“Nuestro país necesita un PCE centrado en la política de cara al exterior, no ensimismado en sus cuestiones internas”
GEMA DELGADO Seguir a @GemaMundoobrero
Enrique Santiago Romero (Madrid, 1964) acaba de ser reelegido Secretario General del Partido Comunista de España, tras su XXI Congreso. Es diputado de Unidas Podemos y portavoz adjunto en el Congreso. Hasta hace pocos días, ha ejercido como secretario de Estado del primer Gobierno de coalición de la democracia.
MUNDO OBRERO: Acabó el XXI Congreso del PCE y no se puede negar que ha sido un Congreso duro, no solo en el ámbito de los debates.
ENRIQUE SANTIAGO: Los debates congresuales deben ser siempre intensos, un Congreso abre en canal a la organización y se debate de todo con todos y todas. Nuestro Partido y su militancia siempre han vivido intensamente los procesos internos y eso no es necesariamente malo. Lo que sí hemos vivido que no corresponde a nuestra cultura es un debate más centrado en cuestiones accesorias como la defensa de cuotas de poder o el hablar de nombres antes de que se haya aprobado la política, aireando además las discrepancias en redes sociales y medios digitales que quieren poco a nuestro Partido. Lamentablemente, todas estas cuestiones han puesto en segundo plano el debate de tesis políticas. Hacía muchos años que el PCE no tenía tanto protagonismo político y visibilidad en España, y me habría gustado que fuera un congreso muy abierto a la sociedad, para poner en valor nuestro mucho y buen trabajo de estos años. No ha podido ser porque desgraciadamente una parte del Partido no ha entendido el momento político y ha confundido la crítica a una dirección saliente con una actitud destructiva hacia el colectivo.
Afortunadamente la mayor parte de la organización sí ha sacado adelante el debate político y ya tenemos una hoja de ruta para la acción política del PCE para los próximo cuatro años, ahora se trata de aplicarla de manera colectiva y unitaria, siendo dialécticos con la evolución de la coyuntura.
M.O.: Tras este Congreso ¿cómo afrontará la nueva dirección la solución de los disensos internos?
E.S.: Pues ante todo con tranquilidad y mesura para reconducir la situación de la mejor forma posible. Aspiro a configurar una dirección que represente al PCE en su conjunto, con la participación de todas y todos los cuadros del Comité Central, con independencia de cuál fuera la candidatura de la que formaran parte en el XXI Congreso. Creo que en el trabajo la gente se encuentra, se reconoce y se pueden cerrar heridas. Pero entiendo que para ser la dirección de este Partido hay que asumir la política aprobada por el Congreso y remar a favor. Tras el Congreso hay que dejar atrás la lógica de los bloques, de las corrientes de opinión o del enemigo interno y trabajar unitariamente porque los retos de nuestro país necesitan un PCE centrado en la política de cara al exterior, no ensimismado en sus cuestiones internas.
M.O.: Decías que el PCE ya tiene su política para los próximos cuatro años y eso marcará el trabajo del próximo Comité Central ¿en qué sentido?
E.S.: En primer lugar, hay debates estratégicos que han quedado resueltos en este Congreso de cara a nuestros próximos pasos. Por ejemplo, hay un sentir mayoritario en nuestra organización que no renuncia a asumir las contradicciones que implica participar con nuestros aliados en un cogobierno porque no renuncia a conseguir victorias para la clase trabajadora de nuestro país y, a través de esas victorias, abrir brechas que nos permitan caminar hacia el socialismo. En nuestros documentos entendemos que la presencia en las instituciones y la lucha política en la calle no solo no son contradictorias, sino que tienen una relación dialéctica donde ambas, desde una correcta interpretación de la coyuntura, se pueden fortalecer. Aquellos que defienden el abandono del trabajo con nuestros aliados de Izquierda Unida y las convergencias y que relegan el trabajo institucional a algo secundario que solo sirve para conseguir recursos y ganar visibilidad han sido derrotados políticamente.
