Alberto Garzón plantea tres ejes en
torno a los que articular un proceso constituyente “ciudadano y no pactado
entre élites”: democracia, soberanía y derechos humanos.
El
candidato a la presidencia del Gobierno y secretario de Proceso Constituyente
de Izquierda Unida, Alberto Garzón, propone nueve claves para empezar a
articular el proyecto Por un nuevo país, que arrancó en febrero y recibió más
de 25.000 firmas de apoyo en su lanzamiento. Las propuestas de Garzón –que
responden al mandato del Consejo Político Federal de IU– pivotan sobre tres
ejes (democracia, soberanía y derechos humanos) y buscan “aportar claves para
comenzar un debate que vaya mucho más allá de la propuesta”, ya que “esto es un
punto de partida”, añadió.
“Frente
a las propuestas reformistas de PP y PSOE, defendemos la necesidad de iniciar
un proceso constituyente desde la ciudadanía, para construir un país más justo,
soberano y democrático”, ha reivindicado el diputado de IU por Málaga. Además,
Garzón alertó del riesgo de que el bipartidismo instaure “un nuevo un orden
social para los próximos 30 años” que sólo se podrá evitar “mediante la unidad
popular, con la ciudadanía, con la gente”.
El
bloque inicial de propuestas incluye las relativas a la Democracia. La primera,
la Democracia económica: “La riqueza del país debe de ser disfrutada por todos
de forma equilibrada y no promoviendo grandes desigualdades, como ocurre en la
actualidad”, apuntó Garzón. Para lograrlo, un nuevo Estatuto de los Trabajadores
o retomar el control de los sectores estratégicos de la economía serían
herramientas esenciales.
En
segundo lugar, la Democracia participativa buscaría “dar voz y capacidad de
opinar a la gente en todo momento, no sólo cada cuatro años en las elecciones”,
añadió. En la práctica, este apartado podría incorporar desde la creación de
una agencia anticorrupción hasta la potenciación de referéndums, revocatorios o
iniciativas legislativas populares (ILP), entre otras.
Por
último, la Democracia igualitaria pone el foco en un reparto equilibrado de las
cargas y las obligaciones en el ámbito privado. Como ejemplos prácticos, Garzón
señaló los permisos de paternidad iguales e intransferibles o el desarrollo de
la Ley de Dependencia.
“Y,
para que exista Democracia, es necesaria la Soberanía”, insistió Garzón, que la
ha articulado en torno a otros tres ejes: la Soberanía estatal –frente al
sometimiento a otros países, organismos internacionales o empresas, buscaría
replantear las relaciones con la Unión Europea (UE), construir un nuevo modelo
de UE y cuestionar, por ejemplo, la presencia de la OTAN en territorio
español–; la Soberanía económica, para tener una economía más avanzada, con
sectores de mayor contenido tecnológico y mayor valor añadido, con productos y
puestos de trabajo de mayor calidad, y más resistente a crisis globales; y la
Soberanía de los pueblos, para que todos los pueblos del país tengan derecho a
decidir cómo quieren organizarse económica y políticamente, mediante un nuevo
modelo federal y reconociendo el derecho a decidir.
El
último apartado es el relativo a los Derechos humanos, organizados también en
tres áreas. Los Derechos civiles tienen como objetivo que todo ciudadano pueda
vivir libremente en sociedad: “Buscan un nuevo modelo de país sin represión,
sin leyes mordazas; con un blindaje para los derechos civiles, de libertad de
expresión, de manifestación, de reunión, a la pluralidad informativa...”,
apuntó el parlamentario de IU. En segundo lugar, el capítulo de Derechos
sociales aseguraría “un nivel de vida digno mediante el derecho a la protección
social, el derecho al trabajo digno, a la vivienda...”. Por último, el Derecho
a un medioambiente sano apunta, tal y como ya han hecho algunos países, hacia
la constitucionalización de los derechos ecológicos como una garantía para
poder asegurarlos a las futuras generaciones.
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