrado más acuerdos electorales con más fuerzas políticas, siguiendo el modelo de Navarra, Canarias o de algunas localidades de la Comunidad Valenciana donde Izquierda Unida, Podemos y el ecologismo político han cerrado candidaturas también con Compromis, como por ejemplo en Gandía. No es fácil hacer converger en candidaturas unitarias para las elecciones municipales y autonomías a las fuerzas de izquierdas y progresistas de los distintos territorios de un estado plurinacional, donde la izquierda no puede ganar a la derecha si no construye alianzas sobre programas que unan a toda esta pluralidad. Sumar, lejos de ser responsable de esta fragmentación, es la solución. Es el único proyecto que puede articular estos acuerdos amplios con todas las expresiones políticas territoriales progresistas, que también deben participar-aunque nunca concurran en las mismas candidaturas impulsadas por Sumar- en la gobernabilidad de un Estado que debe ser cada día más federal.
Sumar es la mejor opción para invertir la tendencia a la fragmentación, construyendo acuerdos virtuosos que respeten identidades en los territorios y garanticen gobiernos de izquierdas y descentralizadores en La Moncloa.

Nuestra voluntad es avanzar conjuntamente en este proceso, renunciando a cualquier dinámica de debate mínimamente tóxica, relacionándonos como copartícipes en una misma tarea, no como partes enfrentadas que tras alcanzar un acuerdo nunca más compartirán un proyecto. Cuidándonos como compañeras y compañeros y en especial cuidando a quienes más expuestas estarán por ser caras visibles del proyecto.
Queremos mejorar este país, para nosotros y para nuestras hijas y nietos. Eso es incompatible con mantenerse en el espacio de confort que suponen las actuales alianzas, donde cada quien ocupa un papel como si la realidad no cambiara cada día. La irrupción de Podemos en la política española nos mostró que la audacia política es imprescindible, que los riesgos, inseguridades y vértigos ante nuevas situaciones son consustanciales a pretender objetivos por los que merece la pena luchar. Merece la pena el esfuerzo porque el objetivo no solamente es mantener el Gobierno de coalición de izquierdas, es evitar un Gobierno de la derecha corrupta y neoliberal y la ultra derecha reaccionaria, los representantes de una oligarquías que llevan gobernando España siglos y que solo nos han permitido cincuenta escasos años de democracia en toda nuestra historia.

https://blogs.publico.es/dominiopublico/51963/sumar-por-un-pais-mejor-para-no-dejar-a-nadie-atras/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t1;mm=mobile-big

viernes, 14 de abril de 2023

Manifiesto del PCE para el 14 de abril: república democrática, popular y feminista. ¡A por la tercera!


El 14 de abril es un día de celebración para quienes compartimos los ideales de libertad, justicia social, igualdad, cultura y progreso. Este año conmemoramos el 92 aniversario de la Segunda República. En 1931 las mujeres y los hombres de este país decidieron, con buen sentido, que para progresar resultaba imprescindible liberarse del lastre corrupto de la monarquía borbónica y del sistema político montado sobre ella, incapaz de dar solución alguna a los problemas que atravesaba España. La regeneración democrática se escribió entonces con ‘R’ de República.
Siendo grave la corrupción endémica de los Borbones (… Alfonso XIII, Juan Carlos I, Felipe VI), el problema es la monarquía. Una institución no democrática, que no hemos votado, que proviene de la dictadura fascista y que hereda la Jefatura del Estado por privilegios medievales de sangre. No admitimos la inviolabilidad de la monarquía actual, nada ejemplar, arcaica e inservible. Es hora de poder decidir entre Monarquía o República.
La República vuelve a ser la respuesta en positivo, la respuesta que ilusiona, la manera democrática de constitucionalizar la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza. No como una forma política abstracta, sino la salida real a las necesidades y reivindicaciones básicas de la clase trabajadora y el pueblo.

Una República democrática y popular que garantice los derechos políticos, laborales y sociales, que defienda lo público como fundamento de la economía productiva, los servicios básicos y el sistema financiero y una República que implante un desarrollo sostenible y equilibrado.
Un cambio político, constitucional y de modelo que profundice la democracia, que establezca mecanismos reales de participación en la vida pública y en la toma de decisiones, y que reconozca los derechos democráticos de los pueblos del Estado y la realidad plurinacional como rasgo constitutiva de la misma.
Una República hecha desde el feminismo, garantía de emancipación de todas y todos, como contrapoder y empoderamiento en la sociedad patriarcal y capitalista. Un sistema político y social que establezca la igualdad legal y real entre mujeres y hombres, sin personas de segunda, en el que las mujeres puedan desarrollar el papel que les corresponde y que nunca más vuelvan a ser relegadas.
Nos encontramos en un tiempo complejo y difícil, a pocos meses de unas elecciones municipales, autonómicas y después generales en el que van a confrontar dos modelos: el de la burguesía y sus representantes políticos, con sus planes de regresión social, recortes y privatizaciones en lo público, en los derechos sociales y laborales para mantener sus privilegios y de limitación de las libertades colectivas e individuales para intentar evitar la protesta, frente a un modelo de progreso que tiene que intensificar y acelerar las respuestas para avanzar hacia una democracia política, social y económica.

El PCE siempre ha defendido la construcción de un bloque político y social popular alternativo y la unión de las izquierdas en torno a un programa común transformador. Un programa compartido para la construcción de un nuevo país que supere el régimen monárquico en el que sustenta la oligarquía económica y financiera. Trabajamos por la máxima unidad de las fuerzas políticas, sindicales, sociales y ciudadanas de progreso para superar el régimen monárquico del 78 y avanzar hacia la alternativa constituyente republicana.
Hacemos un llamamiento a la militancia, a las personas activistas, a la mayoría social trabajadora para que este 14 de abril, para que esta primavera participe en las acciones y movilizaciones unitarias a favor de la Tercera República, a favor de la necesidad de desarrollar un proceso constituyente, que dé la palabra a la ciudadanía para construir un futuro de progreso común, un futuro republicano.
https://pce.es/manifiesto-pce-14-abril-republica-democratica-popular-feminista/