En resumen. Hay un PCE, mayoritario, que quiere competir con el PSOE y construir alianzas para ganar un país. La nueva dirección debe situarse ahí, lo que supone, por ejemplo, participar como Partido en la configuración de Sumar para hacer a Yolanda Díaz presidenta de este país, pero también para tratar de aglutinar a muchos más actores políticos y sociales de los que hemos sido capaces de movilizar como Unidas Podemos.
En esta línea, el PCE ha aprobado una política que es heredera de nuestra tradición histórica de apuesta por las Alianzas Obreras, el Frente Popular, el Movimiento Democrático de Mujeres, las Comisiones Obreras, Izquierda Unida o, más recientemente, Unidas Podemos y Sumar. Una forma de construir unidad popular y aplicar la política que también tiene hoy como referencias el Pacto Histórico de Colombia, la constituyente de Chile o la unión popular ecológica y social en Francia.
M.O.: Hablas de Yolanda Díaz y Sumar, un proyecto que está arrancando del que todavía queda mucho por conocer, desde el papel de los Partidos a si Yolanda Díaz será finalmente la candidata.
E.S.: El resultado final del proyecto Sumar dependerá del trabajo y elaboración que seamos capaces de poner en marcha, de lo que nuestro pueblo sea capaz de crear. Nuestro Partido tiene que trabajar para que el proyecto se parezca a lo que a nosotros nos gustaría que fuera un proceso participativo propositivo, del que surgiera una alternativa de gobierno para nuestro país. Estamos ante un proyecto que nace diciéndole a los trabajadores y trabajadoras de este país, a las personas jóvenes, los pensionistas, las mujeres, que la política no se construye sin ellos, que se tienen que implicar, asumir un papel protagónico, y que hay que organizarse. Debe ser un proceso de elaboración, de construcción y de movilización. Una gran movilización para que las clases populares participen en la política. Por todo esto, el proyecto denominado Sumar está en sintonía con la línea política y la apuesta por la convergencia aprobada por el PCE en su XXI Congreso, y no es algo extraño a las propuestas de convergencia en las que la izquierda ha participado en los últimos años. Hay que dar espacio al proceso de Sumar, ayudar a que muchas personas se vinculen, dejarlo que vaya tomando forma, que cumpla sus objetivos de los próximos meses. Ya vendrán luego los debates sobre cómo los partidos participan en el proceso y qué papel juegan.
Y es además un proyecto impulsado por una militante del PCE que ahora mismo, según todos los datos, es el principal referente político de la izquierda en toda España, la política mejor valorada, la que más adhesiones cosecha y quien mejor currículum presenta en la protección de los derechos de los trabajadores de este país. No se me ocurre mejor opción que Yolanda Díaz sea la candidata a la presidencia del Gobierno y tampoco conozco que otras fuerzas o personas hayan presentado propuestas alternativas a Yolanda. Además, ya es hora de que la izquierda de este país opte por una mujer para presidir el Gobierno de España. Pero entiendo que Yolanda Díaz haya expresado en algún momento sus reservas a asumir ese liderazgo. Máxime si no somos capaces de poner en marcha un verdadero proceso de empoderamiento de las clases populares, de organización popular, que empujen para alcanzar el poder.
M.O.: Habrá impuestos a la banca y a las empresas energéticas, ¿confía en su aplicación?
E.S.: Es sorprendente que lo que no era posible hace unas semanas ahora lo sea. Pero más vale tarde que nunca. Es insoportable que los beneficios bancarios en este trimestre sean de cinco mil millones de euros, unos veinte mil millones anuales, solo de la banca, y que generen una alarma porque el gobierno les pida contribuir con mil quinientos millones a la banca para este año.
