Gema Delgado/ Mundo Obrero
“Subir los salarios, bajar los precios y repartir beneficios. Parece mentira que cosas tan obvias y evidentes, como es el lema de la manifestación de este año puedan suscitar tanta resistencia y tanta reacción” y que algunos sectores “lo vean como una agresión, cuando es básico en un país de derechos. A los empresarios les cuesta asumir que tienen que reducir privilegios”, dijo Enrique Santiago, Secretario General del Partido Comunista y anfitrión en el tradicional acto que organiza el Partido previo a la manifestación del 1º de Mayo. Este año se realizó el viernes 29 en el Círculo de Bellas Artes. Se calentaban motores para llenar las calles en las 73 manifestaciones que se realizarán en toda España, el mayor número de los últimos años. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue la primera en hacer un llamamiento a manifestarse el 1º de mayo a “salir a la calle por los derechos de todas y todos” y hacerlo con alegría “porque estamos demostrando que se puede cambiar la vida de la gente”. “Fui la primera ministra de Trabajo que se manifestó el 1º de mayo, lo llevo haciendo desde que era niña y lo seguiré haciendo. Y creo que es lo que deben hacer los demócratas y las demócratas de este país”
Los sindicatos de clase, representados en esta ocasión por Unai Sordo y Fernando Luján, secretario general de CCOO y vicesecretario general de política sindical respectivamente, reivindicaron las conquistas sociales conseguidas a través del diálogo social y del empuje de los sindicatos, que suponen ganar derechos y mejorar la vida de las personas trabajadoras. Ahora toca “repartir riqueza”, que es la reivindicación central de las manifestaciones de este año: “el reparto de los beneficios de las empresas para que las rentas del trabajo se recuperen”, porque llevan perdiendo poder adquisitivo desde hace 20 años. “! Ya está bien !” enfatizó Fernando Luján. “Y se puede hacer, porque donde hemos tenido fuerza hemos recuperado poder adquisitivo y cláusulas de revisión salarial”.
Toni Morillas, directora del Instituto de las Mujeres, se encargó de presentar y conducir el acto, reivindicando un 1º de mayo feminista con un reconocimiento para el trabajo que no se paga.
Y de cuidados habló Yolanda Díaz, de reducir el tiempo en nuestros trabajos y de reinventar el Estado de Bienestar. Pero sobre todo habló de desigualdad, “la tarea pendiente de nuestra sociedad. Estamos aquí para que todos seamos más iguales”. Es una indecencia, dijo, que haya empresarios y grandes corporaciones que han multiplicado por siete sus beneficios y que no se estén revisando los salarios en sus empresas, que el 20% de los españoles esté en riesgo de pobreza, y que la mitad del 18% del abandono universitario se deba a dificultades económicas para poder seguir estudiando. “Tenemos un sistema fiscal es muy injusto”; recordó que el 85% de la recaudación es salarial y puso el ejemplo de una pequeña zapatería que paga un 17% de impuestos mientras que en una gran corporación estos se reduce al 3%. Por eso la ministra de Trabajo reivindicó una “reforma fiscal estructural y profunda que acabe con los privilegios fiscales”.
Estamos en un momento de pugna, de inflexión, expresó la vicepresidenta del gobierno. A pesar del “rearme de la defensa de las políticas neoliberales” en este gobierno progresista de coalición “hemos sido capaces de deconstruir los mitos del capitalismo. Puso tres ejemplos: Nos decían que la única forma de gestionar las crisis en el modelo español de producción estacional, como es el del turismo y la agricultura, era despidiendo a los trabajadores “y despedir en España es muy barato”, añadió. “Demostramos que no era así”, con los ERTE, el cese de actividad, y otras medidas, “hoy tenemos más ocupación que antes de llegar al gobierno, además, con una cifra record de ocupación femenina. No era verdad lo que nos decían. Hemos salvado 550.000 empresas, el empleo de 3,6 millones de trabajadores, y a 1,5 millones de personas autónomas, cuando en la anterior crisis -con el PP-, “se perdieron medio millón de estos últimos porque la respuesta del Estado fue dejarles caer”. Y “tampoco ahora hay que despedir cuando haya crisis coyunturales porque tenemos mecanismos como los ERTE”. Además, la población activa ha crecido “porque las mujeres tienen confianza en el sistema”.
El segundo mito era que la subida del Salario Mínimo Interprofesional destruiría empleo, que sería imposible llevarlo a cabo en sectores como la agricultura y en las trabajadoras del hogar, que sería un desastre. “Pero no sólo no se ha destruido empleo sino que se ha reducido la brecha retributiva de género en 4 puntos” argumentó la vicepresidenta del gobierno.
Y el tercer mito era el desastre económico que supondría la reforma laboral, pero lo único que ha caído drásticamente, explicó, ha sido la temporalidad, que llegaba al 40%. Hoy uno de cada dos contratos es indefinido y hay 14,3 millones de asalariados con contratos indefinidos.
Yolanda Diaz lanzó una defensa a ultranza del sindicalismo, como “herramientas que ensanchan la democracia y combaten el fascismo. Es clave que los trabajadores se afilien, es clave que se organicen.”
“El sindicalismo es imprescindible” dijo Enrique Santiago. Y nuestros sindicatos no sólo se caracterizan por fijar unos objetivos viables y alcanzables, añadió, sino que además tenemos un “tesoro” con una unidad sindical desde hace cuatro décadas.
“Mientras estemos en el gobierno seguiremos trabajando para convertir en leyes y políticas públicas las reivindicaciones de los sindicatos” se comprometió Enrique Santiago, unos sindicatos de clase que hay que fortalecer porque son la mayor herramienta de los trabajadores” y que por eso sufren una continua “campaña de ataques denostándoles y degradándoles”, criticó el Secretario General del PCE.
El anfitrión del encuentro puso en valor las conquistas sociales, laborales y económicas realizadas por el Ministerio de Trabajo con los sindicatos de clase y, como también hizo Yolanda, fue desmontando los mantras del neoliberalismo demostrando que sí es posible hacer política para la mayoría social. Enumeró algunos de ellos, como la subida del SMI que iba a hundir la economía de este país, pero que en lugar de hundirle ha aumentado el empleo y también los beneficios empresariales. Manifestó el orgullo de la subida del 8,5% a las pensiones, del aumento salarial del 9% a los funcionarios, de las buenas cifras de la economía y de la creación de empleo y aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, de que con la Ley de Vivienda se haya controlado los precios del alquiler, de que se haya extendido el bono social energético y de que se haya topado la luz, permitiendo que tengamos la inflación más baja de Europa, entre otros logros.
A las reivindicaciones sindicales Enrique Santiago añadió tres: la unidad de la clase trabajadora; la unidad de la izquierda para sumar más fuerzas para poder transformar el país; y la paz en el mundo, porque la paz es la síntesis de todos los derechos fundamentales y sin ella no existen otros derechos.