El egoísmo y nulo patriotismo del capital, por más conocido que sea, no deja de dar vergüenza, la misma que la hipocresía de sus representantes políticos a los que no hemos oído ni una crítica a los gobiernos de diversos países de la Unión Europea por hacer lo mismo, o incluso ir más allá, nacionalizando empresas, como están haciendo Francia o Alemania. En cualquier caso y respondiendo a la pregunta, la medida anunciada en el Debate del Estado de la Nación está muy lejos de lo necesario para que haya justicia social. Para ello sería necesario abordar la reforma fiscal integral que defendemos y que constantemente peleamos en el seno del gobierno. Pero medidas como las anunciadas en el debate el estado de la Nación son lo mínimo que se puede pedir en el marco del acuerdo de gobierno y de la Constitución de 1978. Sin duda, son medidas que suponen una clara confrontación con el capital y los sectores políticos reaccionario de las derechas.
M.O.: Por fin se ha aprobado la Ley de Memoria Democrática de la que ha sido ponente y articulador de un consenso final entre los grupos de la izquierda, a excepción de ERC. ¿Queda satisfecho?
E.S.: Por fin, sí. Ha sido un proceso largo y complejo, pero estoy satisfecho. El texto finalmente aprobado es mucho más completo y avanzado que el primer Anteproyecto de Ley presentado por el Ministerio de Presidencia. Hemos hecho muy buen trabajo, en especial nuestro coordinador del grupo Parlamentario y responsable de Memoria del PCE, el camarada Mauricio Valiente y la camarada Esther López, responsable de memoria de Izquierda Unida. La ley de 2007 se mostró insuficiente y seguramente la que ahora aprobamos podría haber ido aún más allá, pero creo que es una buena ley y que hemos ido mucho más lejos de lo que quería inicialmente el PSOE. El texto, que aún debe ratificar el Senado, busca dignificar a las víctimas del franquismo en 2022. Vamos muy tarde. Mi mayor satisfacción es que hayamos alcanzado un consenso en torno a lo que supone y no supone la Ley de Amnistía para que los crímenes del franquismo puedan investigarse y juzgarse por la Justicia, si es que nuestro Poder Judicial decide algún día ponerse a cumplir estrictamente sus obligaciones y acabar con la impunidad de estos graves crímenes. Ha habido un trabajo intenso para que se convierta en norma de derecho interno lo que ya establece el Derecho Internacional: Los delitos de lesa humanidad, crímenes de guerra, la tortura y el genocidio no prescriben ni pueden ser amnistiados y, por tanto, una Ley de Amnistía -en el caso de España, la ley que amnistió los delitos políticos de la resistencia antifranquista- no puede utilizarse para garantizar impunidad a los represores franquistas, porque ello está prohibido por el Derecho Internacional. Hemos puesto negro sobre blanco esto, para que ningún juez pueda ampararse en la Ley de Amnistía para no investigar el franquismo como ha venido ocurriendo, haciendo caso omiso al Derecho Internacional. Y también se declara expresamente la ilegitimidad del franquismo, de sus tribunales y por tanto la nulidad de las sentencias o resoluciones sancionadoras dictadas por el régimen franquista con fines de persecución política o social.
M.O.: A la derecha le ha sentado mal el sí de Bildu al texto pero gracias al sí de la izquierda vasca se ha aprobado la ley…
E.S.: El PP ataca la ley intentando enfrentar a estas víctimas del franquismo con las del terrorismo de ETA, porque de las víctimas de otros terrorismos, como el GAL o el BVE, tampoco hablan, también las intentan ocultar. Ha sido un auténtico escándalo el uso que han intentado hacer de las víctimas del terrorismo de ETA para ponerlas en contra de la Ley. Sin embargo, me quedo con lo que ha expresado la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo: que dejen de utilizar partidariamente a las víctimas en el debate de esta Ley y que las víctimas del franquismo, como cualquier otra víctimas, tiene derecho a ser reconocidas, reparadas y ver satisfechos sus anhelos de justicia en un Estado de Derecho. O lo dicho por COVITE: “las víctimas del franquismo están peor que nosotras”.
M.O.: ¿Guarda aún esperanza en una renovación del Consejo General del Poder Judicial o tiran la toalla?
E.S.: Hay que asumir que el PP está bunkerizado y que no habrá renovación del Consejo del Poder Judicial mientras ellos sigan en la oposición. Padecemos una inmensa operación de extorsión política por el PP, una actitud sedicente contra la democracia, de permanente incumplimiento de la Constitución. Sorprende, y aprovecho para incidir en su anterior pregunta, que Bildu esté haciendo más por la estabilidad de España que el PP. Me preocupa que esto no esté generando una alarma política, social y mediática, que un partido pueda tener secuestrada una institución y que esto no suponga una crisis democrática de primer orden.
M.O.: ¿Habrá reforma de la Ley Mordaza?
E.S.: Vamos muy tarde pero la habrá y en los últimos días estamos dando pasos decisivos. La Ley Mordaza lleva más en vigor con este Gobierno que con el de Rajoy. Faltan aspectos no menores que no hemos sido capaces de lograr cerrar aún. Lo referente al uso de material antidisturbios es materia de debate con determinados elementos del Ministerio del Interior, que parece que no han entendido que no gobierna la derecha.
M.O.: Además de la condena política que está habiendo en relación a las cloacas políticas, judiciales y mediáticas, ¿hay argumentos jurídicos que permitan condenar a quienes han declarado la guerra a Podemos?
E.S.: Lo que se ha hecho con Pablo Iglesias y con Podemos es propio de dictaduras, no de democracias. Este contubernio entre el Gobierno del PP, determinados elementos de la policía y periodistas requieren de una investigación de Estado y una limpieza a fondo de las estructuras policiales de este país. Acabamos de presentar una iniciativa en el Congreso de los Diputados para abrir una comisión de investigación al respecto, porque es obvio que el depositario de la soberanía popular debiera tomar cartas en un asunto que implica a estamentos del Estado en una guerra sucia contra la democracia. La cuestión jurídica es más complicada desde el punto de vista mediático porque mentir no es un delito, pero no hay duda de que hay indicios de distintos delitos cometidos por una autentica organización criminal.
M.O.: ¿Habrá presupuestos en 2023 o se empieza a intuir ya el fin de la legislatura?
E.S.: Esperamos poder cumplir el mandato. La actual situación de inflación, gestionada por un Gobierno en el que nosotros participamos, es más llevadera para la clase trabajadora, como lo fue la pandemia. Habrá presupuestos en 2023 si el debate de país y entre los socios se establece en términos de protección social y ampliación del escudo social, de dar certidumbres y seguridad a las familias trabajadoras del país.
M.O.: ¿Y si se establece en términos de guerra o de aumento del gasto en defensa?
E.S.: Pues es obvio que sería un error que el PSOE base el debate presupuestario en una ampliación del presupuesto de defensa, porque evidentemente nos opondremos. Necesitamos presupuestos expansivos en gasto social y no desperdiciar recursos comprando los stocks sobrantes de las multinacionales de armas.
M.O.: Acaba de dejar su responsabilidad al frente de la Secretaría de Estado para la Agenda 2030, ¿cómo se siente?
E.S.: Satisfecho. He agradecido la confianza que se ha depositado en mí para esta tarea durante 16 largos meses. La ministra ha considerado que procedía una restructuración del Ministerio para abordar el final de la legislatura y que debía gestionarse con otros perfiles y yo no tengo nada que decir al respecto.
El Congreso de los Diputados afronta una tarea brutal en los próximos meses, pues debe dar un impulso a todo el trabajo legislativo y cerrar el mandato con muchas leyes que han de aprobarse. A eso me voy a dedicar en los próximos meses, junto a la tarea no menor de preparar el próximo ciclo electoral en el que el espacio político en el que el PCE e IU participan se amplíe, sumando a más personas, colectivos y propuestas.
Publicado en el Nº 357 de la edición impresa de Mundo Obrero julio-agosto 2020